La Vanguardia

Jiménez inédito

El Nobel de Literatura creó el poemario en seis años de retiro vital en Moguer

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Escritos en el retiro de seis años que el poeta realizó en su pueblo natal, Moguer, los 36 poemas de Juan Ramón Jiménez que la editorial Linteo ha editado bajo el título El silencio de oro muestran las reflexione­s del poeta sobre la tranquilid­ad que alcanzó al abandonar Madrid, en un periodo en que escribió Platero y yo.

“De noche, el oro/ es plata. / Plata muda el silencio/ de oro de mi alma”. Los versos de Juan Ramón Jiménez (Moguer 1881-San Juan de Puerto Rico 1958) sirven como título para El silencio de oro, una recopilaci­ón que la editorial Linteo acaba de publicar, en la que se recogen 36 poemas inéditos, sobre 83, que el premio Nobel de Literatura en 1956 creó durante los seis años que se mantuvo retirado en su pueblo natal de Moguer (Huelva), a consecuenc­ia de los apuros económicos que atravesó su familia tras quedar prácticame­nte en la ruina.

“El silencio es para mí una atmósfera absolutame­nte necesaria para respirar, como el aire”, asegura el escritor onubense, casi siempre un hombre que vivía para adentro, en el prólogo de la edición que ahora sale a la luz. Durante gran parte de su vida, Juan Ramón Jiménez sintió esa necesidad por permanecer apartado del ruido, de los gritos que aturden y de las representa­ciones mundanas donde el alma se encoge. Para él, el silencio resultaba indispensa­ble en la creación artística, en la obra humana bien concluida. El onubense solía escribir en una sala absolutame­nte insonoriza­da.

Después de una época de su vida en Madrid, donde nunca logró sentirse a gusto por el ruido, el bullicio y el caos que son consustanc­iales a una gran ciudad, Juan Ramón Jiménez regresa a Moguer en 1906 y allí permanecer­á hasta 1912, refugiado en el silencio. Un tiempo esencial en su obra: empieza a abandonar la influencia de la poesía francesa y el modernismo para comenzar un camino más sencillo, donde desnuda la palabra de florituras, cercena el ruido que acompaña a las imágenes poéticas y las presenta en su brillante desnudez.

De aquella época de encuentro consigo mismo en Moguer son también otros proyectos que Linteo ha publicado en los últimos años, como Arte menor y Libros de amor , un poemario erótico donde Juan Ramón canta sus aventuras con mujeres casadas, solteras, extranjera­s, con la mujer del psiquiatra que le trató tras la muerte de su padre e incluso con monjas. Poemas marcados por la esencia de esos seis años de silencio, soledad y cambio de rumbo artístico que Jiménez se regaló en su localidad natal.

Como sucedió en otras épocas de su vida, algunas de las creaciones artísticas de Juan Ramón Jiménez no llegaron a ver la luz en su momento, o si lo hicieron se dejaron por el camino jirones de su obra. Sucede con El silencio de oro y sus 36 poemas inéditos, pero también ocurrió con otras composicio­nes, varias de las cuales terminó de recopilar su mujer, Zenobia Camprubí, que insistió personalme­nte en su publicació­n.

La época vital de recogimien­to y soledad que se refleja ahora en El silencio de oro fue fundamenta­l también para que Juan Ramón pudiese escribir su Platero y yo, que pertenece a este mismo periodo de reclusión en Moguer, aunque su primera publicació­n data de 1913, fecha en la que el poeta ya había abandonado su localidad natal. A medida que la obra de Juan Ramón fue haciéndose más segura, a recorrer el camino hasta entonces inexplorad­o de la sencillez desnuda, y también más conocida por el público, especialme­nte a raíz de la publicació­n de

Diario de un poeta recién casado, fue abandonand­o una buena parte de los poemas de esta etapa, que ahora ven la luz, atropellad­os por la velocidad de crucero que llega a alcanzar

Para el autor, el silencio era indispensa­ble en la creación artística y en la obra humana

su creación. Con todo, el poeta nunca los olvidó por completo e incluso se ha escrito que solía retocarlos con cierta frecuencia.

“Es de oro el silencio. La tarde es de cristales / Mece los frescos árboles una pureza errante/ Y, más allá de todo, se sueña un río límpido / que, atropellan­do perlas, huye hacia lo infinito. / ¡Soledad! ¡Soledad! Todo es claro y callado…/ Sólo turban la paz una campana, un pájaro…”, escribe Juan Ramón Jiménez en su poema Hora inmensa, incluido en El silencio de oro.

 ?? THREE LIONS / GETTY ?? Uno de los manuscrito­s de poemas inéditos de Jiménez, que aparece a la derecha en el año 1955
THREE LIONS / GETTY Uno de los manuscrito­s de poemas inéditos de Jiménez, que aparece a la derecha en el año 1955
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain