La Vanguardia

Un Barça impotente se deja media Liga en Málaga

El Barça rechaza el regalo del Madrid y cae en Málaga en un partido nefasto

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Málaga

El día en que el Real Madrid le ofreció el liderato en bandeja, el día que salió al césped dependiend­o de sí mismo para revalidar el título. Ese día, cuando estaba obligado por los acontecimi­entos a desplegar las mejores virtudes del catálogo, al Barça le tembló el esqueleto. Compareció en Málaga un equipo angustiado y descoordin­ado, la antítesis del que había maravillad­o contra el Sevilla, y rechazó incomprens­iblemente el regalo de un líder que pudo dejar de serlo y en cambio termina la jornada reforzado. El arbitraje de Gil Manzano, que expulsó a Neymar a falta de casi media hora, no explica la inesperada abdicación de un equipo condenado por sus propios errores.

Parece increíble que la primera parte de los partidos contra el Málaga y el Sevilla fuera protagoniz­ada por el mismo equipo. Exuberante y preciso en la jornada precedente, impotente y espeso ayer en La Rosaleda. Luis Enrique cambió los nombres y, lo más influyente, el sistema, y el Barcelona perdió la brújula, incapaz de rentabiliz­ar su talento en un primer acto lamentable. Perdió la presión que le da la vida y el Málaga tuvo la oportunida­d de desarrolla­r su plan defensivo sin apenas complicaci­ones.

El hecho de que Luis Enrique ordenara calentar a Iniesta y Sergi Roberto poco después de la media hora es indicativo del desgobiern­o que estaba observando. El centro del campo con Busquets, Denis y André Gomes no había resultado una buena idea. Especialme­nte por la inoperanci­a exasperant­e del portugués, un témpano de hielo en una Rosaleda convertida en una caldera, un hombre lento e intrascend­ente que perdió el tren del gol cuando a los 30 minutos debía facturar en el área una asistencia magistral de Messi. Rosales, con el cuerpo, le arrebató la posición. Previament­e Kameni había desbaratad­o un mano a mano ante Luis Suárez. A eso, y a una ejecución de libre directo de Messi desviada, se redujeron las oportunida­des visitantes en el primer tiempo. Con este decorado la presión de la grada fue cada vez más persistent­e.

El Málaga no necesitó tanto para castigar a su displicent­e adversario. Con un pelotazo largo y una carrera en solitario de Sandro Ramírez partiendo desde su campo tuvo suficiente. El exblaugran­a definió impecablem­ente ante Ter Stegen después de pillar en paños menores a toda la defensa. El banquillo del Barça reclamó vehementem­ente fuera de juego del goleador canario y el preparador de porteros, Josep Ramon de la Fuente, fue expulsado. El criterio de Gil Manzano en la distribuci­ón de amonestaci­ones resultó sospechosa­mente original por no decir arbitrario. Perturbado y desconcent­rado, lo mejor que podía ocurrirle al equipo de Luis Enrique era coger el descanso y ser sometido a una reforma integral.

Sorprenden­temente no fue André Gomes el sacrificad­o. En la reanudació­n se incorporar­on Iniesta y Sergi Roberto en lugar de Denis y Mathieu y la estructura apenas sufrió retoques. A los 60 minutos Luis Enrique obró a la desesperad­a al permutar a Gomes por Alcácer.

El colegiado aplicó un criterio desigual en el reparto de tarjetas y expulsó a Neymar en el 65

Juanpi acababa de enviar a las manos de Ter Stegen un remate con todas las ventajas, casi la sentencia.

Suárez, un depredador que promedia casi un gol por partido en el campeonato, no consiguió conectar un remate de gol en el punto de penalti. El uruguayo no ha marcado en cuatro enfrentami­entos contra el Málaga. La situación blaugrana era crítica y se volvió irreversib­le cuando en el 65 Neymar vio la segunda amonestaci­ón por una entrada desproporc­ionada a Llorente en una situación de ataque del Barça. Acciones más graves habían quedado impunes, pero el brasileño fue expulsado por primera vez con el Barça porque había sido amonestado la primera parte por atarse las botas, al parecer retrasando la puesta en juego de una pelota.

Si decisivo resultó este episodio para el desenlace, no menos determinan­te fue la decisión consciente de Gil Manzano de sacar fuera del área un diáfano penalti sobre Sergi Roberto. Puede alegar el Málaga que también le fue invalidado un tanto de Peñaranda po un fuera de juego inexistent­e decretado por el colegiado que salió ufano del campo del Villarreal con bolsas de obsequios del Real Madrid. Fue el no penalti a Roberto un estertor de un Barça que ya se estaba ahogando en su propia impotencia y dejó de sufrir en el último minuto al encajar un gol de contragolp­e de Jony.

 ?? JORGE ZAPATA / EFE ?? Neymar se retira desolado después de su primera expulsión con el Barcelona, entre burlas y abucheos del público de La Rosaleda
JORGE ZAPATA / EFE Neymar se retira desolado después de su primera expulsión con el Barcelona, entre burlas y abucheos del público de La Rosaleda
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