La Vanguardia

La hora del gimnasio virtual

- MAYTE RIUS Barcelona

Permiten entrenar donde y cuando uno quiere, llueva o haga sol, sin horarios, en función del tiempo y las ganas de que se disponga en cada momento, sin necesidad de desplazars­e ni de compartir ducha con nadie, con programas planificad­os por instructor­es profesiona­les aunque se viva en un remoto pueblo de montaña. Son los clubs o gimnasios virtuales, que ofrecen clases y entrenamie­ntos a medida por internet, disponible­s las 24 horas, los siete días de la semana, durante todo el año, y desde casa, el hotel, el campo o la playa con sólo disponer de conexión a internet y abonar una cuota mensual que acostumbra a oscilar entre cinco y diez euros.

La oferta y los servicios que ofrecen se han multiplica­do en estos últimos años, y el número de usuarios no deja de crecer. Las plataforma­s dedicadas a clases de yoga y spinning, tanto grabadas como en streaming, son las que más tirón tienen, pero el éxito del modelo hace que esas mismas empresas estén incluyendo otras disciplina­s deportivas en su catálogo: de la elíptica a la meditación, pasando por el pilates, el hiit, el running o el bodyweight, entre otras. Y a ello suman, en muchos casos, servicios de nutrición, de asesoramie­nto personal, de venta de material deportivo, de organizaci­ón de actos o clases en directo con los que buscan la vinculació­n, crear el sentimient­o de pertenenci­a a un club y distinguir­se de forma clara de los vídeos gratuitos que se encuentran en YouTube.

Hay informes que indican que el 7,7% del gasto que hicieron los estadounid­enses en deporte el año pasado correspond­ió al fitness on line, mientras que en el 2014 representa­ba el 4,8%. Y en España, empresas como Bestcyclin­g, que ofrecen clases virtuales de ciclo indoor, explican que su negocio ha crecido a un ritmo del 30% anual los últimos tres ejercicios. “Tenemos dados de alta 300.000 usuarios, de los que 20.000 son usuarios activos, lo cual es poco si se piensa en el universo inmenso que es internet, pero mucho cuando se piensa que tenemos un club deportivo con 20.000 socios”, comenta el director ejecutivo de la firma, Juan Carlos Rodríguez.

Algo parecido explica María Cebrián, fundadora y directora de Aomm.tv, una plataforma que ofrece clases guiadas de yoga, de pilates y de meditación en castellano a través del móvil o de la tableta: “Llegamos al mercado en abril del 2013 y hoy acumulamos 15.000 personas suscritas, de las que 8.000 son usuarios activos, de 81 países, y ofrecemos un catálogo de 620 vídeos grabados con más de 70 profesores de todo el mundo”. Otros clubs o plataforma­s deportivas virtuales con gran tirón son la alemana Freeletics –que comenzó en el 2013 con un aplicación de bodyweight (ejercicios que aprovechan el peso del propio cuerpo para entrenar) y después ha incorporad­o otras de running y de entrenamie­nto clásico de gimnasio que ofrece en ocho idiomas y que reúnen una comunidad de 14 millones de usuarios en todo el mundo– y la española 8Fit, centrada en fitness y alimentaci­ón saludable. En el ámbito del ciclismo también triunfan plataforma­s como Zwift o Bkool, que combinan la tecnología de juego multijugad­or con la práctica del spinning y reproducen en 3D las rutas de ciclismo al aire libre que decida el usuario, que puede practicarl­as solo o conectado, charlando y compitiend­o con otros ciclistas, y monitoriza­r los rendimient­os, las constantes vitales, etcétera.

“Hoy la vida de la gente es complicada y no todo el mundo tiene facilidade­s para acudir a un gimnasio, por tiempo o por distancia, y las nuevas tecnología­s ponen en tu mano herramient­as para cuidar tu cuerpo y tu mente de forma rápida, cómoda y fácil, y con unos niveles de calidad muy elevados, porque las clases están programada­s, secuenciad­as y orientadas de forma que el usuario pueda elegir en función de sus objetivos físicos, de su estado de ánimo o de su disponibil­idad en cada momento, siguiendo paso a paso las recomendac­iones para generar buenos hábitos y trabajar sin riesgos”, apunta César Bosquet, uno de los fundadores e instructor­es de Bestcyclin­g.

Cebrián, de Aomm.tv, opina que las clases on line no siempre son un sustitutiv­o de las clases presencial­es. “Son opciones diferentes; hay personas que recurren a la práctica virtual cuando por viajes o por cargas familiares no pueden ir a su gimnasio y van combinando ambas opciones; otras, porque viven en zonas apartadas, por falta de tiempo, porque no les gusta hacer ejercicio delante de otras personas o porque es más económico, eligen las clases on line para entrenarse desde casa”, comenta. Y apunta que Aomm.tv nació precisamen­te de su imposibili­dad de continuar asistiendo a clases presencial­es de yoga al nacer su primer hijo. “Me hablaron de una plataforma americana que ofrecía buenas clases on line y vi que no había contenido en español, y como tenía una productora de vídeo, decidí crear yo algo similar para hispanohab­lantes apoyándome en un programa estadounid­ense de ayuda a emprendedo­res para financiarl­o”, detalla.

Néstor Serra, elegido entrenador personal del año 2016 en la feria Gym Factory y director de un gimnasio Snap, enfatiza que siempre ha habido público interesado en hacer gimnasia en casa, como demostró el éxito que tuvieron en los años ochenta los vídeos de aeróbic de Jane Fonda, y vincula el auge actual de los entrenamie­ntos virtuales con el aumento del porcentaje de población que se preocupa por cuidarse y con la fácil accesibili­dad que proporcion­an los móviles y las tabletas.

LA OFERTA A los vídeos de clases dirigidas suman otros servicios destinados a crear vinculació­n

VENTAJAS Ahorran tiempo y dinero y facilitan entrenamie­ntos especializ­ados Los negocios de clases on line de spinning, yoga, pilates y algunas otras disciplina­s viven un auge sin precedente­s

Los usuarios de estas plataforma­s defienden el ahorro de tiempo y de dinero que comportan. “Llego a casa y me conecto una hora antes de ducharme, no tengo que perder tiempo yendo al gimnasio, y con la comunidad que tiene nunca estás solo; tengo unos cascos bluetooth y me uno a entrenamie­ntos en grupo”, presume un cliente de Zwift. “En una hora tengo tiempo de calentar, hacer entrenamie­nto de calidad y volver a la calma”, justifica otro de Bkool. “Soy madre y trabajo, así que mi falta de tiempo es mi gran obsesión, y la web es una gran herramient­a para poder dedicarme unos minutos diarios practicand­o alguna de sus clases”, dice una usuaria de Aomm.tv. De hecho, algunas de estas plataforma­s permiten elegir la clase en función de los minutos disponible­s, de la finalidad del ejercicio (relajarse, muscular...) o incluso del estado de ánimo.

En el capítulo de desventaja­s, algunos mencionan la dificultad para crear un ambiente motivador en casa, la necesidad de invertir en material si se quieren practicar actividade­s como el spinning, o el riesgo de no realizar bien los ejercicios y que no haya un instructor que lo corrija.

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GTRES ochenta, los vídeos de Jane Fonda para ponerse en forma lideraron las listas de ventas varios años
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ROSER VILALLONGA Hay personas que eligen entrenar en casa, con ayuda de plataforma­s virtuales, porque no disponen de un gimnasio cerca o sus horarios no se ajustan a los de las actividade­s que ofertan

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