Nuevos espacios para la siesta
Campaña para reclamar una breve cabezada
Un tiempo para descansar después de comer. No más de media hora. Un periodo para arrinconar el estrés matutino, en el que dejar a un lado los problemas laborales, despejar la mente y coger fuerza para proseguir la larga jornada sobrevenida por horarios poco racionales. Eso es la siesta. Así lo entiende la mayoría de los españoles y que, como tal, reivindican, aunque sean pocos los que la puedan disfrutarla en contra del estereotipo imperante en el extranjero. Pocos estudios hay sobre cuántos españoles disfrutan de este breve descanso (sí hay muchos sobre sus beneficios), el más utilizado es el realizado en el 2009 por la Fundación de Educación para la Salud del hospital clínico San Carlos y la Asociación Española de la Cama. Los resultados lo dicen todo: el 16,2% de los españoles se echa una siesta cada día; el 22% sólo a veces y el 3,2% únicamente los fines de semana. El 58,6%, nunca lo hace.
Sin embargo, muchos querrían hacerlo, sobre todo, los que viven en grandes ciudades, en especial en Madrid y Barcelona, donde los prolongados horarios laborales y las largas distancias entre el trabajo y el hogar dificultan cualquier descanso. De hecho, casi el 40% de los madrileños y cerca del 30% de los catalanes consideran que la siesta debería ser obligatoria para ayudar a lidiar con el estrés, según una encuesta realizada por OnePoll hecha pública ayer.
“Y ese deseo es lo que hemos intentado exponer a los responsables municipales, a los hoteleros y a los empresarios”, señala un portavoz de Hoteles.com, el buscador de estancias hoteleras que ha puesto en marcha una campaña en las redes #SalvaLaSiesta con el objetivo de reivindicar un espacio público para el tan añorado descanso vespertino.
Pero la campaña va más allá y apuesta por la instalación de Siestesillas, una especie de tumbonas semicerradas, dotadas con colchones viscolásticos, luces y que desprenden aromas, donde echar una breve cabezada. El problema, reconocen desde esta empresa, es dónde colocar estas hamacas sofisticadas. En la vía pública es complicado, en unas ciudades repletas de peatones y de mobiliario urbano. Quizá en plazas o parques. A su ubicación se suma el problema de la seguridad. ¿Podría dormir alguien temeroso de que otro pudiera quitarle la mochila?
Otra solución son los hoteles, que podrían ofrecer este servicio en un espacio cerrado y con garantías de seguridad. No sería el primer caso. Ya hay hoteles en California (Estados Unidos) que ponen a disposición de los ciudadanos gratuitamente un mobiliario muy similar a las Siestesillas en las zonas comunes, atrayendo a nuevos clientes. ¿Cómo? Desde hoteles.com insisten en que una persona que entra en un hotel es siempre un cliente potencial, “aunque sea del bar”.
También se pueden ver en empresas de la categoría de Google, que lo ofrece para sus empleados. Ese es otro de los ámbitos hacia el que se dirige los precursores de la campaña. “Está más que demostrado que un breve descanso mejora la productividad. Entonces, ¿por qué no hacer algo al respecto y potenciarlo?”, señala un portavoz. Según el Instituto del Sueño (IIS), las investigaciones muestran que dormir una siesta contribuye al aumento de la creatividad y la productividad en el trabajo. Diego García-Borreguero, director médico de esta entidad, insiste en que “numerosos estudios han mostrado que pequeños periodos de sueño diurno, especialmente si su duración es inferior a 20-30 minutos, contribuyen a disminuir la sensación de cansancio y a aumentar la concentración