Asociaciones de padres: “Ya basta de mentiras sobre la escuela cristiana”
La Ccapac lamenta los intentos de desprestigio de los centros concertados
La fiesta anual de las asociaciones de madres y padres de la escuela cristiana siempre tiene un tono festivo. Pero este año también ha sido reivindicativo: “El derecho a escoger la educación que queremos para nuestros hijos se cuestiona y quienes pedimos pluralidad molestamos”. Este es el malestar que expresaba Josep M. Romagosa, presidente de la Confederación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Catalunya (Ccapac), en la clausura de la festAMPA que se hizo el domingo pasado en Barcelona. La Ccapac representa 300 asociaciones y 250.000 familias.
Con su discurso, Romagosa suma los padres al malestar que de una manera más discreta ha expresado la escuela cristiana en los últimos años: “Ya basta de mentiras. Ya es suficiente de insultos. Ya es suficiente de falta de respeto. ¿Cómo se puede aspirar a construir una sociedad plural si se pretende uniformizar la educación y eliminar la diferencia?”. Una crítica a los “intentos uniformizadores tan tronados como peligrosos” que consideran “una anomalía” la escuela cristiana. “¿Por qué estos intentos de desprestigio sobre la escuela concertada y, especialmente, sobre la escuela cristiana, acusándonos de todos los males de la escuela pública?”.
Romagosa defendió a los muchos Críticas implícitas a la campaña en favor de la matrícula en la escuela pública apoyada por Puigdemont y Colau padres que están, como él, “contento y convencido de que mis hijos están en muy buenas manos... en la escuela cristiana”. Era una referencia a la campaña para favorecer la matriculación en la escuela pública en la que participaron el presidente Carles Puigdemont y la alcadesa Ada Colau.
La Ccapac propone salir de la “demonización dialéctica entre escuela pública-escuela concertada porque todos somos escuela”. Y establecer “un diálogo abierto y sincero que nos permita superar estos prejuicios y construir la escuela del siglo XXI”. Pero “sin cuestionamientos de base sobre nuestra existencia”, cómo se planteaba en la ILP que se presentó en el Parlament para eliminar los conciertos educativos. Según Romagosa, “la colaboración públicoprivada en la enseñanza catalana es un modelo de éxito”.
Y, para ayudar al diálogo, pidió que se publique el coste que tiene para la administración cada alumno de la pública y cada alumno de la concertada. Una petición que hizo a la conselleria por “una cuestión de transparencia y para hacer callar los argumentos demagógicos e injustos”. Se estima que el coste para el erario público de una plaza en la concertada es más de un 30% inferior al de la pública. La administración reconoce que la aportación del concierto no cubre el coste de escolarización, además de ahorrarse las inversiones y el mantenimiento de los centros. La diferencia es la que cubren los padres con las aportaciones a las fundaciones o entidades que sostienen la concertada.
La consellera Meritxell Ruiz cerró el acto reconociendo que “diferentes sectores están siendo beligerantes contra el Servei d’Educació de Catalunya” pero que “no son mayoritarios”. E insistió que el modelo del Govern es el consensuado en la Llei d’Educació: “Escuelas públicas y concertadas al mismo tiempo, de calidad, que ofrecen a las familias y a la sociedad diferentes modelos educativos para poder escoger”.