Griezmann castiga al Madrid
Los blancos merecieron más, pero se durmieron y el Atlético empató en el minuto 84
El Madrid pagó con un empate el no saber cerrar el partido y el conservadurismo de Zidane en un derbi en el que sobresalieron los porteros. Sin rayar a gran altura, pero con mejor juego y más determinación, los blancos tenían el partido ganado, pero se dejaron igualar en una jugada aislada a seis minutos del final. Al Atlético le bastó con ese arreón postrero, pero dejó la sensación de haber podido ganar de durar un poco más el duelo, pues acabó mucho más entero.
El partido fue muy táctico. Los dos contendientes tuvieron siempre presente que era más importante no conceder que arriesgar. No hubo sorpresas en los onces ni en el modo de afrontarlo. El Atlético se replegó en su campo y salió a la contra cuando pudo, lo que fue pocas veces. El Madrid dispuso del balón, pero le costó un mundo encontrar un hueco en la malla defensiva colchonera.
La primera parte fue lo mejor del Madrid. El centro del campo se adueñó del balón gracias a que Casemiro estuvo imperial en el corte y Kroos y Modric elevaron sus prestaciones respecto a los últimos partidos; Modric en particular, cuya labor creció con el pase de los minutos. No juega bien el Madrid si el croata no conduce las operaciones.
El mayor problema del Madrid fue el que habitualmente no tiene: le faltó pegada. Oblak, al que tantas veces se le ha achacado su mala actuación en los penaltis de Milán, fue infranqueable.El esloveno evitó el gol en el primer tiempo con dos paradas portentosas y en la única ocasión en que fue desbordado, Savic, de un cabezazo sobre la raya, salvó un remate durísimo de Cristiano, que buscó el gol sin fortuna durante los 90 minutos.
El Atlético fue mucho más fiel a sus rutinas que el Madrid. Defendió con mucho orden y trabajó a destajo. Ha perdido chispa porque Carrasco no está fino y Griezmann está muy solo arriba. Torres acompañó las jugadas pero está para los leones. Falló un mano a mano con Keylor Navas que era gol seguro. Torres tuvo su némesis en el Madrid en Gareth Bale. El galés está horroroso desde su lesión y no aporta nada. Tampoco atrás, porque apenas baja a defender. La marginación de Lucas Vázquez resulta inexplicable, uno de esos arcanos tan propios de un Madrid obligado a jugar con los cracks arriba contra viento y marea.
Si la primera parte blanca fue bastante buena la segunda no pudo empezar mejor para sus intereses. Sacó una falta lateral Kroos y toda la defensa colchonera se aprestó a defender a Sergio Ramos. Podía entenderse, pero no que dejaran solo a Pepe, que cabeceó muy bien y superó por fin a Oblak. Corría el minuto siete de la segunda parte y el Madrid tenía el partido donde quería.
El gol espoleó al Atlético, que adelantó líneas. Simeone metió a Correa por Saúl para buscar más pólvora y luego reforzó el centro del campo con Thomas por Torres. El Madrid entró en una fase de indefinición. Perdió el balón y además a Pepe, fuera de combate por una patada de Kroos. El central fue llevado a hacerse pruebas a La Moraleja, se le diagnosticó la fractura de dos costillas y será imposible que juegue ante el Bayern.
Zidane raras veces acierta con los cambios y ayer tampoco tuvo un día feliz. Retiró a Kroos a falta de un cuarto de hora y el Madrid desapareció. De pronto, el Atlético se vio capaz de todo. Atacó con más fe que ideas y a falta de seis minutos apareció Griezmann para fusilar a Keylor, vendido en esta ocasión. No tuvo una mala tarde el costarricense.
Quedaba muy poco pero el Madrid gripó del todo con el empate. Si en otras ocasiones ha sacado fuerzas de flaqueza para volver a llevar el partido a su terreno ayer se vio que si alguien ganaba sólo podía ser el Atlético. Entonces ocurrió otra decisión surrealista de Simeone. Tenía a Cerci en la banda para un último cambio. Precisamente Cerci, quien no ha jugado nada esta temporada. Con el 1-1, el argentino ordenó rectificar el cambio. Mandó otra vez al mediapunta italiano al banquillo y quitó a Carrasco para meter a Giménez, el central uruguayo. Luego, en rueda de prensa, Simeone diría: “Metí a Giménez para ganar el partido”. Con un par.
Zidane volvió a errar en las sustituciones y el equipo se derrumbó con el cambio de Kroos El Atlético había ganado en sus últimas tres visitas ligueras y suma ya cuatro años invicto