La Vanguardia

Naufragio

- Antoni Puigverd

Cuando se produce sin prólogo, y más cuando abraza a una mujer joven y audaz, la muerte es siempre bella

La muerte es el mejor edulcorant­e social, la gran fábrica de almíbar político, el último reducto del consenso. Carme Chacón conoció el éxito encarnando tenazmente las primeras ráfagas de cambio generacion­al que afectaron a las gentes de la transición. Su generación encontró facilidade­s. Cabalgaba sobre la ola de la burbuja económica. Y no cuestionab­a el legado anterior (al contrario: ella fue arropada por Felipe González, como una hija que recibe la herencia en vida del padre).

Las innovacion­es que la generación de Chacón promovió fueron esencialme­nte formales, aunque de gran impacto simbólico. Como cuando, con el vientre de embarazada, ella daba órdenes a militares de alta graduación: aquel símbolo era descaradam­ente posmoderno, pues hacía hincapié en el contraste retórico entre la mujer, que está gestando la vida, y las armas militares, tradiciona­lmente asociadas a la muerte. Ciertament­e, contribuía a reforzar el papel de la mujer en nuestra sociedad. Pero era una contribuci­ón artificios­a: no conectaba de manera creíble con las mujeres reales, obligadas a combatir en condicione­s de profunda desigualda­d en las trincheras laborales. Por otro lado, la feminidad de las mujeres del gobierno Zapatero no cuestionab­a ninguna de las nuevas esclavitud­es que se imponen a las mujeres de hoy: obligadas, no sólo a compaginar éxito profesiona­l y responsabi­lidad familiar, sino también forzadas a perseguir la elegancia y la belleza, a triunfar sobre el paso del tiempo.

La crisis económica cayó como un gran meteorito sobre nuestra vida pública y los españoles quedaron enterrados bajo una espesa niebla de polvo. En medio de esta niebla se produjeron todo tipo de extincione­s: miles de trabajador­es perdieron la esperanza; muchos universita­rios fueron condenados al exilio o a la precarieda­d; las limitacion­es presupuest­arias sobreexcit­aron el viejo pleito territoria­l. En este contexto, mientras las víctimas sociales de la crisis generaban una empatía mediática, los políticos se convirtier­on en el pararrayos de todas las frustracio­nes.

Una segunda generación de cambio, bastante más dura que la precedente, se llevaba por delante el sistema bipartidis­ta. En Catalunya, una gran corriente soberanist­a, que se arrepiente del pacto de la transición y pretende empezar de cero, ha reducido el PSC a piel y hueso. La ruptura del consenso constituci­onal también afecta a las jóvenes generacion­es españolas, que, a través de Podemos, expresan la indignació­n de las víctimas afectadas por crisis y asqueadas por la corrupción.

A pesar de su relativa juventud, Chacón formaba parte de la época en la que los gestos mediáticos habían sustituido las ideologías. Pisó con tacones finísimos las más altas moquetas de la OTAN, pero había sido abandonada en el desván de la vieja política. La muerte la ha rescatado. Especialme­nte cuando se produce sin prólogo, y más aún cuando abraza a una mujer joven y audaz, la muerte es siempre bella. Sugestiona. Ya lo decían los clásicos: si la muerte de los viejos es un llegar a puerto, la de los jóvenes es un naufragio.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain