El origen del mal
Rusia se pregunta sobre los fallos del sistema de seguridad en el metro
Los investigadores determinan que el autor del atentado terrorista en el metro de San Petersburgo fue un suicida que actuó solo, lo que parece confirmar la pista yihadista.
Nacido en Kirguistán, el presunto kamikaze al parecer vivió seis años en la ciudad y tenía nacionalidad rusa
El día después del atentado terrorista en el metro de San Petersburgo fue una jornada con preguntas y respuestas. Mientras los investigadores determinaban ayer que el autor de la masacre fue un suicida que actuó solo, lo que parece confirmar la pista del terrorismo yihadista, los políticos y la prensa rusos se preguntaban por qué el sistema de seguridad no evitó el ataque.
Los arcos metálicos no detectaron ninguno de los dos artefactos explosivos que el lunes introdujo en el suburbano el atacante: el que explotó entre las estaciones Sennaya Plóshchad y Tejnologuícheski Institut y el que, camuflado en un extintor, fue hallado sin explotar en la estación de Plóshchad Vosstániya.
La prensa local, citando varios especialistas, señalaba ayer que no basta con instalar los arcos metálicos que desde hace varios años forman parte del mobiliario del metro y los grandes centros comerciales de Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas. Y apuntan que para que sean efectivos es necesario aumentar la zona de inspección de pasajeros y destinar más efectivos.
Las autoridades rusas tienen ahora que estudiar qué falló. Para eso la semana que viene los senadores se reunirán en el Consejo de la Federación con el viceministro de Interior, Alexánder Górov.
Otros dudan que en una situación con muchos pasajeros en el metro sea posible establecer un sistema de seguridad totalmente efectivo. El lunes el portavoz de la Fiscalía en San Petersburgo, Alexánder Kurennói, señaló que “la gran afluencia de pasajeros” fue lo que permitió meter las dos bombas en el metro.
El gobernador de San Petersburgo, Gueorgui Poltávchenko, anunció ayer una investigación para de- terminar la eficacia del sistema. “Ahora es pronto para hablar de la efectividad de los recursos gastados, hay que esperar las conclusiones”. Poltávchenko aseguró que el actual sistema de seguridad se revisa de forma regular.
A la pregunta del “¿Quién?” las autoridades rusas respondieron con el nombre de quien sospechan es el autor de la masacre. Se trataría de Akbarzhon Dzhalílov, un joven nacido en Osh (Kirguistán) en 1995. Su identidad la confirmó desde Bishkek a la agencia Interfax Rajat Sulaimánov, portavoz de Seguridad de Kirguistán, una ex república soviética de Asia Central de mayoría musulmana.
“La investigación conjunta del Comité de Instrucción, del FSB y del Ministerio del Interior ha determinado que el artefacto explosivo pudo activarlo un hombre, cuyos restos se han encontrado en el tercer vagón”, dijo en un comunicado el Comité de Instrucción.
Según la investigación, el suicida llevaba la bomba en una mochila a su espalda. Tras la explosión, ocurrida poco antes de las 14.40 del lunes, del supuesto autor sólo habría quedado la cabeza.
Según la web petersburguesa Fontanka.ru, Dzhalílov había vivido en San Petersburgo durante seis años. Algunos medios rusos señalan que en ese tiempo había obtenido la nacionalidad rusa. Su imagen, captada por las cámaras de seguridad del metro, se difundió ayer.
Aunque el atentado no ha sido reivindicado, con el atentado suicida cobra fuerza la posibilidad de que detrás esté el Estado Islámico (EI) o que Dzhalílov sea uno de sus seguidores. El EI ha hecho varios llamamientos para atacar Rusia a raíz de su participación en la guerra de Siria en apoyo de Bashar el Asad, desde septiembre del 2015. Miles de ciudadanos de Rusia y otras ex repúblicas soviéticas se han unido al EI en Iraq y Siria, incluidos varios cientos de Kirguistán.
Quedan, pues, descartadas las primeras sospechas de la policía, que el lunes buscaba a dos personas. Se distribuyó, además, la fotografía de un hombre con barba y ropas musulmanas que estuvo en el metro antes de la explosión. Al poco tiempo, él mismo se presentó en una comisaría para declarar que no tenía nada que ver con el atentado.
El Ministerio de Sanidad elevó ayer el número de fallecidos a 14.