Un estudio del MIT valida la estrategia digital del BBVA
Un estudio elaborado por dos investigadores del Massachussets Institute of Technology (MIT) valida la estrategia digital seguida en los últimos años por el BBVA, el grupo financiero que preside Francisco González. Peter Weill y Stephanie Woerner resaltan en el trabajo, el contenido del cual será divulgado en su integridad el 14 de junio del 2017, que el banco haya dirigido su transformación a través de tres grandes ejes: la prioridad digital, la creación de una plataforma de servicios conectada y la coordinación general de esa estrategia.
En este último aspecto, el de la coordinación general, el paper destaca el nombramiento de Carlos Torres Vila en el 2014 al frente de la nueva unidad de banca digital del BBVA. Un años después, Torres fue nombrado director general primero, y consejero delegado después, lo que ha refrendado la elección tomada y la progresiva imbricación de toda la organización en la estrategia digital.
La prioridad digital, otro de los ejes implementados por el banco, implica que todos los miembros de la organización deben pensar en digital. O, como se explica en el texto, “convertir el dispositivo móvil en el mando a distancia del clientes para relacionarse con el banco”. La senda de la transformación digital implica una mayor transparencia de la estructura de la organización, y esto la obliga a aumentar la oferta de valor que hace a los clientes (y a conseguir un aumento de la experiencia del cliente).
En el nuevo mundo digital, la organización se convierte también en una estructura abierta a la que puede acceder cualquier persona. Y el banco, a su vez, utiliza todos los datos que obtiene de esa interacción con clientes y no clientes para mejorar su oferta.
La transformación del banco no hubiera sido posible sin la creación de plataformas de servicios conectadas, lo que ha exigido importantes inversiones del BBVA en tecnología desde el 2007. El proceso no ha sido fácil: los dirigentes del banco han tenido que desenredar la “madeja digital” –la maraña de procesos de negocio parcialmente digitalizados y que se ha construido a lo largo del tiempo– para sustituirlo por plataformas digitales globales, eficaces y escalables. A ellas pueden conectarse también los comercios, start-up y compañías de telecomunicaciones para enriquecer sus productos al dotarlos de un servicio de banca.