De Oriente a Occidente
El libanés Akram Zaatari presenta en el Macba
Contra la fotografia. Història anotada de l’Arab Image Foundation, una exposición en la que el artista utiliza los fondos del archivo de la institución, fundada hace 20 años en Beirut, para reflexionar sobre la imagen y la cultura árabe.
Barenblit se defiende por la presencia de Bartomeu Marí y dice que “el Macba no ha de vetar a nadie”
El artista libanés Akram Zaatari presenta en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) Contra la fotografia. Història anotada de l’Arab Image Foundation.
Pese al título, la exposición no es “contra” sino “a partir” de la fotografía, ya que el artista utiliza los fondos del archivo Arab Image Foundation, creado hace veinte años en Beirut, para reflexionar sobre el objeto fotográfico y sobre la cultura árabe.
Akram Zaatari (Sidón, Líbano, 1966) forma parte de la generación de artistas que tras la guerra civil en el Líbano se puso como objetivo construir un relato alternativo a la historia visual hegemónica. Y una de sus propuestas fue el archivo Arab Image Foundation, que desde entonces ha acumulado más de 600.000 imágenes del próximo Oriente y el norte de África, tanto de profesionales como de fotógrafos amateurs. Es la memoria visual de una cultura. Y “a partir” de esos fondos Akram Zaatari, uno de los fundadores del archivo, presenta una veintena de series de obras en distintos formatos (fotografías, instalaciones, vídeos, objetos).
Las fotografías que abren la exposición son una serie de imágenes relacionadas con los primeros vehículos. Se muestra tanto la foto como el reverso, con las anotaciones que hayan podido hacer sus propietarios, lo que a la postre es una forma de infiltrarse en la vida de las personas y en la modernidad del mundo árabe. A su lado una foto ampliada que por si sola quiere ser un retrato sociológico de las clases privilegiadas egipcias. Zaatari ha cogido una típica foto turística, donde aparece una familia de turistas frente a las pirámides y unos sirvientes encargados de mantener quietos a los camellos. Y para hacer visibles los códigos clasistas inherentes al género fotográfico, Zaatari ha ennegrecido los rostros de los trabajadores.
Otras obras de la exposición son, por ejemplo, una serie de 28 fotos en las que se refleja la sombra del fotógrafo sobre la imagen; un vídeo en el que una mujer egipcia se desnuda ante un fotógrafo; las imágenes del estudio de Hashem el Madani, fotógrafo de su misma localidad natal; la reproducción de unos negativos que reflejan como el impacto de la guerra y el paso del tiempo deterioran la emulsión fotográfica; unos primeros planos fotográficos de planchas de vidrio de Antranick Anouchian (se hallaron pegadas unas con otras y en ellas se superponen los rostros de soldados franceses con los de civiles); y doce grabados realizados a partir de planchas tratadas digitalmente que reproducen escáners en 3D de negativos muy deteriorados.
Con esta diversidad de “objetos”, Akram Zaatari quiere mostrar el valor de este archivo de Beirut, no como un simple depósito de imágenes sino como memoria antropológica. “Una foto que ha estado veinte años en una cartera tiene un valor especial, una carga emocional que los científicos nunca entenderán”, dice este artista.
La exposición, comisariada por Hiuwai Chu en el Macba, se podrá ver hasta el 25 de septiembre en Barcelona y luego viajará al National Museum of Modern and Contemporary Art de Corea en el 2018, comisariada por Bartomeu Marí, anterior director del Macba. La exposición ha levantado cierta polémica porque la Plataforma Assembleària d’Artistes de Catalunya (PAAC) envió un comunicado en el que decía que Bartomeu Marí no debía estar presente en la exposición y debía desaparecer de los créditos. Ferran Barenblit, actual director, se defendió ayer en rueda de prensa, leyendo un texto donde decía que “el Macba no ha de vetar a nadie” y su obligación es respetar la autoría de los proyectos y a los artistas. Barenblit explicó que al llegar a la dirección del centro mantuvo todos los compromisos anteriores, incluido este proyecto, que ya había ejecutado un 20% del presupuesto asignado y llevaba cuatro años de trabajo. Todo lo cual habría sido explicado a la PAAC. También señaló que Bartomeu Marí, actual director del museo de Corea, adonde irá posteriormente esta exposición, no cobra nada del Macba por este cocomisariado.