Llamada a la unidad en el Govern
Puigdemont pide responsabilidad a los consellers y el bloque independentista
El president pidió a los consellers que no airearan diferencias sobre la consulta
La presión hace estragos en las filas independentistas pero el llamamiento de Carles Puigdemont a los miembros del Govern y a los grupos parlamentarios independentistas provocó que ayer todo el mundo optara por hacer mutis. La serie de desacuerdos de esta semana ofrece una imagen de desconfianza interna que puede haber dejado tocado al Govern, según admiten fuentes del Ejecutivo. Hasta el punto que hay quien echa de menos algún acto conjunto de partidos y entidades soberanistas que corrija la imagen.
Pese a todo, desde el Palau de la Generalitat se apresuran a subrayar que el liderazgo de Puigdemont por el referéndum permanece intacto. De hecho, se asegura que los reproches de las entidades independentistas –tanto de Jordi Sànchez al frente de la ANC avisando que quien no esté dispuesto a jugársela diera un paso al lado, como de Jordi Cuixart, de Òmnium– tienen como destinatario directo a la cúpula de ERC y no al president.
Puigdemont avanza sin cargas añadidas, más aún por su decisión de no encabezar la candidatura electoral del PDECat, y echa de menos el mismo grado de implicación de aquellos que sí tienen agenda po- lítica personal y de partido. De hecho, el president está empecinado en cerrar filas y por eso convocó el lunes a los consellers del Govern de su partido a una comida en la Casa dels Canonges. Se ausentaron Josep Rull y Jordi Baiget, que se encontraban en un acto sobre el corredor mediterráneo en Madrid. En la reunión se manifestaron matices sobre las formas para sacar adelante el referéndum pero ninguna voz renunciando.
El mismo objetivo tenía la cita prevista para el martes por la tarde con el vicepresidente Oriol Junqueras, el conseller Raül Romeva, la presidenta del Parlament y los portavoces de Junts pel Sí y miembros de la CUP. La reunión acabó convirtiéndose en el escenario ideal para dar un toque de atención de Puigdemont a unos y otros. El president hizo un llamamiento a la responsabilidad y a actuar con discreción, sin airear procedimientos ni discrepancias en público. El toque de atención ya había empezado por la mañana en la breve reunión del Consell Executiu, donde Puigdemont pidió cuidado a los consellers en sus manifestaciones públicas y responsabilidad. Después, Puigdemont y Junqueras recibieron juntos la notificación de la suspensión judicial sobre parte del presupuesto y el president se decidió a mostrar su repóquer de advertencias.
De hecho, la tensión entre algunas conselleries será de difícil contención respecto a los preparativos del referéndum, como ya pasó con el presupuesto. Aunque no se han dado órdenes ejecutivas para adquirir las urnas, poner en marcha los programas informáticos de recuento o lanzar la campaña informativa. Las dificultades van aumentando a golpe de resolución del TC. El gasto que supone la compra de urnas (a 30 euros la pieza si son de metacrilato o a una quinta parte si son de cartón) comportaría un concurso público que tiene que avalar la interventora de la Generalitat, que está apercibida por el tribunal de un posible delito de desobediencia. Otros planteamientos, como la contratación de parados, tal como puso sobre la mesa la republicana, Marta Rovira, no son “ni una hipótesis”, según fuentes del Ejecutivo.
Ayer, la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, actuó de brazo ejecutor de las órdenes de Puigdemont, aunque no participó en la reunión del martes en el Palau como sí lo hicieron Junqueras y Rovira aprovechando sus cargos en el Govern y el Parlament. Pascal hizo un llamamiento a la discreción para “evitar que el procesismo dañe al referéndum”. “No se hace ningún favor a los ciudadanos aireando los detalles”, continuó Pascal en Ràdio 4. No se quedó atrás Jordi Cuixart, presidente de Òmnium, en sus críticas a Rovira. “Por sentido de Estado, los soberanistas no podemos revelar detalles del referéndum en la prensa”, lanzó Cuixart, que acabó pidiendo discreción como Pascal para que no se convierta todo en “una olla de grills”.
La CUP es la que más molesta está con ERC. Al margen de que se hiciera pública una propuesta originariamente anticapitalista, considera que no es “muy inteligente” dar pistas al Estado, sabiendo que este hará todo lo posible para evitar que se celebre el referéndum. Por su parte, el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, se mantenía firme. El martes exigió que o se asuma el referéndum o que se dé “un paso al lado”. Y ayer reafirmaba el mensaje y aclaraba a La Vanguardia que en ningún caso la sociedad civil asumirá la organización de la consulta. “El referéndum es de responsabilidad gubernamental”, remachó.
Lógicamente, Junqueras salió en defensa de Rovira y quitó hierro a sus declaraciones y el guirigay posterior. De hecho, se limitó a decir que “lo que hay es un compromiso de todo el mundo” para trabajar por el referéndum.
Este es el discurso oficial que volvían a trasladar Puigdemont y Junqueras en un artículo –el tercero que firman juntos– al diario francés
Le Soir en que aseguran que lo único que no puede hacer el Govern es renunciar al referéndum.
TRES REUNIONES Y UN MENSAJE El president pidió implicación y evitar discrepancias entre la mayoría soberanista MENOS DECLARACIONES El PDECat, la CUP y Òmnium exigen a ERC discreción para evitar “una olla de grills”