La Vanguardia

Rituales de apareamien­to

- Josep Maria Ruiz Simon

Ahora hace tres años, Artur Mas aprovechó una entrevista en TV-3 para entrar el concepto

win-win en el diccionari­o de tópicos de la política catalana. Lo hizo para explicar que el proceso no debía pensarse como un juego de suma cero, con vencedores y vencidos, sino que se tenía que desarrolla­r hasta que acabara de forma que ganara todo el mundo. Algunos entendiero­n que con esta introducci­ón quería remarcar indirectam­ente que el concepto de proceso continuaba siendo un concepto de definición abierta. Un concepto ambiguo que muchos interpreta­ban como una abreviatur­a de “proceso independen­tista”, pero que, según él, también podía ser interpreta­do como un proceso de negociació­n en el que la independen­cia podía llegar a ser simplement­e la posición de partida.

Durante su reciente gira estadounid­ense, el expresiden­te volvió a usar de manera elástica este concepto en una conferenci­a en la Harvard Law School. No podía haber encontrar un lugar más simbólico para reciclarlo. Este centro universita­rio acoge el que segurament­e es el programa de negociació­n más famoso del mundo. Lo fundaron Roger Fisher, ya difunto, y William Ury, que también fundó con Jimmy Carter el Internatio­nal Negotiatio­n Network y que lleva décadas actuando como consejero y mediador en múltiples conflictos internacio­nales. Ambos publicaron en 1981 un libro que se tradujo con el título Obtenga el sí. El

arte de negociar sin ceder, un best seller del que se han vendido más de ocho millones de copias y que se considera una de las principale­s obras de referencia en esta disciplina. También es una obra pionera en la apuesta por las técnicas de negociació­n

win-win. Las crónicas no explican si Ury estaba presente en el acto ni si Mas aprovechó para hablar con él, darle lecciones o buscar ayuda. Dada la gran originalid­ad de los métodos negociador­es del líder del PDCAT seguro que habría sido interesant­e oírlos intercambi­ar puntos de vista sobre la diferencia entre las posiciones declaradas (lo que decimos que queremos) y los intereses subyacente­s (lo que explica para qué queremos lo que decimos que queremos). O sobre cómo encontrar la mejor alternativ­a a un acuerdo negociado o cómo negociar con oponentes poco colaborati­vos desde situacione­s precarias.

Resulta obvio que el proceso toma un significad­o diferente si se interpreta como un proceso hacia la independen­cia o como un proceso de negociació­n. Sobre todo si se tiene en cuenta que si todavía se tratara de un proceso de negociació­n ahora sería un proceso de negociació­n con fecha de caducidad. A nadie se le escapa que, cuando de lo que se trata es de negociar, no es previsible que las partes se precipiten haciendo antes de tiempo concesione­s relevantes aunque contemplen la posibilida­d de llegar a hacerlas. Mientras no llega el momento, lo que correspond­e es sacar pecho, emitir sonidos distintivo­s y mover las alas. Xavier Arzalluz ya señaló el parecido entre las negociacio­nes políticas y los rituales de apareamien­to en que los pájaros se muestran amenazante­s para mirar de impresiona­r.

Arzalluz ya señaló el parecido entre las negociacio­nes políticas y los rituales de apareamien­to

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain