Santi Moix expone flores imaginarias en la galería Carles Taché
Marlborough rinde homenaje al pintor, poeta y teórico Pic Adrian Pic Adrian. El pintor abstracto y minimalista, Regina Giménez. Ana Mas Projects expone la obra reciente de Regina
A quienes estén interesados en las posibilidades de la pintura como medio de expresión válido todavía en el siglo XXI creo que les gustará visitar la exposición que Santi Moix (Barcelona, 1960) presenta en la galería Carles Taché. Su título,
The Brooklyn Navy Yard, puede despistar, pues remite simplemente al estudio donde trabaja el artista, en Nueva York. No se refiere, pues, al contenido ni al sentido de la exposición, sino a una circunstancia afortunada, como es el hecho de residir y trabajar en la metrópolis que ha sido durante más de medio siglo y posiblemente sigue siendo la capital mundial del arte contemporáneo. Pero, de hecho, lo que ha pintado Moix en su estudio neoyorquino son flores. Y no diré ni más ni menos que flores, pues sus flores son además otras cosas. Y en ese además quedan justificados el programa y la obra reciente de este pintor.
Las flores de Moix parecen representar distintos estados y tiempos a la vez, en sus diversas partes: zonas en floración o en decadencia, partes en pasado y partes en presente. Y también incluyen y mezclan algunos elementos de reinos distintos: un ojo animal en la flora, un fondo que parece submarino. De un modo inhabitual, Moix combina visiones propias del surrealismo, del modernismo decorativo y de la pintura figurativa y abstracta posterior al expresionismo abstracto. Pero al final lo que prevalece es la idea de flor, la vida aparecida que se sabe efímera, la afirmación de eso que es fugaz y su fijación mediante la pintura. Y mediante una gama cromática que combina también lo natural y lo irreal.
Esta vez Moix ha intervenido también en el espacio de la galería, fuera de los cuadros, empleando una técnica que permite pegar y despegar de las paredes lo pintado, y en consecuencia trasladar esas imágenes de floraciones a otros lugares. Las flores de esta muestra representan también la propia exuberancia expansiva del artista, cercana a la de la última etapa de David Hockney. Galería Carles Taché. Mèxic, 19. Hasta finales de junio. poeta y teórico del arte Pic Adrian (Moinesti, Rumanía, 1910-Barcelona, 2008) es una figura singular en la historia del arte y la cultura. Había huido de su invadido país y vivió gran parte de su vida en Barcelona. Conocí su obra y sus textos teóricos en los años setenta, siendo yo todavía adolescente, y entonces sus teorías me interesaron tanto como las de Paul Klee o como el cine experimental de Stan Brakhage y Michael Snow. No supe entonces que Pic Adrian era el poeta que ya en 1927 había publicado, en rumano, un libro de poemas titulado Jocuri de lumini în întoneric (Juegos de luz en la oscuridad ),y más tarde otros en francés, traducibles como Ojo del cielo: corazón (1973) y Nudo del infinito (1990).
Su obra plástica limita radicalmente los elementos expresivos, y conociendo la intensidad poética que se vislumbra en títulos como los que he citado, he llegado a pensar incluso quizá demasiado, que Pic Adrian se dotó de unos princiGiménez, pios “demasiado” minimalistas, un poco como le sucedió a Robert Bresson en su visión cinematográfica de Jeanne d’Arc. En cualquier caso, la muestra Pic Adrian. Art
principal que presenta Marlborough es muy recomendable.
Marlborough Barcelona. Enric Granados, 68. Hasta el 13 de abril. con el título Adoptar otra
naturaleza. Quienes hayan seguido la trayectoria de esta artista desde sus inicios habrán podido constatar una evolución en un sentido que su actual exposición expresa con claridad. El paisaje, la idea de viaje, la relación con lo lejano, han sido constantes en su obra, en pinturas, dibujos y collages. Hace años, elementos como naves y faros eran figuras frecuentes, que se perfilaban en unos soportes texturados, con un marcado acento material. La ensoñación tendía a materializarse como objeto.
Más tarde Regina Giménez dirigió su atención a la arquitectura y el interiorismo, a la evocación de algunas vanguardias históricas, jugando también con la tensión entre nociones opuestas: la geometría ideal y la materia desgastada, el pasado y el presente. Las obras que componen la actual exposición se basan en una misma imagen, una ilustración de tema astronómico reproducida en una antigua enciclopedia. La artista primero ha traducido a la pintura y al dibujo esta imagen encontrada, y en una segunda fase ha devuelto esa imagen a un estatuto de objeto reproducible: alfombra, vestido estampado o libreta. La imagen matriz es una composición geométrica en la que círculos de distintos tamaños representan la visión que unos hipotéticos contempladores interplanetarios tendrían del sol: desde Mercurio un gran círculo, desde Neptuno un punto luminoso, similar a la imagen que los terrícolas recibimos de otras estrellas más lejanas. Ana Mas Projects. Isaac Peral, 7 (L’Hospitalet). Hasta el 7 de abril.