Mujeres sin tabúes, guerras y... Monet
Un paseo por la cosecha de novedades que llegan al Salón del Cómic de Barcelona
El Salón del Cómic vivió ayer su tercera jornada, marcada por una lluvia que llevó al público –se colgó el cartel de “no hay entradas”– al palacio 1, el de los expositores, felices. Laureano Domínguez, de Astiberri, y Óscar Valiente, de Norma, confiaban en repetir el año pasado. Natalia Martínez, de Dibbuks, dice que sus ventas se han disparado, quizá por tener al ganador del Salón del 2016, El fantasma de Gaudí. Este año hay más novedades atractivas.
El cómic es para mujeres. Las creadoras de cómic no tienen complejos. Que alguien se acueste conmigo,
por favor (Reservoir Books), de Gina Wynbrandt, logra que las locas fantasías con los hombres de una veinteañera que no liga –la autora– causen diversión y ternura. La Lola
Vendetta (Lumen) de Raquel Riba Rossy dice: “Es mi cuerpo. Es mi casa. Si no te gusta, me trae sin cuidado”. Bitch planet (Astiberri), DeConnick y De Landro imagina una Tierra gobernada por un patriarcado que envía a las mujeres no conformes al Planeta de las Zorras. Meritxell Bosch aborda en Yo, gorda (La Cúpula) su proceso de pérdida de 50 kilos, y la argentina Sole Otero aborda el maltrato psicológico en la pareja en Poncho fue (Cúpula).
Superhéroes para todos. ECC Cómics lanza una edición vintage, con grapa, de la mítica Watchmen, que cambió los superhéroes, mientras que Planeta Comic rescata por sus 35 años a Conan el bárbaro en un megavolumen con los primeros números en Marvel. Jill Thompson va a los orígenes de Wonder Woman en La verdadera amazona (ECC).
Detectives, Oeste, Irak. Salamandra recopila las aventuras del honesto y cínico detective Alack Sinner
de Sampayo y Muñoz, mientras
que ECC publica Duke, de Hermann e Yves H, un western cruel sobre la condición humana. Un antiguo agente de la CIA en Irak, Tom King, ha creado con Mitch Gerard el thriller Crímenes de guerra (ECC), inspirado en sus vivencias.
La vida de Monet. Norma apuesta por la pintura: Monet: nómada de la luz, la vida del pionero del impresionismo, y Naturalezas muertas, de Zidrou y Oriol, sobre un enigmático pintor del modernismo, un viaje a la Barcelona de cambio de siglo.
La Guerra Civil real. El Salón de este año lo ha ganado Jamás tendré 20 años (Norma), en el que Jaime Martín recupera la memoria de sus abuelos perdedores de la guerra, mientras que el Dr. Uriel (Astiberri) de Sento, son las tremendas memorias de su suegro en la contienda, un joven médico que conoce el horror.
Retrofuturos. Daniel Torres vuelve con su aventurero espacial Roco Vargas en Júpiter (Norma), y David Rubín y Matt Kindt crean en Ether (Astiberri) un explorador interdimensional que resuelve crímenes en un mundo de fantasía. Pep Brocal edita la fascinante Cosmonauta (Astiberri), un viajero espacial en minicohete con las constantes al mínimo, pero consciente. Tom Gauld emociona con Un policía en la luna (Salamandra), un guardia en un planeta que se queda solo.
Niñas que hablan. Sapristi publica Los cuadernos de Esther, de Riad Sattouf, que narran lo que le preocupa a una niña de diez años, mientras que Dibbuks edita Custodia compartida, de Pablo Velarde, con una hija de padres mal separados.
Grandes nombres y delicatessen.
Astiberri recupera las Siete vidas de Josep Maria Beà, siete derrotas con protagonista gatuno. Y publica Un millón de años de David Sánchez, inquietante obra sobre la experiencia divina. Richard McGuire regresa con Dibujos secuenciales (Salamandra), una selección de las viñetas auxiliares en The New Yorker.