Nicolás Maduro
PRESIDENTE DE VENEZUELA
Después de intentar neutralizar al Parlamento, Maduro ha inhabilitado durante quince años a Capriles, el principal líder de la oposición, que no está encarcelado. La oposición volvió ayer a ocupar las calles. El pulso sigue.
Los antichavistas volvieron ayer a salir masivamente a las calles de las principales ciudades de Venezuela y, especialmente, de Caracas. Espoleada por la deriva autoritaria del Gobierno de Nicolás Maduro, la indignación opositora aumentó tras conocerse el viernes la inhabilitación para cargos públicos durante 15 años de uno de sus principales líderes, el excandidato presidencial, Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda, lo que le impediría presentarse a unas elecciones.
Capriles encabezó ayer las protestas en Caracas y, al cierre de esta edición, la policía nacional disparaba gases lacrimógenos contra los manifestantes que ocupaban el centro de la capital. La creciente tensión hace prever altercados y enfrentamientos como los sucedidos esta semana cuando las protestas han sido diarias pero no tan concurridas como las de ayer.
Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento y líder de Voluntad Popular, el partido del encarcelado Leopoldo López, hizo ayer un llamamiento a insistir en las protestas callejeras. “Hoy es un día para aumentar presión, sumar y desgastar física y moralmente al régimen. Resistencia pacífica popular”, tuiteó Guevara.
La inhabilitación de Capriles ha provocado una nueva ola de solidaridad internacional con la oposición, como la que se produjo la semana pasada cuando el Tribunal Supremo suspendió las funciones de la Asamblea Nacional, de mayoría antichavista, aunque luego revocó la decisión. Uno de los países más firmes contra Maduro es Argentina, cuya cancillería aseguró que si la inhabilitación se concreta “tendrá un impacto negativo en el derecho del pueblo venezolano a elegir libremente sus candidatos a ocupar cargos electivos”. La nota diplomática “urge al gobierno venezolano a que se respeten y garanticen los derechos y libertades políticas” con el objetivo de preservar el Estado de derecho. El presidente Mauricio Macri amenazó a Maduro con la expulsión de Venezuela del Mercosur.
También el secretario general de la OEA se pronunció contra el gobierno chavista con dureza. “El único que inhabilita es el pueblo y por elecciones. Se trata de medida típica de dictadura que viola los derechos civiles y políticos”, tuiteó Almagro.
Por su parte, Capriles se mostró desafiante a su inhabilitación, que atribuyó a sus aspiraciones presidenciales. “Seguiré siendo su gobernador hasta que el pueblo de Miranda elija uno nuevo”, indicó.
La administración Maduro culpa a Capriles de consignar irregularmente como donaciones de dinero recibido por el estado de Miranda tras firmar convenios con las embajadas del Reino Unido y Polonia. Además, asegura que Capriles actuó “de manera negligente” al encargar obra pública sin las preceptivas licitaciones.
La inhabilitación implica que el líder opositor dejaría de ser gobernador de Miranda, ya que la resolución le impide ejercer “funciones públicas” y la “ruptura o disolución de todo vínculo laboral que pueda existir con órganos o entes de la administración pública”.
Capriles ya había anunciado su intención de concurrir a las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones presidenciales previstas para finales del 2018, si no se adelantan como pide la oposición y buena parte de la comunidad internacional. Capriles fue dos veces candidato unitario de la MUD, cayendo derrotado: en el 2012 contra Hugo Chávez y al año siguiente frente Maduro.
La policía nacional utiliza gases lacrimógenos contra los manifestantes en el centro de Caracas