La nueva generación sindical
Javier Pacheco personifica la mayoría de edad en CC.OO. de los que crecieron en democracia
La llegada de Javier Pacheco (Barcelona, 1970) a la secretaría general de CC.OO. de Catalunya personifica la mayoría de edad en el seno del principal sindicato catalán de una generación que no vivió la lucha antifranquista. El flamante líder es el primero en la historia de la organización que no se forjó en la clandestinidad. Y lo mismo le ocurre a buena parte de su ejecutiva que, además, tiene un marcado perfil femenino, con cinco mujeres por cuatro hombres. “Los que hemos crecido en democracia queremos interpretar la realidad en función de nuestra trayectoria vital”, explica Pacheco. Con esta dirección, comienza un nuevo tiempo sindical en el que el objetivo, prosigue, es “ser cada vez más referentes y más útiles para los trabajadores, especialmente los jóvenes”.
La etapa que se abre debe caracterizarse por el “paso a la ofensiva, después de los duros años de la crisis en los que hemos resistido”, no se cansa de repetir el flamante secretario general. Una idea que ha guiado el undécimo congreso del sindicato, celebrado esta semana, en el que se ha elegido a las personas que lo van a pilotar los próximos cuatro años. “Queremos sacar a los trabajadores de la resignación que se ha instalado en la conciencia colectiva a raíz de las políticas de recortes y de la pérdida de derechos de los últimos años”, subraya Pacheco, en un tono combativo pero, al mismo tiempo, con la mano tendida.
“Los cambios que se están produciendo en la economía, en los procesos productivos, en los modelos de empresa, en las relaciones de trabajo… necesitan también de otra manera de organizarse y de entender la relación con el trabajo”, explica. “Por eso –continúa– planteamos que no sólo hace falta la reivindicación clásica, sino otra nueva, lo que supone repensar nuestra manera de actuar”. Renovarse sin romper.
Hijo de inmigrantes extremeños de los 60, Pacheco está casado desde hace 27 años y tiene dos hijas, de 26 y 16 años. Vive en El Prat. Amante de la música y de los libros –le apasionan Bruce Springsteen y Almudena Grandes– disfruta también caminando. De joven jugó al fútbol y es del Barça, pero cada vez es menos seguidor de “las élites” de este deporte.
Pese a formar de parte de la nueva hornada de sindicalistas, Pacheco tiene ya una larga experiencia en este ámbito. En Nissan, en la que entró a trabajar en 1991, vivió encendidos conflictos en un momento en que la factoría de la Zona Franca competía duramente con otras de la firma japonesa para fabricar nuevos modelos. También estuvo al frente de la federación minerometalúrgica, reconvertida después en industrial. “De todos estos años puedo aportar bagaje –explica–, sobre todo, en dos aspectos que creo útiles: el conocimiento del poder real de la economía que tienen las multinacionales y capacidad de gestión del conflicto dentro de la representación de los trabajadores y frente a las empresas”. En cualquier caso, defiende que CC.OO. “debe disputar el discurso, no instalarse en la resignación, sino en la reivindicación colectiva, y conformar una alternativa cada vez con más gente, ganar correlación de fuerzas para cambiar las cosas”.
No le gusta “la fragmentación y la desvertebración que está aislando a los trabajadores” como consecuencia de que “el espacio del centro de trabajo ya no es el único para revindicar derechos colectivos”. Por eso, insiste, “hay que actuar también fuera, donde está la gente”. También critica “el modelo de representación que hay en este país, que no permite la relación directa con los sindicatos a más de la mitad de los trabajadores porque trabajan en empresas muy pequeñas”. Y denuncia “la campaña que se ha intentado articular en los últimos años contra la función de los sindicatos, desprestigiándolos, que tenía un objetivo claro: desproteger a los asalariados y recortar sus condiciones”. Está convencido de que, “en gran medida, esa campaña ha conseguido ambas cosas”. Así las cosas, “hay mucho que hacer”. Ilusión y ganas no le faltan.