Federer reina en Miami tras batir a Nadal en dos sets
Rafa Nadal sufre su quinta derrota en un escenario que nunca ha visto el triunfo de un tenista español
Tampoco a la quinta oportunidad pudo coronarse Rafa Nadal en el Masters 1.000 de Miami. Se lo impidió su amigo Roger Federer, que le ha ganado los últimos cuatro enfrentamientos, tres de ellos en este 2017. Nunca había sucedido algo semejante en el historial de duelos entre el suizo y el balear. Su regreso al primer plano de la actualidad ha sido inesperado y también lo es el balance más próximo de sus partidos. “Te recuerdo como un niño la primera vez que nos vimos en Miami (2004) y ahora te has convertido en un gran hombre y un gran jugador. Hemos vivido muchas experiencias en las pistas y tú disfrutaste de ellas más que yo, y ahora me toca hacerlo un poco más a mí”, le dijo Federer a Nadal momentos antes de levantar el trofeo de campeón, lo que hace por tercera vez en Crandon Park. Su anterior título se remonta al 2006 en una final ganada a Ivan Ljubicic, su actual entrenador.
Nadal cayó en la pista dura de Miami, un escenario de mal recuerdo para los tenistas españoles. Sí, Arantxa Sánchez Vicario venció en dos ocasiones (1992, 1993), pero Sergi Bruguera perdió ante el austriaco Thomas Muster en 1997, Carlos Moyà ante el estadounidense Andre Agassi en el 2003 y David Ferrer ante el escocés Andy Murray en el 2013. La decepción más cruel fue la del jugador de Xàbia, que pidió un ojo de halcón en una pelota de partido, pero la tecnología le golpeó la moral y ya no se recuperó al desperdiciar esa oportunidad.
La victoria situará a Federer en la cuarta posición de la ATP y con serias opciones de aspirar al número uno, lo que nunca ha logrado un jugador de 35 años –Agassi lo fue con 33–. Nadal, en cambio, pasa a ser el quinto del mundo.
Aunque el calor le gusta mucho al manacorense, las condiciones climáticas de ayer en Miami no le beneficiaron. Y es que la alta humedad le dejó empapado en muy pocos juegos y después de perder el primer set tuvo que ir al vestuario a cambiarse la ropa. Tal vez por esto, tal vez por la preocupación de cambiar la táctica después de las derrotas del Open de Australia y de Indian Wells, lo cierto es que nunca se vio a un Nadal sólido en la pista. Cometió muchos más errores no forzados que su rival (23 contra 19) e hizo menos golpes ganadores (15-29). A Federer le bastó con esperar su hora en los dos sets y sentenciar gracias a su excepcional calidad, sin necesidad de competir a un nivel muy alto.
Al principio, el tenista de Basilea resistió las acometidas del de Manacor, que ya tuvo dos bolas de break en el primer juego, pero no pudo aprovecharlas. De hecho, la final se le escapó a Nadal en esos minutos, en los que tuvo hasta cuatro oportunidades de ponerse por delante en el marcador. En la última, con 3-3 y 30-40, la pelota tocó la red y ayudó al suizo, que salió ganador en todos los puntos en los que intervino la fortuna. Un detalle más de la situación idílica en la que se halla.
En el siguiente juego, en cambio, Federer aprovechó la sexta bola de rotura, que consolidó luego con un buen servicio y dos errores seguidos de su adversario para el 6-3 en 48 minutos. Era evidente que Nadal necesitaba mejorar para aspirar a la remontada, pero no lo hizo. Sirvió bien, pero abusó del golpe a la derecha de Federer, en un intento de cambiar el guion visto en Indian Wells. Y miró muy a menudo a su palco en un claro síntoma de inseguridad. Allí, su hermana Maribel sufría ante el desarrollo de una final que veía muy complicada. Tenía toda la razón.
Nadal aguantó hasta el 4-3 en el segundo set, pero Federer encadenó tres servicios en blanco. No sufría. Simplemente esperaba, agazapado, para dar el zarpazo definitivo. Lo hizo en el noveno juego con otra pelota que rozó la red y le ayudó primero a ganar el punto y luego el break. Con el 4-5 ya no falló con su servicio para sumar su 26.º Masters 1.000.
CAMBIO DE TÁCTICA El balear, que acumula cuatro derrotas seguidas ante el suizo, buscó soluciones sin encontrarlas
LJUBICIC, RIVAL Y ENTRENADOR Federer había ganado en el 2006 su anterior título en Miami ante el croata, que ahora es su técnico