Y encima, Gil Manzano
El colegiado terminó de hundir a un Barça desnortado con un penalti clamoroso a Sergi Roberto no señalado
Hay dos constantes en esta Liga que se le va por el sumidero al Barcelona. Una, los suplentes blaugrana no dan la talla. Dos, los colegiados, cuando el equipo blaugrana ha estado con el agua al cuello, no han estado nada acertados y han contribuido a meterlos en el atolladero. Entre unos y otros transformaron lo que pintaba a buen día para el barcelonismo en una jornada nefasta. Anoche, Gil Manzano, el árbitro que fue acusado por el presidente del Villarreal, Fernando Roig, de abandonar el estadio de la Cerámica con unas bolsas con el escudo del Madrid, dio el toque de gracia al conjunto de Luis
PELIGRA EL BERNABEU Neymar fue expulsado y aplaudió al cuarto árbitro camino de los vestuarios; le pueden caer dos partidos
Enrique. Lo hizo con un error de bulto, de esos incomprensibles e intolerables. De aquellos que no necesitan ni el videoarbitraje para analizarlo. Un fallo de los que pueden valer y cambiar una Liga. Sergi Roberto se incrustó en el área y fue derribado al alimón por Charles y Luis Hernández, ambos claramente dentro de la zona de castigo. Un penalti catedralicio que fue extraído del área de manera bochornosa por parte del colegiado extremeño que, en todo momento, se mostró menos tolerante con las protestas barcelonistas que con la dureza de algunos jugadores del Málaga.
Eso se vio desde el minuto uno. Cuando mostró amarilla a Jordi Alba por hablar. O cuando amonestó a Neymar por atarse las botas ante un rival que iba a sacar un falta. Para más inri el brasileño fue expulsado por dos amarillas, de manera merecida, en la segunda mitad. Es la primera roja que ve Neymar con el Barcelona (179 partidos) y el primer blaugrana que deja al equipo con diez en lo que va de campeonato. La expulsión le puede salir muy cara al brasileño, pues el colegiado incluyó en el acta que, camino de los vestuarios, aplaudió al cuarto árbitro. El Comité de Competición deberá determinar el miércoles si le cae un partido o dos de sanción para saber si se pierde sólo el duelo ante la Real Sociedad o tampoco puede estar en el gran encuentro del Bernabeu.
En el cómputo total del encuentro el Barcelona realizó 20 faltas y vio 5 amarillas y una roja. El Málaga cometió 26 infracciones y fue amonestado en 4 ocasiones. Por ejemplo el veterano Camacho se marchó de rositas pese a cometer seis faltas. Un desatino más de Gil Manzano, que también anuló un gol legal del delantero del Málaga Peñaranda.
Pero su pifia más grave fue la del penalti no señalado a Sergi Roberto. Resultó una situación muy similar a la del campo del Betis. Un Barcelona timorato, con suplentes de barro, como Jérémy Mathieu, André Gomes y Denis Suárez, y un árbitro que ayuda a desquiciarle. En el Villamarín Hernández Hernández, designado para el clásico, no concedió un gol clarísimo que había entrado un metro en la portería. Un fallo mayúsculo, como el de Iglesias Villanueva el día del Villarreal-Barcelona, cuando no señaló pena máxima por unas manos clamorosas de Bruno Soriano.
Pero el árbitro no tiene la culpa de todo ni mucho menos. Como ante el Betis, el Barça se desfiguró con algunos de sus suplentes. El error infantil de Mathieu en el gol de Sandro, la falta de combatividad de un sonámbulo André Gomes y la intrascendencia de Denis Suárez no son responsabilidad de Gil Manzano. Tampoco hay que poner en el debe del colegiado la falta de puntería del tridente contra el Málaga. El Barça sólo ha metido tres goles al equipo de Kameni en los seis partidos de la era Luis Enrique, un rival al que nunca han batido ni Luis Suárez ni Neymar. Y cuando no resuelve el tridente aparece el desierto. La Liga se escapó un poquito más el día en que el equipo dependía de sí mismo.
ERRORES PARA TODOS El colegiado anuló un gol legal de Peñaranda pero perdonó la amarilla a pegadores como Camacho