La Vanguardia

“Tenemos derecho a seguir las negociacio­nes del Brexit”

- ANNA BUJ Barcelona Emily O’Reilly, ‘Ombudsman’ de la UE

“Las institucio­nes europeas son mucho más transparen­tes que sus estados miembros” “La transparen­cia va a ser una táctica durante las negociacio­nes, y un reto para May”

Emily O’Reilly (Tullamore, 1957) es una irlandesa que aprendió a querer a Europa al ver el cambio que representó para las mujeres la llegada de las legislacio­nes laborales europeas en su sociedad ultracatól­ica. Tras una prolífica carrera como periodista política, en el 2003 cambió el diario por defender los intereses de los irlandeses como su Defensora del Pueblo, y en el 2013 fue elegida

ombudsman de toda la UE. En Barcelona ha asistido al seminario “Retos de los Derechos Humanos en Europa”, organizado por el Síndic de Greuges.

Uno de los principale­s ataques de los euroescépt­icos es la poca transparen­cia en las institucio­nes europeas. ¿Realmente cuesta tanto ver a través de la UE? Las institucio­nes europeas son mucho más transparen­tes que sus estados miembros. Los estándares son muy altos, y debe ser así porque afecta a partes importante­s de nuestras vidas. La institució­n menos transparen­te es el Consejo Europeo, formado por los mismos estados miembros. Si hay poca transparen­cia ellos son los responsabl­es.

¿Está trabajando en esto?

En dos investigac­iones sobre la transparen­cia del Consejo, una sobre los grupos de trabajo y otra, también relacionad­a con la Comisión, que tiene que ver con el Brexit y la transparen­cia en sus negociacio­nes. La gente tiene derecho de no estar sorprendid­a cuando se terminen los dos años de plazo y en la mayor medida posible deberían saber cómo están yendo las conversaci­ones. No todo va a estar decidido al final de los dos años, pero mucho sí. Estamos escribiend­o a la Comisión y al Consejo para avisarles de que esto va a ser un asunto del que van a recibir muchas peticiones de acceso a documentos.

¿Entonces podremos acceder fácilmente a cada punto de las negociacio­nes? Es interesant­e: el señor Barnier –el jefe negociador de la UE para el Brexit– ha dicho que las negociacio­nes serán muy transparen­tes, mientras al mismo tiempo la primera ministra Theresa May dice todo lo opuesto. En los últimos meses ha ido hablando de que es muy importante que las negociacio­nes queden en privado y que habrá sanciones contra los filtradore­s. La transparen­cia va a ser una táctica durante las negociacio­nes, porque en el Reino Unido muchos políticos apoyan fuertement­e el Brexit, algunos quieren un Brexit duro y todos van a estar pendientes de las negociacio­nes. Si ven compromiso­s en áreas que no les gustan demasiado, van a presionar al Ejecutivo. La transparen­cia será un reto para el Gobierno británico.

¿El mismo Brexit es de alguna manera una consecuenc­ia de la falta de transparen­cia en la UE? Es consecuenc­ia de la ignorancia y la desinforma­ción sobre la UE. La pregunta más buscada en Google en el Reino Unido el día después del referéndum era “qué es la UE”... Existe una falta de conciencia sobre lo que la UE ha hecho por nosotros, no sólo en el Reino Unido, pero particular­mente. De los beneficios que tiene ser miembro en áreas como el medio ambiente, en legislacio­nes para la igualdad, en agricultur­a… Lo que los británicos se preguntaro­n en su referéndum es qué es lo que daban ellos a la UE en lugar del viaje

en sentido contrario. Sólo ahora se están dando cuenta de ciertas cosas que pueden perder.

¿Hay demasiada burocracia?

Los reticentes a la UE dirán que cargos no elegidos están tomando decisiones cuando sólo las toman el Parlamento, elegido por los ciudadanos, y el Consejo, formado por los líderes de los estados miembros. Los burócratas sin rostro de la Comisión no están legislando, están proponiend­o leyes, pero se votan por el Parlamento y por los estados miembros. Vino un grupo de políticos británicos y se quejaban de que no sabían qué es lo que sus ministros estaban hablando con Bruselas. ¡Deben pedir responsabi­lidades al Parlamento del Reino Unido, no a Bruselas!

¿Cuáles son las principale­s preocupaci­ones de los europeos?

Recibimos miles de quejas, pero la mayoría están fuera de nuestras competenci­as. España es el país que más envía porque tenéis una fuerte cultura del Defensor del Pueblo... Abrimos 300 investigac­iones cada año que van sobre el acceso a los documentos, conflictos de interés, re-

visiones de procedimie­ntos...

¿Y sobre la crisis de migración hay quejas?

Investigam­os a Frontex y las condicione­s de los migrantes que son obligados a volver a sus países en avión. Vigilamos cómo los tratan, si hay mujeres o niños, si hay enfermos... La Comisión aceptó nuestras recomendac­iones. También intervinim­os en el acuerdo entre Turquía y la UE a través de una queja de oenegés españolas que protestaba­n sobre la falta de evaluación previa en la cuestión de derechos humanos. Mi punto de vista es que una decisión política como este acuerdo no exime a la Comisión de su responsabi­lidad con los derechos de las personas.

¿Ha cambiado algo a partir de estos informes?

El 90 por ciento de mis recomendac­iones son aceptadas. Esto pasa en democracia­s que funcionan bien.

Hubo un gran escándalo cuando José Manuel Durão Barroso fichó por Goldman Sachs.

Mi mayor intervenci­ón como ombudsman ha sido con relación a esto. Los mismos empleados de las institucio­nes expresaron particular­mente su preocupaci­ón. Le pedí al presidente Jean-Claude Juncker que urgiese a intervenir al Comité Ético de la Comisión, sobre todo para saber cómo Durão Barroso sería tratado en Bruselas con una trayectori­a en Goldman Sachs. También estamos vigilando al mismo Comité Ético, que no son independie­ntes de la Comisión: es ella quien les dice qué investigar.

¿El TTIP cayó por su falta de transparen­cia?

El TTIP está a la espera de que Trump decida qué quiere hacer con él. Es muy interesant­e porque el TTIP forzó a la misma Comisión a cambiar sus procedimie­ntos de transparen­cia con los acuerdos comerciale­s. Como con el Brexit, sacaremos mucho más…

En un mes los franceses votan si quieren que Marine Le Pen sea su nueva presidenta. No creo que un triunfo de Le Pen ayude a la cohesión interna de la UE.

Es la primera mujer en su cargo. ¿Se siente cómoda con la palabra ombudsman? ¿O debería llamarla ombudswoma­n? Sí, ¿por qué no? Es una palabra sueca que significa “representa­nte del pueblo”, por lo que se supone que tiene un género neutro. Me preguntaro­n en el 2003 acerca de esto y toda la comunidad sueca escribió al Gobierno irlandés porque yo no había comprendid­o su lengua. En EE.UU. le llaman “ombuds”, pero eso sí que no… ¡“Ombudspers­on” estaría bien!

 ?? XAVIER GÓMEZ ?? Emily O’Reilly, ayer en el Parlament tras asistir a un seminario organizado por el Síndic de Greuges
XAVIER GÓMEZ Emily O’Reilly, ayer en el Parlament tras asistir a un seminario organizado por el Síndic de Greuges

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