Sant Pau ofrecerá un centro de apoyo a pacientes con cáncer
Un grupo de mujeres que habían pasado por el servicio de oncología de Sant Pau llevaba años intentando crear un espacio donde verse, hablar con el psicólogo, tomar un té en compañía de otros entre visita y quimio, un lugar donde atender todo aquello que se amontona en la vida cuando uno tiene cáncer y que sobrepasa la capacidad del hospital. En el Reino Unido lo habían conseguido, pero los centros Maggie’s, que nacieron hace veinte años, no había manera de que cuajaran aquí. Y ayer se puso la primera piedra del de Sant Pau, de la mano de la Kàlida, creada a partir de otra fundación, Nous Cims, y con el apoyo del hospital y de la fundación privada del hospital, propietaria del recinto histórico.
La arquitecta Benedetta Tagliabue se ha encargado de diseñar “un edificio abierto que sea casi un jardín, que discurra en torno a una cocina y una gran mesa en donde sea posible la conversación. Porque las cosas puede que no vayan bien pero somos parte de la naturaleza. Un espacio para estar con otro espíritu, donde poder olvidarse, relajarse, compartir, en paz”.
“El mundo se te cae encima con el diagnóstico”, explica el responsable de Oncología de Sant Pau, Agustí Barnadas. “Aparecen mil dudas sobre lo que te pasa, el tratamiento, las secuelas, lo que va a pasar con quienes dependen de ti. Y todo eso pasa a una gran velocidad y no tienes tiempo para absorber todo lo que te pasa. Te vas a casa y te preguntas ¿qué me han dicho? Nuestros pacientes y sus familias necesitan un apoyo psicosocial que no podemos darle en el hospital”.
El edificio estará listo en enero próximo y “será realidad gracias a varios grandes donantes, que han sumado casi dos millones de euros, pero que esperamos que pueda mantenerse con microdonaciones”, explica el presidente de Kàlida, Germán Castejón. Se podrá acceder directamente desde el hospital nuevo y contará con psiconcólogos, terapeutas y enfermeras que atenderán a más de 50 personas (es la media británica) cada día, pacientes que acuden entre sesiones y visitas al médico. Oncología de Sant Pau supervisará el trabajo del equipo de Kàlida, para ir todos en la misma línea. “La utilización de estos servicios es gratuita y abierta a pacientes no sólo de Sant Pau. Nadie pedirá el carnet”, aclara Castejón. “Nuestra idea es poder extender la experiencia a más hospitales, que cada equipo de oncología pueda contar con su centro de apoyo para todo ese tratamiento que no cabe en el hospital, que se ha de alejar del acero inoxidable y la cita previa”.