La paz esté con vosotros
El presidente Trump y José Andrés se reconcilian y cierran su pleito judicial
En su alocución de los sábados, el presidente Trump aseguró ayer que esta semana – “sólo llevamos once”, dijo, aunque parezcan muchas más– “mi Administración ha logrado un progreso histórico para América”.
No hizo mención alguna a su arrebato guerrero de la noche del jueves, pero sí que insistió en una de las cuestiones esenciales de su campaña. Aunque todavía no sabe cómo se financiará el prometido muro que cierre la frontera del sur, sacó pecho por la mejora obtenida a la hora de frenar la entrada de los “aliens”.
“A su vez –añadió–, estamos realizando operaciones policiales para echar de nuestra sociedad a indocumentados peligrosos”. Según su particular lista, ahí hay traficantes, asesinos o violadores de mujeres y niños.
Ese tipo de lenguaje, con el que en junio del 2015 al entrar en la carrera política, describió de un brochazo a “los mexicanos”, es el que propició que el cocinero español José Andrés rompiera relaciones con el magnate.
“Feliz de cerrar este capítulo, ganador-ganador para ambas partes y ahora es el momento de enfocarse en los asuntos importantes”. Este es el contenido del tuit con el que el chef asturiano, asentado en Washington y propietario de 23 restaurantes, anunció el final del pleito judicial que mantenía con el 45 presidente de Estados Unidos.
José Andrés se había comprometido a gestionar el establecimiento del entonces previsto nuevo hotel de lujo en el corazón de la capital, el Trump International, hoy convertido en uno de los centros de poder mundial.
Pero cuando el aspirante descalificó a los hispanos en general, a partir de los mexicanos, decidió, junto a su colega Geoffrey Zakarian, que no podían seguir con el proyecto. Gran afrenta.
Menudo es el multimillonario y showman de la telerrealidad. Que alguien le dé un no por respuesta es terrible. Que se atreva a afearle la conducta, aún peor.
Así que se fue directo a los tribunales. El cotizado rey de los fogones hizo lo propio. El magnate reclamó a José Andrés una indemnización de diez millones. El asturiano contestó con una petición de ocho millones, que es lo que había invertido.
El pasado 20 de enero, cuando Donald Trump tomó posesión de la Casa Blanca, el chef indicó que era el momento de acabar con las cuitas legales. Esa misma jornada, el cocinero mostró su confianza en que Trump sorprendería a todo el mundo sacando adelante la tan ansiada reforma migratoria. “Él mejor que nadie sabe el valor de los inmigrantes, ha contratado a muchos para sus negocios”, subrayó. Pareció que hablaba al vacío. Tal vez por esa falta de respuesta, en una aparición en Florida en febrero, en un homenaje que le tributó el Miami Herald, José Andrés se preguntó si Trump tenía realmente el temperamento y la capacidad para ser presidente de EE.UU. Se desabrochó la camisa y dejo ver una camiseta con un lema: –Yo soy un inmigrante. Sin embargo, los dos bandos anunciaron este viernes, anticipándose a la audiencia judicial prevista para el 23 de mayo, que habían alcanzado un pacto para cerrar la pelea. Los términos financieros del acuerdo son confidenciales, según el comunicado que emitieron.
“Estoy muy satisfecho de que hayamos resuelto las diferencias y continuar nuestro camino de una manera cooperativa”, se lee en el comunicado conjunto.
La otra parte contratante, el máximo responsable aparentemente del imperio Trump, ya no es el padre, sino el hijo, Donald jr. “Esperamos ir adelante como amigos”, añadieron.
La pelea arrancó al renunciar el chef a trabajar con Trump por sus insultos a los inmigrantes hispanos