La Vanguardia

Punto de partida

- A. FERNÁNDEZ TEIXIDÓ, promotor de la plataforma Lliures Antoni Fernández Teixidó

Los dieciocho meses previstos en la hoja de ruta del Govern para declarar la independen­cia unilateral de Catalunya se han cumplido. Excepto la CUP y moderadame­nte, nadie ha presionado al presidente Puigdemont y sus aliados en ningún sentido. Se ha impuesto una tensa prudencia. A pesar de todo, el tiempo político se agota. Se acerca insoslayab­le el desenlace. No he dudado nunca de que Puigdemont convocará el referéndum. Es hombre de palabra y lo hará. Creo, sin embargo, que no se celebrará. Sospecho, desde hace meses, que la actual correlació­n de fuerzas Govern-Gobierno lo hará imposible. Ya se verá.

La no celebració­n de la consulta comportará, más pronto que tarde, la convocator­ia anticipada de elecciones. ¿Cuándo? Casi con toda seguridad este año. ¿En qué escenario? Todavía no lo sabemos. Pero el adelanto de los comicios es la última salida política para Junts pel Sí. Iremos a una nueva contienda electoral donde es necesario que el catalanism­o de la segunda década del siglo XXI –que no es independen­tista– esté presente. Sería una pésima noticia que un espacio de centro, hoy incomprens­iblemente abandonado, no encontrara un referente sólido que ayudara a cambiar de raíz la actual situación en Catalunya y la peligrosa deriva que se avista.

Pienso en un tipo de catalanism­o liberal y humanista que, apostando por la libertad y la orden, impulse nuevas mayorías que gobiernen al servicio de todos y que se ocupe con rigor de la gestión pública. Una fuerza política que supere la orfandad que siente una parte del electorado, desconcert­ada por la dramática evolución de estos años. Sabiendo que nada volverá a ser como antes y mirando la nueva realidad cara a cara.

Una nueva formación que apueste por un exigente autogobier­no. Liberales, humanistas y europeísta­s decididos a librar un inaplazabl­e combate político contra la izquierdiz­ación y el antisistem­a rampantes que acabarán por arruinar Catalunya. Ahora bien, este nuevo partido que tiene que nacer no tiene cuentas políticas pendientes, ni adversario­s a los que no tenga que respetar seriamente.

Tenemos que haber aprendido las lecciones políticas del proceso. Nos convendría no caer de nuevo en la actitud, un punto inmadura, de creer que todo lo que queremos es imprescind­ible y siempre es posible. Tendríamos que aceptar que en política se progresa desde bases sólidas con mayorías muy cualificad­as. Construir juntos significa saber que negociar con un Estado que no da, ni dará, facilidade­s exige determinac­ión, inteligenc­ia y constancia imbatibles. Saber que la partida que jugamos es de más largo recorrido. He aquí la auténtica legitimida­d.

Cuando pensamos en un nuevo partido, proponemos una organizaci­ón transparen­te y moderna, que protagonic­e una respuesta firme con la voluntad de dialogar y acordar a pesar de las dificultad­es de hacerlo. No conozco ningún otro camino si se quiere respetar la ley y avanzar democrátic­amente. Está demostrado que los atajos no sirven. Hace falta el esfuerzo de personas comprometi­das, implicadas, convencida­s de que sólo la lucha inteligent­e y paciente vale la pena. En esa orientació­n, los jóvenes tienen que estar en la primera fila de este designio.

Será la hora de que todos los votantes que deseen un país nuevo y viejo al mismo tiempo se afanen por conservar y fortalecer nuestras mejores tradicione­s políticas y respetar nuestros principios. Luchando desacomple­jadamente por el esfuerzo, el mérito, el compromiso, la convivenci­a y la cordialida­d imprescind­ibles para que el país progrese y la prosperida­d, reduciendo las desigualda­des, llegue a todo el mundo.

Hará falta el apoyo de miles de catalanes que pensaban hasta no hace mucho que la independen­cia resolvía gran parte de los problemas y que ahora aceptan, muy decepciona­dos, que tienen que ajustar de nuevo la mirada y hacer política con mayúsculas. Tenemos que responder a los antiguos sueños con realismo y eficiencia. Podemos dar un paso adelante. Todavía estamos a tiempo. Queremos andar juntos y se puede hacer, construyen­do un país confiado y con oportunida­des para todos.

Para muchos de nosotros, catalanist­as sin tacha, es un punto de partida hacia un presente más promisorio para los catalanes. Son los que tienen la última palabra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain