ERC plantea que los parados lleven a cabo el referéndum y el PDECat se desmarca
Puidemont reúne a los partidos del proceso y a la presidenta del Parlament para reclamarles que actúen desde la unidad
La propuesta la formuló a primera hora de la mañana la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Es un planteamiento original de la CUP del que se desmarcó unas horas después la portavoz del Govern, Neus Munté, del PDECat. El president intentó restablecer la unidad.
No fue tanto una desautorización como un toque de atención. La portavoz del Govern, Neus Munté, se desentendió de una propuesta verbalizada por la secretaria general de ERC, Marta Rovira, para que sean los parados los que se encarguen de las tareas de organización del referéndum de independencia. Una idea que surge originariamente de la CUP y que fue transmitida a Junts pel Sí en el transcurso de una de las muchas conversaciones que mantienen, aunque la dirigente de Esquerra no reveló su autoría. En todo caso, apuntó que estaba sobre la mesa del Govern. Munté, del PDECat, la contradijo y aseguró posteriormente que “no forma parte de las decisiones del Govern”. Y acto seguido avisó, refiriéndose veladamente a Rovira, que de todo aquello que hace y deja de hacer el Govern de la Generalitat informa el Govern de la Generalitat.
Rovira, que también ejerce de portavoz de JxSí en el Parlament, explicó ayer por la mañana en RAC1 que el Govern estudia crear una bolsa de parados para que asuman tareas de organización el día del referéndum. De hecho, la republicana aseguró que están revisando experiencias que ya funcionan en ayuntamientos como el de l’Hospitalet de Llobregat y Mataró, donde los parados voluntariamente han asumido trabajos similares en convocatorias electorales. “Ya se ha hecho en muchas elecciones y es legal: se abre una bolsa de parados y la gente que está en las mesas de manera voluntaria participa de las elecciones”, concretó Rovira después de asegurar que el referéndum se hará y que no hay ningún plan B.
“Es un planteamiento que hace una representante de una formación política”, respondió Munté al mediodía, a la vez que avisó que “de los planes, las decisiones, las estrategias y posicionamientos del Govern
El Govern parece decidido a demostrar que no se arredra ante las advertencias del Tribunal Constitucional y ayer distribuyó dos imágenes para demostrarlo. En la primera se puede ver retratado al president Puigdemont con las cinco comunicaciones, de las que ha firmado acuse de recibo, que le ha entregado a lo largo de los últimos meses el Tribunal Constitucional para advertirle personalmente contra el incumplimiento de sus decisiones. La otra imagen (que ilustra esta misma página) corresponde al momento en que él y el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, firman, ante las representantes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, el acuse de recibo de la última de estas advertencias –la quinta para Puigdemont– relativa a la suspensión de diversos preceptos incluidos en los presupuestos de la Generalitat. Esta suspensión afecta a la disposición adicional 40 del articulado –que refiere la voluntad de celebrar un referéndum y prevé la dotación presupuestaria para organizarlo– y tres partidas del presupuesto. La decisión del TC advierte que ni estas partidas ni ninguna otra de las cuentas recién aprobadas por la Generalitat pueden utilizarse para desarrollar el contenido de la controvertida disposición adicional número 40 que, cabe recordarlo, también el Consell de Garanties Estatutaries consideró inconstitucional. El Govern y en particular el president exhibieron ayer las cartas conminativas del Tribunal Constitucional casi como un trofeo personal. hablamos desde el Govern, desde la figura de los consellers, el vicepresident y el president y yo misma”. Una contundencia que no tuvo respuesta por parte de ERC, que no quiso polemizar más y se limitó a apuntar que “el Govern está haciendo todo el trabajo y estudia todas las vías”, sin aclarar, sin embargo, si mantiene que la vía de la bolsa de parados para hacer tareas para el referéndum está realmente en el pensamiento de los miembros del Gabinete catalán. TOQUE DE ATENCIÓN Munté avisa a Rovira que corresponde sólo al Govern hablar de las decisiones que toma CS, PSC Y PP La oposición constata una crisis interna en Junts pel Sí y exige convocar elecciones
El anuncio de Rovira tampoco gusta nada a la CUP, que tiene claro que el Estado hará todo el posible para detener el referéndum y, por lo tanto, no les parece adecuado que se hagan públicas las propuestas si así se facilita la acción del Estado.
Sea como fuere, Munté declinó cualquier intento de la prensa para que aclarara los futuros planes del Ejecutivo catalán sobre el referéndum. La opacidad en este sentido es máxima, sólo igualada por la que recae sobre la ley de transitoriedad jurídica, cerrada en un cajón “a cal y canto”, como afirmó en diciembre el presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull.
Así, sobre el referéndum no se han revelado ni los aspectos organizativos ni la estrategia. O aspectos
teóricamente menos importantes como si las urnas serán de metacrilato, como en unas elecciones, o de cartón, como se hizo en el 9-N. Ni siquiera la ciudadanía sabe aún ni la fecha ni la pregunta. Un hecho, este último, que inquieta, y mucho, a la CUP, parte de la cual ya empieza a desconfiar y a ver “dilacionismo”. Ayer Munté dio una muestra más de que a corto plazo no se revelará nada: “No nos consta que el Estado explique públicamente sus estrategias para el proceso. Tampoco que explique sus deliberaciones. ¿Por qué tendríamos que hacerlo nosotros?”.
Sin embargo, lo que está claro es que dentro del Govern aún hay dudas de cómo se gestionará y se ejecutará el referéndum. El vicepresidente, Oriol Junqueras, ya hace semanas que subrayó que la convocatoria de la consulta sería colegiada. Pero internamente hay tiranteces. Ayer, por ejemplo, el diario Ara aseveró que entre Vicepresidència y el Departament de Governació, que dirige Meritxell Borràs, hubo desavenencias. Así, Junqueras, como coordinador de los preparativos del referéndum, al parecer encargó la consellera que comprara las urnas, una orden que Borràs pudo haber rechazado hasta que no llegara por escrito.
Este último hecho sorprendió a la CUP, que se mostró contrariada en las redes sociales. También reaccionó el presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, que dejó claro que “el problema no son las urnas” y que o el Govern asume “sin ambages el mandato para el referéndum o [que dé] un paso al lado”.
Después de todo este guirigay, ayer se reunieron en el Palau de la Generalitat tal como avanzó La Vanguardia.com el presidente Puigdemont con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, Junqueras, Turull y Rovira, el conseller de Afers Exteriors, Raül Romeva, y los cuperos Anna Gabriel, Mireia Boya y Quim Arrufat. Un encuentro que sirvió para cerrar filas, abordar el referéndum y reclamar unidad.
Con todo, la oposición constata nerviosismo en las filas independentistas. Con motivo del anuncio de la bolsa de parados que hizo Rovira, el portavoz de Cs, Carlos Carrizosa, pidió al Govern que “sean realistas y dejen de hablar de cosas que no pasarán”, porque afirma que no se hará el referéndum. Para Carrizosa hay una crisis interna en JxSí, razón por la cual exigió que se convocaran elecciones, pero “con urnas y papeletas de verdad".
El PSC tiró de ironía. Su portavoz, Eva Granados, aseguró que la propuesta de crear una bolsa de parados inaugura un “concurso de ideas” para organizar la consulta ante la falta de una hoja de ruta clara.
Por su parte, Alejandro Fernández, del PP en Catalunya, calificó la idea del referéndum con parados de “frivolidad enorme” y añadió que “mezclar situaciones personales con el proceso y con el referéndum creemos que es caer en una demagogia populista que es la que ha presidido todo el proceso”.