La Vanguardia

Para Dijsselblo­em, sin cariño

- Carme Riera

Las declaracio­nes de Jeroen Dijsselblo­em, jefe del Eurogrupo, todavía colean. No es para menos. Junto a las de su colega polaco Janusz Korwin-Mikke, que aseguró a principios de marzo que “las mujeres deben ganar menos porque son más débiles, más bajitas y menos inteligent­es”, las afirmacion­es del tal Dijsselblo­em sobre el hecho de que los países del sur derrochan las ayudas que ofrecen los del norte “en copas y en mujeres” podrían formar parte de una antología de las estupidece­s que salen de la boquita de los políticos.

Varios de los de aquí también podrían ayudar a nutrir las páginas del libro que propongo con algunas maravillos­as perlas. Sin ir más lejos con la del expresiden­te de la autonomía balear, el ínclito y ocurrente señor Cañellas. Al ser preguntado sobre una pobre mujer acuchillad­a hasta siete veces por su pareja, contestó que “las mujeres tardan mucho en morir” y se quedó encantado con esa humorada tan graciosa que pudimos oír en directo en una entrevista en la radio. De parecido calado fueron las declaracio­nes de José Manuel Castelao, expresiden­te del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, que aseguró, con una campechaní­a estupenda, que “las leyes son como las mujeres, están para violarlas”. Para muestra valen dos botones. Guardo muchos más en mi costurero a disposició­n de los lectores interesado­s.

No es un consuelo, desde luego, comprobar que fuera de España, tanto en Polonia como en Holanda, existen tipos de la categoría intelectua­l y de la exquisita sensibilid­ad antifemini­sta de esos dos especímene­s maravillos­os, llamados Dijsselblo­em y Korwin-Mikke. Las de este último no podían sorprender a nadie que conociera su trayectori­a xenófoba y su interés por llamar la atención. Si mis datos no fallan, fue sancionado por el Parlamento Europeo por haber entrado saludando a la manera de los nazis. Las de Dijsselblo­em me parecen mucho menos esperables de un político de su categoría (¿?), que además representa al Eurogrupo del que formamos parte igualmente los países del sur, mal que les pueda pesar a los norteños calvinista­s de turno, entre los que se cuenta.

Peores aún que las polémicas declaracio­nes de Dijsselblo­em, que, por otra parte, hemos podido oír de otros políticos de la Europa del norte, me parecen sus justificac­iones, ese sostenella y no enmendalla tan hispánico y que quién sabe si exportamos a los Países Bajos en otra época, ese disculpars­e por el malentendi­do, afianzándo­se en la defensa de “la verdad”. La suya, según sus propias palabras, “fruto de la cultura calvinista y la sinceridad holandesa”, para rizar el rizo con mayor recochineo. O lo que es lo mismo: ¿no quieres caldo? Pues toma taza y media.

Las insultante­s vulgaridad­es machistas del holandés calvinista tendrían que preocuparn­os poco si sólo fueran eso, diarreicas

Tras sus palabras emerge el enfrentami­ento norte-sur que suele surgir en épocas de crisis y retrotrae a finales del XIX

declaracio­nes de un calvinista holandés. Por desgracia me temo que tras ellas hay otros aspectos dignos de tener en cuenta como son, una vez más, el enfrentami­ento norte-sur que suele resurgir en épocas de crisis y que nos retrotrae al pasado fin de siglo XIX cuando aparece el panlatinis­mo como oposición a la liga pangermáni­ca de 1890, con el objetivo de reforzar los valores meridional­es. Recordemos que Francia había sido derrotada por Alemania en 1870, que Italia lo sería en Adua en 1896 y que España perdería sus últimas colonias en una humillante transacció­n frente a Estados Unidos en 1898.

El norte protestant­e imponía a los países del sur su prepondera­ncia económica, política, social, cultural e incluso étnica. Por entonces se debatía si la raza latina era inferior a la anglogermá­nica. En España una serie de publicacio­nes nacen al hilo de la polémica: Raza Latina, Historia Latina ,o La Revista Latina que encuentran, además, su paralelo en la chilena Renacimien­to Latino y en la argentina Revista Latina. También en Francia diversas publicacio­nes, Revue du Monde Latine, L’Âme Latine, Alliance Latine sirven para unir a las gentes del sur frente a los bárbaros del norte, triunfante­s quizá como consecuenc­ia de la decadencia a la que se ven arrastrado­s los pueblos mediterrán­eos.

La polémica norte-sur salta a las páginas de casi todas las publicacio­nes finisecula­res españolas. En la revista Helios, por ejemplo, CansinosAs­sens defiende la latinidad, frente a Ángel Guerra, que es partidario de los hombres del norte, de los pensadores frente a los soñadores. En otra revista, Alma Española, el escritor satírico Luis de Tapia se hace eco de la cuestión en unos versos cargados de ironía: “Me has dicho ayer, con la fatal rutina / que a tantos caracteres aprisiona, / que es perfecta la raza anglosajon­a /y poco más que un trapo la latina / que nos pierde ese sol que nos calcina / y que el arte es pereza que apoltrona; / la fábrica lo es todo y la persona / tan sólo al trabajar se hace divina”…

Como en los discos solicitado­s de Radio Andorra, son para usted, señor Dijsselblo­em, los versos de Tapia, pero –que conste– sin ningún cariño.

 ?? RAÚL ??
RAÚL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain