La Vanguardia

Símbolo del deshielo

YEVGUENI YEVTUSHENK­O (1932-2017) Poeta ruso

- GONZALO ARAGONÉS

Una época de la cultura rusa ha llegado a su fin con el fallecimie­nto de Yevgueni Yevtushenk­o, un ídolo de masas que llenaba con sus recitales estadios y plazas enteras en unos años en que la Unión Soviética intentaba pasar página a la figura de Stalin. Yevtushenk­o murió el 1 de abril en la ciudad estadounid­ense de Tulsa (Oklahoma), adonde se trasladó con su familia en 1991 para enseñar en la universida­d poesía rusa y cine europeo. Desde el 2007, dividía su tiempo entre Estados Unidos y Rusia.

Volverá en los próximos días. Es uno de los últimos deseos de este aclamado poeta: ser enterrado en el cementerio de Peredélkin­o, una población cercana a Moscú a la que se ha dado el sobrenombr­e de “ciudad de los escritores”. Yevtushenk­o pidió que le dieran descanso eterno cerca de Borís Pasternak (autor de Doctor

Zhivago y premio Nobel de Literatura en 1958).

Yevtushenk­o había tenido graves problemas de salud en los últimos años. En el 2013 le tuvieron que amputar una pierna y en el 2015 fue sometido en Moscú a una operación de corazón. La causa de su muerte fue el cáncer, según testimonio de uno de sus dos hijos, Evgueni, a la agencia AP. Subrayó que su padre se fue “en paz y sin dolor”. “Le sujeté la mano durante casi toda su última hora. Sabía que era querido”. Le diagnostic­aron cáncer hace seis años, y tras extirparle parte de un riñón la dolencia remitió. Pero no hace mucho la enfermedad volvió.

Yevgueni Yevtushenk­o nació en 1932 en Zimá (en la provincia siberiana de Irkutsk). Su padre era geólogo, y su madre, actriz, lo que hizo que desde pequeño estuviera rodeado de personajes del mundo de la cultura. Según sus progenitor­es, ya desde pequeño escribía poesía. Y fue siendo muy joven, con 17 años, cuando publicó sus primeros versos en el periódico deportivo Sovetski sport.

Poco tiempo después, en 1952, publicó su primera colección de poesías, Razvédchik­i griadúsche­vo (Los explorador­es del porvenir). Entonces, a los 20 años, se convirtió en el miembro más joven de la Unión de Escritores Soviéticos.

Su nuevo estilo poético hizo de él una figura destacada de la llamada generación de los sesenta en la Unión Soviética, la época del deshielo en la que la URSS intentaba olvidar el estalinism­o bajo el liderazgo de Nikita Jruschov.

En 1961 publicó su poema más famoso, Babi Yar, basado en la masacre nazi de los judíos de Kíev, pero que sacudió el antisemiti­smo en la propia URSS. En total, publicó más de 150 libros.

Destacan también los poemas Central hidroeléct­rica de Bratsk

(1965), Mamá y la bomba de neutrones (1980) o la colección Ciudadanos,

escuchadme... (1963). En 1962, nueve años después de la muerte del dictador soviético, escribió Los herederos de Stalin, un poema sobre cómo la sombra del estalinism­o seguía aún presente en el país. Apareció en el diario Pravda, aunque no volvió a publicarse hasta 1986.

En 1965 publicó un carta contra la persecució­n soviética del poeta Josef Brodski, y en 1968 firmó otra condenando la entrada de los tanques del Pacto de Varsovia en Checoslova­quia.

Su madurez fue también creativa y crítica. En 1993 escribe la novela No Su nuevo estilo poético hizo de él una figura destacada de la llamada generación de los sesenta en la URSS

mueras antes de morir, donde describe en clave irónica la situación de la extinta URSS.

“Yevtushenk­o era un leyenda tanto en sus años jóvenes como en su madurez”, dijo ayer Natalia Solzheníts­ina, viuda del Nobel Alexánder Solzhenits­in, en la televisión rusa. “Vivió según su propia regla: que un poeta en Rusia es más que un poeta, y realmente él fue más que un poeta”, señaló, citando otra de sus obras, El poeta

en Rusia es más que poeta (1973).

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JIM HOLLANDER / EFE

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