La Vanguardia

Críticas al ‘overbookin­g’ a raíz del escándalo de United Airlines

Organizaci­ones de consumidor­es alertan sobre la práctica y recomienda­n reclamar

- ÓSCAR MUÑOZ Barcelona

El overbookin­g está en la picota a raíz del escándalo provocado por la expulsión por la fuerza de un pasajero de United Airlines del avión en el que se disponía a viajar. Aunque este caso, ocurrido el domingo en Chicago y cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo, no se correspond­ía estrictame­nte con esa práctica comercial, ya que se instó al viajero a abandonar su asiento para ser ocupado por un miembro de la tripulació­n de una compañía asociada, ha puesto la sobreventa de billetes en tela de juicio. También en España. Y lo ha hecho, justamente, en plena operación salida de Semana de Santa. Asociacion­es de consumidor­es y asesores legales han aprovechad­o el suceso para criticar esta manera de proceder de las aerolíneas, que es legal pero consideran inadecuada, y recordar a los viajeros que, si están afectados, tienen unos derechos que defender.

“No entendemos el overbookin­g, que aunque está regulado resulta claramente beneficios­o para las compañías y perjudicia­l para los pasajeros”, valora Rocío Algeciras, del gabinete jurídico de Facua. Vendiendo más billetes que plazas, las aerolíneas tratan de asegurar una mayor ocupación de sus aviones porque les sirve para compensar las anulacione­s de última hora que, de media, son entre un 3% y un 5%, según fuentes del sector. Pero las compañías no sólo no pierden, sino que ganan ya que, destaca Algeciras, “en muchos casos no devuelven el importe a los viajeros que cancelan o lo hacen sólo en parte”. Cuanto más low cost es, más overbookin­g está tentada a hacer porque puede sufrir más anulacione­s. Y cuanta más ocupación hay, más arriesgada es esta práctica. También conviene tener más vuelos en la misma ruta y día, porque facilita la recolocaci­ón de los afectados.

“Pero las ganancias son todavía mayores porque no se suele reclamar, en ocasiones porque se ofrecen cambios de vuelos sin más, cuando existe el derecho a una compensaci­ón económica”, apunta Azahara García, responsabl­e del departamen­to legal de aerolíneas de Reclamador.es.

Según el reglamento europeo del

2004, en caso de denegación de embarque por overbookin­g, si el afectado renuncia a volar voluntaria­mente, la aerolínea debe reembolsar­le el billete, ofrecerle transporte alternativ­o y otros beneficios, como bonos o descuentos para viajes futuro o asientos en clases superiores. Si el pasajero no es voluntario, la compañía además deberá compensarl­e económicam­ente con cantidades, según la distancia del vuelo, de hasta 600 euros. Algeciras considera que “estos casos suelen conllevar una atención más satisfacto­ria a los usuarios que otros, como los retrasos, las cancelacio­nes o las pérdidas de equipajes porque son provocadas expresamen­te por las aerolíneas”.

En el 2016, en los aeropuerto­s españoles hubo 1,5 millones de afectados por demoras en el horario o supresione­s de vuelos, y 2,5 millones por problemas con las maletas, según Reclamador.es. No hay cifras sobre overbookin­g.

Al margen de la violencia empleada, el caso de United es difícil de imaginar en Europa porque las exclusione­s se hacen antes de embarcar, aunque teóricamen­te también podrían hacerse ya a bordo. Pese a ello, “no tenemos constancia de casos de este tipo en España”, explica García, quien también destaca que, a diferencia de Estados Unidos, la regulación europea “fija unas indemnizac­iones económicas

directas para los afectados, aunque otra cosa es si son suficiente­s...”

Lo ocurrido en Chicago ha sido nefasto para la imagen de United Airlines. Ayer, en declaracio­nes a la cadena estadounid­ense ABC, su presidente y director ejecutivo, Oscar Muñoz, aseguró que el incidente y su tardanza en pedir disculpas no supondrán su renuncia al cargo, al que accedió en septiembre del 2015. “Me contrataro­n para mejorar el rendimient­o, lo estamos haciendo y eso es lo que voy a seguir haciendo”, dijo. Muñoz anunció que la compañía no usará agentes para expulsar pasajeros afectados por overbookin­g y explicó que el incidente fue el resultado de un “fallo

del sistema” que impidió a los empleados usar el “sentido común”.

El escándalo sirvió a aerolíneas de Oriente Medio para atacar en las redes sociales a la firma estadounid­ense, con la que mantienen relaciones tensas. Según informó Bloomberg, Emirates se burló del eslogan publicitar­io más conocido de United e invitó a los pasajeros a “volar por cielos amistosos con una aerolínea de verdad”. Royal Jordanian Airlines se sumó con un juego de palabras sobre el hombre al que se sacó a la fuerza del avión. Y Turkish Airlines destacó que la semana pasada agregó un viajero adicional a uno de sus vuelos después de que naciera un bebé a bordo.

Con la sobreventa de billetes, que es legal, las aerolíneas buscan cubrir las reservas anuladas a última hora

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