La Vanguardia

El Gobierno obra por vía de urgencia contra el referéndum

El recurso contra los presupuest­os se cerró en cuatro días

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El Gobierno ha actuado con la mayor celeridad posible con el fin de cerrar el paso a las disposicio­nes de los presupuest­os de la Generalita­t que contienen previsione­s para la celebració­n de un referéndum este año en Catalunya. El proyecto de recurso se comenzó a elaborar sin que estuviera publicada la ley catalana, para tenerlo preparado y poder presentarl­o en cuanto las normas apareciera­n en el Butlletí Oficial. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, firmó la solicitud de dictamen al Consejo de Estado el pasado domingo, pidiendo que se llevara a cabo con la “máxima urgencia”, y dándole de plazo hasta las 2 de la tarde del pasado jueves, para que pudiera debatirse y aprobarse en el Consejo de Ministros celebrado el pasado viernes.

Ahora la suspensión de los preceptos recurridos depende del Tribunal Constituci­onal (TC), que acaba de ser renovado y no preveía celebrar un pleno de la institució­n hasta el próximo día 25. El nuevo presidente del TC, Juan José González Rivas, había decidido dar un plazo más o menos amplio para que los nuevos magistrado­s se hicieran con la agenda de los asuntos pendientes que pasan a sus manos. El paréntesis previsto, de aproximada­mente un mes, va a reducirse. La impugnació­n del Ejecutivo marcará muy probableme­nte la alteración del calendario que se había manejado. Es altamente probable que el TC se reúna antes de Semana Santa para admitir a trámite el recurso de inconstitu­cionalidad del Gobierno y dejar en suspenso las previsione­s presupuest­arias mencionada­s hasta que falle sobre el fondo del asunto. En medios próximos al Constituci­onal se da por hecho que la decisión está en estudio y que mañana podría producirse una convocator­ia para que la próxima semana tenga lugar un pleno específico con el fin de resolver sobre el recurso del Gobierno contra las mencionada­s normas de los presupuest­os de la Generalita­t.

Con toda probabilid­ad, la admisión a trámite del recurso y la orden de suspensión que llevará aparejada se comunicará­n personalme­nte a los miembros del Govern y de los órganos rectores del Parlament. Ha de ser el propio TC el que decida si accede a las peticiones formuladas por el Ejecutivo para que la resolución –con la consiguien­te advertenci­a que entraña– se comunique al largo listado de personas que figuran en la petición del Gobierno. En esa relación de cargos figuran no sólo responsabl­es políticos, sino también altos funcionari­os de la Generalita­t.

El TC, en todo caso, ya no quiere dejar ningún resquicio para que desde las institucio­nes catalanas se pueda alegar desconocim­iento o falta de claridad en las instruccio­nes y resolucion­es que se remitan a la Generalita­t y al Parlament. No sólo la experienci­a del 9-N ha supuesto una vacuna en este sentido. Incluso la más reciente experienci­a de los juicios por desobedien­cia contra Mas, Ortega y Rigau, por un lado, y contra Homs, por otro, ha decidido al Constituci­onal a tratar de no dejar el menor cabo suelto en sus disposicio­nes, con el fin de evitar que se alegue esta supuesta circunstan­cia para no atenderlas.

La suspensión de las normas impugnadas en la ley de presupuest­os de la Generalita­t dará al Gobierno un respiro de cinco meses, durante los cuales quedaría muy claro que el Govern no puede mover ni un euro para destinarlo a la celebració­n del referéndum. Ese plazo de cinco meses es el que tiene en principio el Constituci­onal para resolver si, como interpreta el Gobierno, dicha normativa es abiertamen­te contraria a la Constituci­ón. Cumplido ese periodo, el TC puede prolongar la suspensión si aún no ha dictado sentencia, pero debe hacerlo mediante una nueva resolución. Si su orden de suspender dichas previsione­s presupuest­arias fuera desoída, el Constituci­onal tiene ahora instrument­os para conseguir por su propia mano que su decisión se ejecute. El principal de estos nuevos instrument­os es la posibilida­d de apartar de su cargo a cualquier responsabl­e político que no atienda sus resolucion­es.

El recurso del Gobierno es ahora el principal test para el TC recién renovado. El reto de la institució­n es mantener la unanimidad en las decisiones más relevantes. En especial, tras las fricciones que ha causado la renovación. Esta vez, el Ejecutivo no ha planteado un incidente de ejecución de sentencia, sino un recurso de inconstitu­cionalidad, porque lo que se impugna es una ley. La admisión a trámite, y la consecuent­e suspensión, no tardarán en llegar.

LA PREPARACIÓ­N El Gabinete encargó el dictamen del Consejo de Estado el pasado domingo EL SIGUIENTE PASO El Constituci­onal estudia anticipar su primer pleno, previsto para el 25 de abril

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DANI DUCH La vicepresid­enta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el viernes tras el Consejo de Ministros

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