Gatillazo en San Mamés
Los blanquiazules ven alejarse su ilusión por Europa tras un experimento fallido de Quique Sánchez Flores
Hubo un tiempo, no lejano, en que el Espanyol era capaz de ganar al Athletic y profanar San Mamés, el viejo y el nuevo. Con un fútbol menos brillante que efectivo, simple. Ayer se complicó demasiado la vida para fracasar en el intento de sorprender. Y cuando Quique Sánchez Flores trató de arreglar las cosas ya no dispuso del tiempo ni de la ocasión. El españolismo vio como Ernesto Valverde conseguía frustrar buena parte de sus ilusiones europeas. El Athletic fue superior, se escapa y –lo peor– deja una mancha en el proyecto blanquiazul.
Sorprendió a propios y a extraños Sánchez Flores con un once con hasta cinco novedades respecto al del pasado viernes: Diop, Marc Roca, Melendo, Álvaro Vázquez y Víctor Álvarez, que debutó como titular en una campaña en la que hasta ayer sólo llevaba 16 minutos. Aunque no sólo era cuestión de caras nuevas, ya que Víctor Sánchez volvió ayer al lateral derecho en tanto que Piatti acompañó a Álvaro Vázquez en punta, mientras Caicedo esperaba en el banquillo y Baptistão se quedaba finalmente fuera de la convocatoria. ¿Era necesario todo esto en un partido en el que el Espanyol se jugaba tanto?
También se presentó con cam- bios el Athletic, con Susaeta haciendo las veces de Williams de entrada e Iturraspe ocupando el doble pivote junto a Beñat en el lugar de San José, mientras Yeray y Saborit volvían a la zaga. Unas rotaciones, en cualquier caso, más ortodoxas.
La idea del técnico españolista era contener la creación del Athletic con la rotundidad de Diop y Javi Fuego en el centro del campo mientras su equipo trataba de desplegar su juego por las bandas, con laterales ofensivos y dos extremos –Melendo y Marc Roca– tan inéditos como creativos. Pero pronto se vio que a Quique la apuesta no le salió bien, ya que el Athletic no tuvo problemas para hacerse con el control desde el principio, mientras que al Espanyol le costaba horrores salir. Ya podían correr y buscar desmarques Álvaro y Piatti, porque no llevaban boletos para las rifas de balón que empezó a realizar su equipo.
Aduriz estaba llamado a confirmar su papel de bestia negra del Espanyol, y a los 10 minutos ya avisó con un primer remate de cabeza en el área que se escapó por encima del larguero. Fue sólo eso, un aviso, ya que cuando se acababa de cumplir el primer cuarto de hora de juego Víctor Sánchez derribó a Muniain en el área ante las narices de Martínez Munuera, quien no dudó en señalar el punto de penalti para que el goleador local se adornase con un lanzamiento a lo Panenka.
El Athletic estaba dispuesto a mantener su posición con humillación de por medio si era necesario, y si Aduriz había dejado en evidencia al meta visitante en el penalti hizo lo propio con Diop para marcar el segundo en el 37: Beñat colgó al área una falta lateral y el ariete se adelantó para rematar sin ninguna oposición.
Las ocasiones del Espanyol sólo llegaron en acciones a balón parado. Diego Reyes cabeceó desviado una falta botada por Piatti en el 11 en tanto que David López hizo lo propio con un balón que Álvaro Vázquez había puesto en el segundo palo ya en el 42, pero Arrizabalaga, en una de sus escasas intervenciones, se lució. Poco más.
A Quique no le quedó otra que reconocer que su intento de construir por las bandas era un fiasco y tras la reanudación no dudó en sentar a Melendo y Marc Roca para sacar a Hernán y Jurado. Después fue el turno de Caicedo. Pero el partido estaba más que perdido y Aduriz perdonó el tercero en un balón que tras golpear el larguero quiso botar fuera de la línea de gol ya en el 80.
BAILE DE CARAS Sánchez Flores presentó hasta cinco caras nuevas respecto al viernes y varios cambios de posición
UN DAÑO IRREPARABLE Tras el descanso, el técnico españolista desmontó su plan para llegar por las bandas, pero ya fue tarde