La Vanguardia

L’Hospitalet pone coto a los pisos turísticos

El Ayuntamien­to aprueba una moratoria de un año ante el incremento de peticiones de licencias

- JOSE POLO

Las políticas restrictiv­as de Barcelona sobre los alojamient­os turísticos no han solucionad­o, de momento, el problema. Tan sólo lo ha desplazado. Ayer, la ciudad vecina de l’Hospitalet de Llobregat aprobó una moratoria de licencias de un año para los pisos turísticos, que afectará a estas viviendas, los albergues para jóvenes, hostales y pensiones.

Las restriccio­nes quieren hacer frente al “aumento de peticiones de licencias que hemos tenido durante los últimos meses”, según explica la alcaldesa Núria Marín. Las cifras hablan por sí solas: en el 2015, l’Hospitalet tramitó 47 licencias de este tipo y en el 2016 recibió 144 solicitude­s (22 de ellas en curso). Un crecimient­o exponencia­l que ha triplicado las demandas durante el último año y que se agravó durante el tercer trimestre del 2016. Además, la tendencia tenía atisbos de seguir creciendo: en lo que se lleva del 2017 ya hay 66 solicitude­s y tres se han efectuado.

“Es una medida preventiva con el objetivo de ganar tiempo para ver dónde, cómo y en qué condicione­s aceptamos pisos turísticos”, agrega la alcaldesa. “Hemos visto que en Barcelona han generado muchos conflictos y debemos actuar porque nosotros comenzamos a tenerlos”, argumenta Núria Marín.

Los barrios afectados son los más cercanos a Barcelona. El 34% de los pisos turísticos están en Santa Eulàlia, el 27% en La Torrassa y el 25% en Collblanc. Son porcentaje­s mucho más elevados que en el resto de barrios. El tercero en discordia, La Florida, tan sólo tiene el 6%. “Al final la gente que opta por este tipo de oferta también quiere ir a ver la Sagrada Família”, señala Marín. Eso sí, la suspensión de licencias afecta al 100% de la segunda ciudad de Catalunya para evitar que el problema se propague como “una mancha de aceite”.

La moratoria de l’Hospitalet es muy distinta a la de Barcelona. No afecta a los hoteles ni a las residencia­s de estudiante­s siempre y cuando ocupen edificios enteros. “A mí un hotel no me genera ningún tipo de conflicto de convivenci­a”, indica Núria Marín. La suspensión únicamente será aplicada a aquellos alojamient­os turísticos que pretenden instalarse en edificios plurifamil­iares y que pueden causar molestias por ruido o actitudes incívicas a los vecinos. Pese al incremento de este mercado, según Marín aún se trata de un “número reducido de pisos”. Son el 0,33% del total de viviendas de l’Hospitalet. El Ayuntamien­to tiene detectados un total de 359.

Como ya hace tiempo que viene haciendo, Marín vuelve a reclamar una “política metropolit­ana” en materia de turismo. “Hasta ahora cada municipio ha aplicado sus propias políticas”, declara. Según ella, se podrían conseguir soluciones más efectivas de manera “coordinada”.

La oferta se ha triplicado en un año en los barrios más cercanos a la capital catalana

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