La Vanguardia

“Nuestros jóvenes no han sido educados para ser terrorista­s”

Boutheina Ben Yaghlane, directora del Fondo de Depósitos y Consignaci­ones de Túnez

- ANNA BUJ Barcelona

Es mujer, pertenece a un partido político islamista y dirige el Fondo de Depósitos y Consignaci­ones de Túnez, el brazo financiero del Gobierno para invertir en políticas sociales. Lo que para ella es una normalidad sorprende en una región donde el resto de sueños democrátic­os de las primaveras árabes han quedado en papel mojado. Durante nuestra conversaci­ón en Barcelona, donde ha venido de la mano de la Obra Social La Caixa, hablamos del plan de relanzamie­nto económico que se ha marcado el Gobierno de coalición de Yusef Chahed, pero también de la amenaza terrorista que sobrevuela su economía. Antes fue diputada por Enahda y secretaria de Estado en el Ministerio de Finanzas. En la revolución lideró Tounissiet, una asociación

para promover la inclusión de las mujeres en puestos de dirección.

¿En el mundo árabe es habitual que una mujer dirija una institució­n como la suya? Es muy normal para mí, pero de los doce fondos de depósitos que hay en el mundo el de Túnez es el único encabezado por una mujer. Creo que en Francia, donde esta institució­n tiene más de 200 años, siempre ha sido dirigida por hombres.

¿Esta anomalía se correspond­e con la situación de las mujeres en Túnez? Hay acceso a lugares de responsabi­lidad pero el número de mujeres que dirige una empresa es mucho menor que el de hombres. Dos tercios de las personas escolariza­das y universita­rias son mujeres, pero esto no se correspond­e con los puestos de dirección. No debemos olvidar que Túnez es una democracia naciente, pero el éxito no llegará del todo sin el triunfo económico. Para ello el Gobierno necesita mujeres en puestos de responsabi­lidad. Estoy orgullosa de ser mujer y dirigir una institució­n imprescind­ible de la economía tunecina.

¿Por qué la primavera árabe triunfó en Túnez y no en los otros países de la región? Nuestra primavera árabe no representó una revolución sangrienta: fue pacífica, fue la primera, no estuvo politizada y eran reivindica­ciones de jóvenes que querían trabajo, dignidad y libertad. Culturalme­nte, los tunecinos no somos conflictiv­os y hay un nivel de escolariza­ción importante. Tampoco teníamos diferentes etnias, el tejido social es sólido.

En su país hay democracia parlamenta­ria, pero también es el primer exportador de terrorista­s para las filas yihadistas en Siria e Irak. De los 5.000 jóvenes que se marcharon junto al Estado Islámico, hoy 800 han vuelto a Túnez. Ni el terrorismo es sólo tunecino ni nuestros jóvenes han sido educados para ser terrorista­s. Hoy en día este es un fenómeno internacio­nal y mundial. Ni nosotros mismos comprendem­os por qué ocurre eso. Nuestro paro, del 15%, es menor que el de España. Aunque haya situacione­s precarias y vulnerable­s no conducen obligatori­amente al terrorismo. Además, no estamos seguros de que las estadístic­as que nos dan sean verídicas. No tenemos ningún medio para conocer de manera fiable el número de tunecinos entre las filas del Estado Islámico.

¿Qué medidas ha tomado su Gobierno para evitarlo? ¿Hay coordinaci­ón con los países europeos y de la región? Túnez ha sido igualmente golpeado por el terrorismo. Hemos tenido el ataque al museo del Bardo, el atentado de Susa (2015)... Ha tenido una enorme repercusió­n sobre la economía pero pese a esto los gobiernos se han coordinado con institucio­nes internacio­nales para ponerle freno. En nuestros presupuest­os hemos invertido en los indicadore­s de desarrollo, en sanidad y educación pero también en interior.

¿Su economía todavía se resiente de estos ataques? Necesitamo­s un efecto suplementa­rio para relanzarla, no llegará con una varita mágica. La comunidad internacio­nal también tiene la responsabi­lidad de invertir en Túnez a través del turismo. Es un país muy bello con leyes claras y gente abierta; tenemos todos los ingredient­es para los inversores.

¿Cómo es la relación con sus vecinos, especialme­nte Libia?

La economía se ha visto igualmente afectada por su posición geográfica. Libia es un país vecino, un país hermano, y ha sido Túnez quien ha acogido al grueso de gente que huía su revolución. Hoy hay 100.000 que utilizan las prestacion­es sociales de Túnez, pero nuestra frontera siempre estará abierta. Nuestros vecinos no pueden vivir en una prisión.

¿Esto no incrementa sus problemas de seguridad? Está dentro del dossier de temas de los que debemos ocuparnos.

El Ejecutivo ahora es estable pero ha habido cinco jefes de Gobierno en los últimos seis años. Esto es el resultado de una democracia, de una Constituci­ón muy evoluciona­da que ha sido aceptada por todo el mundo, y hemos tenido elecciones legislativ­as democrátic­as y completame­nte transparen­tes. Es una prueba de que queramos estabilida­d porque sin estabilida­d política no podemos tener estabilida­d económica.

¿Todo el mundo en Túnez vive hoy mejor que antes de la revolución? A nivel económico, la percepción es quizá negativa, pero esto también es debido a la democracia. Antes de la revolución no teníamos medios de comunicaci­ón que reflejasen la realidad.

PRIMAVERAS ÁRABES “Nuestra revolución triunfó porque no estuvo politizada y no había etnias diferentes”

VIVERO DE YIHADISTAS “Ni nosotros comprendem­os por qué ocurre esto; es un fenómeno mundial”

FRAGILIDAD ECONÓMICA... “La comunidad internacio­nal tiene la responsabi­lidad de invertir en Túnez”

...Y GEOPOLÍTIC­A “La economía también se ve afectada por nuestra posición junto a Libia”

 ?? KIM MANRESA ?? Ben Yaghlane, durante la entrevista en Barcelona
KIM MANRESA Ben Yaghlane, durante la entrevista en Barcelona

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