Ajuste en Renfe Mercancías para evitar la quiebra
Reducirá una cuarta parte de la plantilla y venderá activos
La filial de mercancías de Renfe se va a hacer más pequeña para poder salir de los números rojos y ser competitiva en un entorno liberalizado. La compañía sigue perdiendo tráficos al tiempo que sus competidoras los ganan, de modo que hoy ya copan más del 30% del mercado. Aun así, estas últimas no logran compensar la caída de la operadora pública, con lo que este tipo de transporte sigue sin despegar en España. A duras penas alcanza el 5% de cuota frente al 95% del camión. La firma dependiente de Fomento explicó ayer sus planes para los próximos tres años, que pasan, principalmente, por la reducción de una cuarta parte de su plantilla, la venta de locomotoras y vagones, y la desinversión en otras empresas del sector en las que participa. De este modo, pretende dar un giro de 180º a sus cuentas, reducir costes, generar nuevos ingresos y dejar atrás el fantasma de la quiebra.
El pasado ejercicio, Renfe Mercancías tuvo unas pérdidas de 48 millones de euros. Con las medidas que se van a aplicar, se prevé lograr el equilibrio este 2017, de la mano de ingresos extraordinarios y crecer entre un 4% y un 5% anual de modo que en el 2018 la facturación ordinaria permita dejar atrás las pérdidas y, en el 2019, se consolide la rentabilidad. Renfe abandona, por tanto, la idea gestada en la etapa de Ana Pastor al frente del ministerio de asociarse con un gigante industrial europeo del sector, para lo cual abrió conversaciones con Deutsche Bahn, que no prosperaron.
El plan de gestión 2017-2019, detallado ayer por el director general de Renfe Mercancías, Abelardo Carrillo, ya había sido adelantado a grandes rasgos hace un mes por el presidente de la matriz, Juan Alfaro, tras hacerse pública la histórica multa de 65 millones de euros que le impuso la CNMC por atentar contra la competencia, cantidad que, en parte, se ha provisionado a cargo del 2016. La primera medida consiste en una reducción de la plantilla, pactada con los sindicatos, según la cual se pasará de los 1.312 empleados actuales a 996, un 24% menos. De las 316 salidas previstas, 249 ya han sido acordadas con los afectados. Las bajas serán voluntarias y quienes deseen acogerse podrán optar entre desvincularse de la empresa o adscribirse a otra del grupo (Renfe Viajeros, Renfe Fabricación y Mantenimiento
La operadora prevé equilibrar cuentas este año y consolidar la rentabilidad entre el 2018 y el 2019
o Renfe Alquiler de Material Ferroviario).
Con la venta de activos se pretende adecuar los recursos disponibles a la realidad del negocio. Así, de las 319 locomotoras que conforman el actual parque se pasará a 253, un 20% menos. Las 66 que sobran se enajenarán a la filial de alquiler de material o a empresas externas. Las competidoras de Renfe denuncian desde hace años que no tienen acceso al material. El mismo proceso se aplicará a los vagones excedentarios, unos 1.500 de los 10.000 que tiene, el 15%.
Otro elemento con el que Renfe pretende reducir su perímetro y, a la postre, hacer caja, es la desinversión en dos compañías dedicadas principalmente al transporte de coches. Se trata de Transfesa, de la que tiene el 22,4% del capital (el 77,3% está en manos de Deutsche Bahn), y de Semat, participada por la operadora pública española directamente con un 37,2% e indirectamente a través de Tranfesa, que tiene el 62,8%, según los últimos datos de la CNMV. Se da la circunstancia de que el Consejo de Ministros aprobó estas desinversiones en el 2012, pero nunca se han llegado a ejecutar.
Junto a estas medidas, Renfe Mercancías rediseñará su estrategia comercial y potenciará los tráficos internacionales con Francia y Portugal.