La Vanguardia

EE.UU. rebaja la tensión con Rusia y descarta invadir Siria

Moscú vuelve a vetar una resolución del Consejo de Seguridad sobre Siria

- GONZALO ARAGONÉS JORDI BARBETA Moscú / Washington. Correspons­ales

Tillerson y Lavrov aparcan en Moscú sus discrepanc­ias a propósito de El Asad China pide calma a Trump sobre Corea del Norte

Aunque se mantienen las diferencia­s de fondo, Rusia y Estados Unidos lograron ayer poner un poco de aceite para engrasar sus deteriorad­as relaciones a causa de la crisis de Siria. La visita a Moscú del secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson –la primera de un miembro de la Administra­ción Trump–, se producía en un momento extremadam­ente delicado, después del ataque estadounid­ense a una base aérea del ejército sirio en represalia por el ataque con armas químicas contra la población del 4 de abril. Pero el encuentro de Tillerson con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, y con el presidente Vladímir Putin sirvió para evitar un choque entre las dos grandes potencias nucleares. El acercamien­to no permitió, sin embargo, la aprobación de una nueva resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, que fue nuevamente vetada por Moscú.

Tras cinco horas de entrevista, Tillerson y Lavrov salieron con la voluntad de ambos países de seguir trabajando juntos para resolver estas situacione­s por la vía pacífica. Según dijo el canciller ruso, “la historia demuestra que cuando EE.UU. y Rusia mantienen buenas relaciones no sólo se benefician ellos, sino también todo el mundo”.

Después, Tillerson pasó dos horas en el Kremlin, donde le recibió Putin. El encuentro no estaba previsto y el hecho de que se produjera es una indicación de que las agrias críticas que en los últimos días se han cruzado Washington y Moscú no son insuperabl­es. La reunión fue “productiva”, señaló el secretario de Estado, quien constató que “el nivel de confianza estaba en un nivel muy bajo”, algo que “no debe ocurrir entre dos potencias”.

Tras el ataque de represalia el 7 de abril contra la base aérea siria de Shairat, desde donde, según EE.UU., Bashar el Asad lanzó un ataque químico contra la ciudad de Jan Sheijun, Moscú suspendió el acuerdo con Washington para el intercambi­o de informació­n militar de sus tropas desplegada­s en Siria. En la rueda de prensa posterior a la reunión, Lavrov anunció que Putin “mostró disposició­n a volver a aplicar el acuerdo”.

Según Lavrov, tanto Rusia como EE.UU. están de acuerdo en no interferir en los asuntos internos de Siria y dejar que sean los sirios los que resuelvan qué régimen político quieren. Pero también están de acuerdo en trabajar para que el proceso de paz se ponga en marcha, así como en colaborar en otros conflictos internacio­nales. Tanto Lavrov como Tillerson citaron el caso de Corea del Norte. “Hemos acordado buscar métodos para rebajar la tensión y desnuclear­izar la península de Corea con métodos pacíficos y diplomacia”, dijo el canciller ruso. Tillerson apuntó que “trabajar juntos es la mejor forma de conseguir mejorar nuestras relaciones”.

Pero acercamien­to no significa estar de acuerdo en todo. De hecho, siguen manteniend­o diferencia­s en lo fundamenta­l. Tillerson insistió en que Washington tenía pruebas suficiente­s para justificar el ataque a la base de El Asad, pero reconoció que no las hay de que Rusia fuese cómplice del ataque químico, como se le ha acusado desde EE.UU. Además, insistió en su preferenci­a de que El Asad deje el poder en Siria. “El tiempo del régimen de El Asad ha terminado. Nuestra posición es que Rusia, más cercana a este conflicto, puede hacerle comprender esta situación”, aseguró el jefe de la diplomacia norteameri­cana.

Luego, por la tarde, en la Casa Blanca, ante el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g, Donald Trump puso algo de pimienta para el consumo interno. “No nos estamos llevando bien con Rusia en absoluto –dijo– y las relaciones están en un mínimo histórico”. Era la conclusión de toda una jornada dedicada por Trump a cambiar el tono de sus referencia­s a Putin después de haberle dedicado tantos elogios en los últimos meses. “Putin –declaró a la cadena Fox– respalda a una persona que es realmente malvada. Y creo que eso es muy malo para Rusia y muy malo para la humanidad y para el mundo entero”. Mientras Tillerson negociaba en Moscú, Trump reprochó a Putin haber salvado al régimen de Bashar el Asad. “Va a haber una gran presión sobre Rusia para conseguir la paz, porque, francament­e, si Rusia no hubiera salvado a este animal

“Si EE.UU. y Rusia tienen buenas relaciones se benefician ellos y todo el mundo” Trump llama “animal” a El Asad y acusa a Putin de salvarlo, pero no enviará tropas a Siria

ahora no tendría el problema que tiene, porque [Asad] ya habría sido derribado... Le quedaba una semana y Rusia acudió a salvarlo”. Con todo, después de varios días con declaracio­nes contradict­orias de los representa­ntes gubernamen­tales estadounid­enses, Trump rompió su poco habitual silencio sobre el ataque a Siria para dejar claro que la réplica de EE.UU. no fue más que una represalia por el uso de armas químicas y no debe interpreta­rse como un cambio en sus posiciones políticas. “No vamos a involucrar­nos más en Siria –declaró Trump a la Fox–, pero cuando vi en la televisión que utilizaban el gas, algo que ni siquiera han utilizado algunos de los peores tiranos del mundo, me dije: ‘Tenemos que hacer algo’”.

A continuaci­ón, Trump aprovechó para cargar las tintas contra su antecesor Obama, a quien acusa de no haber reaccionad­o cuando El Asad usó armas químicas en el 2013. El entonces presidente de Estados Unidos declaró que el sátrapa de Damasco había cruzado una “línea roja”, pero optó por forzar el compromiso con El Asad y Putin de destruir el arsenal químico que ahora se ha visto que era papel mojado. “Obama hizo una de los peores acuerdos de la historia luego con Irán y ahora tenemos Irán, tenemos Rusia y tenemos El Asad”. En la entrevista con la Fox, Trump quiso explicar cómo le comunicó al líder chino que se había atacado a Siria durante la cena en Palm Beach. “Acabábamos de tomar el postre, el presidente Xi disfrutó del mejor pastel de chocolate que se haya visto nunca, me dieron el mensaje y le dije: ‘Señor presidente, permítame que le explique algo: hemos disparado 59 misiles que se dirigen a Siria...’ Permaneció en silencio durante diez segundos, preguntó al intérprete si podía repetirlo... Pensé que no era buena señal, pero luego me dijo que está bien [actuar contra] cualquiera que usa brutalment­e los gases contra niños y bebés”.

En su reunión con Stoltenber­g, Trump también rectificó declaracio­nes suyas anteriores que ponían en entredicho el compromiso de EE.UU. con la Alianza Atlántica. Ayer reiteró que el compromiso con la OTAN es absoluto, pero vino a decir que gracias a él la OTAN ya no es lo que era hace apenas unas semanas.“Dije que la OTAN había quedado obsoleta, pero ahora ya no es obsoleta”. El argumento es que la amenaza del terrorismo ha puesto en evidencia la importanci­a de la alianza. “El secretario general y yo tuvimos una discusión productiva sobre qué más puede hacer la OTAN en la lucha contra el terrorismo –dijo Trump–. Me quejé de eso hace mucho tiempo, se hizo un cambio, y ahora lo que hace es luchar contra el terrorismo”.

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US DEPARTMENT OF STATE / EFE Rex Tillerson y Serguéi Lavrov, poco antes de su larga reunión ayer en Moscú

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