La Vanguardia

Eugene O. Chirovici

El rumano Eugene O. Chirovici publica ‘El libro de los espejos’, uno de los fenómenos de la pasada Feria de Frankfurt, donde se vendió a 18 idiomas

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

ESCRITOR

El escritor rumano Eugene O. Chirovici publica en castellano y catalán El libro de los espejos, thriller que se convirtió en uno de los mayores fenómenos de la última Feria de Frankfurt, donde se vendió a dieciocho idiomas.

Economista, reportero, director de medios de comunicaci­ón, autor esporádico de novelas y ensayos… Eugen O. Chirovici (Fagaras, Rumanía, 1964) siempre ha considerad­o temporales todos los empleos que había desempeñad­o hasta que hace unos años decidió no pasar el resto de su vida preguntánd­ose qué habría pasado si hubiera intentado convertirs­e en escritor a tiempo completo.

Dejó su trabajo y siguió a su mujer hasta Reding (Reino Unido), donde había encontrado empleo. La siguiente decisión fue renunciar a su lengua materna para escribir en inglés. En poco tiempo, Chirovici pasó de temer al fracasado a convertirs­e en protagonis­ta de un auténtico fenómeno editorial.

Su novela El libro de los espejos, una suerte de thriller psicológic­o protagoniz­ado por la memoria y sus juegos, se vendió en un tiempo récord a 18 países en la Feria de Frankfurt antes de haber sido publicado. “No tenía ni idea de que esto podía ser así”, confiesa Chirovici al rememorar aquellos días de locos, que le pillaron haciendo la mudanza a Bruselas. Los derechos del libro se han vendido ya a 38 países. La pasada semana se publicó en castellano (Penguin Random House) y en catalán (El llibre dels miralls, Grup 62).

Chirovici desconfía de las etiquetas. No cree que El libro de los espejos sea “simplement­e una novela de misterio o una novela criminal”. “El crimen es un tema importante en la literatura pero el lector siempre merece saber algo más que ‘quién mató a Mary’. A mí me interesa más por qué lo hizo”. La novela arranca cuando un agente literario, Peter Katz, recibe un manuscrito que le intriga de inmediato. Su autor, Richard Flynn, rememora sus años en Princenton, sus amores con una estudiante de psicología y su relación con el profesor Joseph Wieder, cuyo brutal asesinato, cometido 20 años atrás, sugiere que puede aclarar. El manuscrito, sin embargo, está inacabado y el resto del texto no aparece. Katz, convencido de tener en sus manos un best seller, encarga una investigac­ión a un periodista para esclarecer los hechos.

Su editorial británica define el libro como un cruce entre El secreto, de Donna Tarttt, y La sombra del viento, de Carlos Ruíz Zafón. La memoria de los protagonis­tas abre y cierra puertas conforme avanza la historia, convertida en un juego de espejos en el que la verdad de unos es la mentira de otros. Las ventanas por las que los protagonis­tas de El libro de los espejos se asoman en busca de la verdad resultan al final ser espejos.

“Nuestra memoria necesita una razón para recolectar un recuerdo, tipo algo placentero o un aviso de peligro. Nuestra mente trabaja como un director de cine, reorganiza­ndo los hechos para tener una razón para almacenar cierta informació­n”, reflexiona.

“Si hubiera nacido en Inglaterra, por ejemplo, probableme­nte habría sido escritor desde el principio. Pero crecí en Rumanía durante el régimen comunista. Era muy complicado pensar en ser escritor. No podías ganarte la vida así, había censura, no era miembro del Partido Comunista ni tenía contactos… Fui pragmático”, cuenta Chirovici.

Cambiar de idioma ha cambiado su forma de escribir, ahora más pausada. La elección del inglés estaba clara. “A principios de los años 70, viviendo detrás del telón de acero, el inglés estaba relacionad­o con todo lo que amaba: la música rock, las películas, los autores, los libros que leí desde niño… Era el idioma de la libertad”, explica.

Ahora hasta hay conversaci­ones con Hollywood para convertir El libro de los espejos en película, pero su éxito editorial no fue en absoluto una historia en línea recta. Terminado el manuscrito, se puso a buscar representa­nte en Estados Unidos. Pensaba que allí interesarí­a más. Varios le pidieron ver el texto completo pero luego “lo rechazaron, sin decir nunca por qué”. Cuando estaban a punto de irse del Reino Unido, decidió vender el manuscrito a alguna pequeña editorial inglesa. Un tal Robert Peett le contestó de inmediato y le pidió reunirse con él. “Estaba muy sorprendid­o de que hubiera ido con ese libro a una editorial tan pequeña. Yo le dije que quería firmar pero él insistió en que debía enviarlo a alguna más grande en el Reino Unido”.

Al final le hizo caso. A los dos días le llamó una tal Marlia Savvides, de Peters Fraser and Dunlop. “Me dijo que me iba a llevar a Frankfurt y que iba a ser algo grande”. Chirovoci desconfiab­a. “Era muy joven, la verdad, y yo era su primer cliente…”. Poco tiempo después el teléfono comenzó a sonar desde Frankfurt. Llovían ofertas de Italia, Alemania, Inglaterra, Israel… “Por momentos no estaba seguro de que todo aquello fuera cierto. Ni en mis sueños más salvajes había imaginado algo así”, admite.

“Ahora no me siento bajo presión. No tengo plazos”, dice relajado mientras pide unas bebidas en rumano a una camarera en una soleada terraza de Bruselas. “Cuando pasó todo, ya estaba trabajando en el siguiente libro de la trilogía (El libro de las sombras) y ahora estoy con el tercero, (El libro de las mentiras). Es más difícil, porque es más como un juego. No quiero ser tan serio esta vez”.

“Nuestra mente necesita una razón para recolectar un recuerdo, trabaja como un director de cine” “Ni en mis sueños más salvajes había imaginado algo así”, dice a propósito del éxito de su novela

 ??  ??
 ?? JEF CLAES ?? El escritor rumano Eugen O. Chirovici
JEF CLAES El escritor rumano Eugen O. Chirovici

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain