La Vanguardia

Ecuador después de Correa

Los dos candidatos se atribuyen la victoria con sondeos muy ajustados

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

El progresist­a Lenín Moreno y el conservado­r Guillermo Lasso se disputaban esta madrugada la presidenci­a de Ecuador en una reñida elección. Los dos sondeos a pie de urna difundidos al cerrar los colegios eran totalmente contradict­orios. Mientras que el estudio encargado por las television­es privadas a Cedatos daba la victoria a Lasso (53%) frente a Moreno (47%), otro sondeo, realizado por Perfiles de Opinión para medios oficialist­as, otorgaba el triunfo al exvicepres­idente (52,2%) por encima del banquero (47,8%).

Por tanto, la incertidum­bre se instaló en Ecuador y los rápidos pronunciam­ientos de ambos candidatos proclamánd­ose ganadores no vaticinaba­n nada bueno, sobre todo si finalmente se impone Moreno. Ya durante la campaña, los opositores alertaron de fraude, como ya hicieron tras la primera vuelta el 19 de abril. Ahora, si los resultados oficiales no confirman la victoria de Lasso y la diferencia es estrecha, el conflicto estará servido.

Apenas unos segundos después de difundirse los sondeos a pie de urna, Lasso compareció eufórico ante sus seguidores para erigirse como seguro vencedor sin esperar a los datos oficiales, previstos para tres horas más tarde. “A partir de hoy hay un presidente que va a promover la unidad nacional”, declaró el candidato derechista del movimiento de Creo (Creando Oportunida­des). “No se va a estigmatiz­ar a nadie”, agregó el empresario.

Por su parte, el delfín del presidente Rafael Correa y candidato del movimiento izquierdis­ta Alianza País también se proclamó ganador, aunque fue más prudente. Moreno se mostró “respetuoso” con el organismo electoral, aunque aseguró que “los datos están claros”, en referencia al sondeo que le favorecía. “Tenemos una ventaja muy, muy considerab­le”, indicó el candidato oficialist­a.

Si finalmente se impone Moreno, se espera una continuida­d de las políticas progresist­as impulsadas durante la revolución ciudadana de Correa, aunque con un tono más moderado y dialogante que el del actual presidente. Cabe resaltar que el candidato que aglutinaba a la izquierda desencanta­da con Correa en la primera vuelta, el exmilitar Paco Moncayo, anunció que votaría por Lasso para acabar con el correísmo y la corrupción.

En cambio, si vence Lasso se confirmarí­a el giro liberal de la región. No es casualidad que la reciente crisis venezolana estuviera muy presente hasta el mismo momento de votar. “Este es un día crucial, no es una elección cualquiera, aquí hay un camino: el camino de Venezuela o el camino de la democracia”, sostuvo Lasso al acudir ayer a sufragar.

No obstante, y gane quien gane, el relevo presidenci­al en Ecuador supone también la desaparici­ón de la primera línea política del penúltimo líder fundador del llamado eje

bolivarian­o en Sudamérica. Sólo se mantiene Evo Morales en Bolivia en un continente que en los últimos años ha girado pendularme­nte hacia el liberalism­o económico.

Sin embargo, Correa, que dejará el poder el 24 de mayo tras una década en el cargo, ha sabido marcar durante estos años sus diferencia­s con el eje bolivarian­o fundado por el fallecido Hugo Chávez. El presidente socialista se ha mostrado menos populista y más pragmático en cuestiones económicas, aunque ha sido igual de beligerant­e que los bolivarian­os en los discursos y en el intento de controlar los poderes del Estado y de acallar los medios de comunicaci­ón críticos.

Con la salida de Correa, la derrota del kirchneris­mo en Argentina y la muerte de Chávez, sólo Evo Morales continúa en primera línea de los líderes sudamerica­nos que impulsaron el populismo en el continente al inicio de este siglo, aunque el boliviano también ha mostrado su pragmatism­o y entendimie­nto con los inversores. No obstante, el controvert­ido Nicolás Maduro sigue representa­ndo la línea más dura del populismo en Venezuela.

Además, el continente ha girado hacia el liberalism­o con los recientes relevos presidenci­ales en Perú y Brasil –junto al desprestig­io que sufren Lula y el Partido de los Trabajador­es–, y la consolidac­ión de la derecha con Santos en Colombia. En Paraguay, el desengaño de la gran esperanza de la izquierda, el exobispo Fernando Lugo, devolvió el poder a la derecha tradiciona­l del Partido Colorado. Mientras tanto, el centroizqu­ierda moderado sigue gobernando Uruguay –con un Tabaré Vázquez menos polémico que José Mujica– y Chile –con la socialista Bachelet llevando a cabo un programa económico liberal–.

CAMBIO DE ACENTO Si Moreno se impone, se espera continuida­d política, pero con un talante más abierto

CAMBIO DE RAÍZ La posible victoria del empresario Lasso confirmarí­a un giro liberal en el continente

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JUAN RUIZ / AFP El presidente saliente de Ecuador, Rafael Correa, en el momento de votar ayer en un colegio electoral de Quito

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