El caso James le estalla a Zidane a dos días del derbi
James se ha hartado de su rol actual en el Madrid y el malestar con su situación le ha estallado a Zidane en plena cara a dos días del derbi, cuando comienza el tramo decisivo de la temporada y más que nunca es necesario remar juntos. El colombiano aceptó de mala manera que fuera el primer cambio en Butarque, a veinte minutos del final. El jugador salió del terreno de juego muy enfadado y sin querer dar la mano al entrenador, mientras mascullaba: “La concha de su madre. No me pone un partido completo”. La estadística refleja la pérdida de importancia del jugador para Zidane, que le ha utilizado en 49 partidos, pero sólo en seis de ellos ha completado los 90 minutos.
Fichado al Mónaco por 80 millones en el verano del 2014 tras jugar un gran Mundial, James fue siempre un fichaje estratégico para Florentino Pérez, que lo consideraba clave para la expansión del club en el mercado latinoamericano y el único jugador de la plantilla con potencial para ganar el Balón de Oro aparte de Cristiano. Sin embargo, la trayectoria de James se torció tras su primera temporada con los blancos. En su segundo año no congenió de inicio con Rafa Benítez, pero tampoco con su sustituto, Zinédine Zidane. Con el francés la relación empeoró en esta temporada hasta el punto de que el jugador, nada más terminado el partido de Tokio en el que el Madrid ganó el Mundial de clubs, anunció en la zona mixta que se planteaba abandonar la entidad.
Las declaraciones de James enturbiaron la fiesta, pero la situación pareció reconducirse en enero, cuando se reanudó la Liga a la vuelta de las vacaciones navideñas. La tregua pareció romperse definitivamente en Leganés. El jugador manifestó en público su enfado y el club ha llegado al convencimiento de la necesidad de venderle en verano. Está por ver lo que juega James de aquí al final de la temporada.
Por si no le faltaran líos al Madrid también en la tarde de ayer se hizo viral una fotografía que subió Isco a Instagram en la que se veía al jugador malagueño comiendo con amigos en una mesa en la que destacaba una bolsa de patatas fritas con el escudo del Barcelona. Un rato después sustituyó la foto por otra en la que ya no se veía la bolsa de patatas. Sin querer renovar por el Madrid y con una oferta del Barça, Isco debió entender que la foto no era políticamente correcta.