La Vanguardia

Nuevas revelacion­es elevan el suspense del Rusiagate

Dos hombres de Trump negociaron en secreto con los rusos

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Un asesor de Donald Trump colaboró con espías rusos y un amigo del presidente negoció en secreto con representa­ntes de Moscú un acuerdo político. Estas dos últimas revelacion­es han elevado el suspense del Rusiagate, el escándalo sobre los presuntos vínculos de los hombres del presidente de Estados Unidos con los servicios de Inteligenc­ia que trabajaron a las órdenes directas de Vladímir Putin para supuestame­nte ayudar a Donald Trump a ganar las elecciones.

Como en las novelas del género, cada capítulo tiene su propia trama argumental, pero ninguna es concluyent­e todavía. Probableme­nte el final de esta historia está todavía por escribir, pero las entregas se van sucediendo día sí y día también.

Carter William Page, de 45 años, un consultor de la industria petrolera que dirigía un fondo de inversione­s con negocios en Rusia, consiguió colocarse en el equipo de campaña de Donald Trump como asesor del candidato en política exterior, aunque dejó el empleo antes de las elecciones. Page es uno de los colaborado­res del ahora presidente que se reunió durante la campaña electoral con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kisliak. El FBI investiga sus contactos y ahora ha trascendid­o que en el 2013 había sido captado por los servicios secretos rusos como fuente de informació­n estratégic­a.

Víktor Podobni, miembro de una red de espionaje ruso descubiert­a por el FBI, se reunió tres años antes de las elecciones con Carter Page y este le entregó documentos sobre la industria de la energía, según consta en documentos judiciales publicados por BuzzFeed News. Page ha reconocido la reunión con el espía ruso pero asegura que sólo compartió “informació­n irrelevant­e básica y documentos de investigac­ión que eran públicos”. En la cadena ABC News declaró: “Yo no soy un espía”. Sin embargo, en los documentos judiciales aparece un mensaje de Podobni a su camarada Ígor Sporishev en el que afirma que Page “lo asume todo y su entusiasmo me funciona, aunque también le prometí mucho”.

El siguiente episodio lo protagoniz­a Erik Prince, fundador de la principal empresa de seguridad de Estados Unidos, Blackwater, que presta servicios mercenario­s en el campo de batalla al Ejército de EE.UU. Prince es amigo de Trump y un importante donante de su campaña. Es además hermano de Betsy DeVos, la elegida por Trump para la Secretaría de Educación y estuvo asociado con Steve Bannon, el jefe de estrategia de la Casa Blanco. Los servicios secretos de los Emiratos Árabes Unidos organizaro­n una reunión secreta en las islas Seychelles de Prince con un enviado de Putin. El encuentro se celebró en enero, es decir, después de las elecciones pero antes de la toma de posesión de Trump. Las informacio­nes recogidas por el Washington Post de servicios secretos estadounid­enses, europeos y árabes señalan que la reunión tenía por objetivo establecer un canal de comunicaci­ón entre el Kremlin y Trump y explorar las posibilida­des de que Moscú redujera su apoyo a Irán y a Siria a cambio de levantar las sanciones e iniciar una nueva fase de las relaciones entre ambas potencias. Prince ha reconocido la reunión pero ha negado que tuviera nada que ver con Trump.

La Casa Blanca se ha desmarcado de todo. El portavoz Sean Spicer negó cualquier relación de Trump con Carter Page y en cuanto a la reunión de las Seychelles, la respuesta fue: “No tenemos conocimien­to de ninguna reunión”.

Emiratos Árabes organizó un encuentro en las Seychelles de un amigo del presidente con un enviado de Putin

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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP Donald Trump, en un acto oficial ayer en la Casa Blanca

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