Washington sopesa una acción militar en Siria
Los forenses confirman el uso de un gas nervioso
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que el miércoles se mostró extremadamente duro con el dictador sirio, Bashar el Asad, está considerando la posibilidad de emprender una acción militar contra el régimen de Damasco como represalia por el ataque con armas químicas contra la población rebelde de Jan Sheijun, según informaron fuentes de la Casa Blanca a la CNN y The
New York Times. La decisión aún no está tomada pero el Pentágono, bajo la dirección del secretario de Defensa, James Mattis, baraja varias opciones para golpear la capacidad destructiva de las armas químicas de Siria.
Si quedaba alguna duda sobre el origen de la masacre del miércoles en el norte de Siria, ayer los forenses y doctores turcos, así como de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Médicos Sin Fronteras se encargaron de disiparla. Las 86 personas, incluidas 27 niños, que perdieron la vida en Jan Sheijun murieron bajo los efectos de un gas nervioso. Lo más probable es que fuera gas sarín. El ministro turco de Asuntos Exteriores aseguró que no había otra explicación después de que los médicos examinaran los cuerpos de los fallecidos en Adana. El ataque ocurrió a unos 90 kilómetros de la frontera turca y Turquía abrió la frontera para acoger a decenas de heridos.
Se trata del peor ataque con armas químicas en la guerra civil siria después del ocurrido en el verano del 2013 en los alrededores de Damasco. Entonces, otro bombardeo con gases atribuido a la fuerza aérea siria mató a 1.300 personas.
El régimen de Damasco mantenía ayer su posición. Culpaba a los rebeldes de haber hecho estallar un polvorín con armas químicas.
El Kremlin, sin embargo, ante la contundencia de las pruebas, no tuvo más remedio ayer que suavizar su apoyo al presidente Bashar el Asad. Un portavoz de Vladímir Putin aseguró que este apoyo no era incondicional.
La diplomacia rusa pasó todo el miércoles batallando con la comunidad internacional a favor de Siria. En el Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió de urgencia para abordar el bombardeo sobre Jan Sheijun, Rusia aceptó que el ataque lo habían llevado a cabo aviones sirios. Pero insistió en que la tragedia se produjo cuando las bombas destruyeron por azar un depósito de armas químicas en poder de los rebeldes.
Esta versión, sin embargo, tampoco se aguanta. Primero porque hay numerosos testigos del ataque y segundo porque, según confirman los expertos, cuando se destruye un almacén de gas sarín, los agentes tóxicos se liberan y pierden su poder destructivo al entrar en contacto con el aire.
El Kremlin presionó ayer a Damasco para que acepte una investigación internacional de lo sucedido y el régimen sirio dio su brazo a torcer pero con unas condiciones que son difíciles de aceptar. La comisión de investigación debe ser “apolítica” y en ella deben participar “muchos países”. También debe empezar en Damasco, lo que implica que deberá ser supervisada por el régimen. Los esfuerzos para destruir el arsenal químico sirio después de la matanza del 2013 no sirvieron de mucho. A pesar de los inspectores, el régimen logró esconder bastantes gases, tanto sarín como cloro.
El Kremlin dice que el apoyo a El Asad no es incondicional y le presiona para abrir una investigación