Radamel Falcao
CAPITÁN DEL MÓNACO
Aplauso para el portador del brazalete del Mónaco (31 años) extensible a todo su equipo por la enorme deportividad y hermandad que ha demostrado con sus colegas del Borussia Dortmund tras las explosiones del martes.
Las desgracias nunca vienen solas. El Borussia Dortmund lo pudo comprobar ayer por si no lo sabía. Golpeado por las explosiones junto a su autobús del martes cuando el equipo se dirigía al Signal Iduna Park, el conjunto de Thomas Tuchel no se recuperó de las emociones vividas en las últimas horas y sufrió una derrota que le sitúa en una situación muy complicada en la Champions. Sin duda, sobre todo en la primera parte, los sentimientos acumulados hicieron mella en el conjunto de Dortmund.
“Confiamos en superar la conmoción”, había dicho Thomas Tuchel, entrenador del equipo alemán, horas antes de un partido que “hubiésemos deseado retrasar más. Fuimos tratados por la UEFA como si nos hubieran tirado una lata de cerveza al autobús”. Los prolegómenos se convirtieron en un homenaje a Bartra, con camisetas de apoyo (“mucha fuerza”) durante el calentamiento del Dortmund y gran unión en la grada después de que muchos hogares alemanes abrieran sus puertas para alojar a los franceses. El público, que había aceptado los rigurosos controles de acceso al estadio con resignación, entonó un You’ll never walk alone muy especial, mientras mostraba bufandas hermanadas de los equipos.
El infortunio anímico se trasladó claramente al terreno de juego.
El Borussia Dortmund, debilitado por las bajas de jugadores como Reus y Götze, fue castigado además por un penalti dudoso –lo falló Fabinho– en una jugada entre Papastathopoulos y Mbappé, y encajó el primer gol en un claro fuera de juego de Mbappé (19) después de un centro de Lemar. Ciertamente, el colegiado italiano Orsato no había estado acertado. Pero todavía hubo más. En el segundo, Raggi puso el balón en el área desde la izquierda y Bender, con Falcao a su espalda, marcó (35) en propia puerta para dejar al líder de la liga francesa muy cerca de las semifinales de la Liga de Campeones con el 0-2 del descanso.
Pero la mentalidad alemana no desfallece nunca. Con todo en contra, la entrada de Sahin y Pulisic en el segundo tiempo revolucionó el duelo. El Dortmund se fue arriba y el Mónaco se encogió. Dembélé redujo la diferencia en el 57 y Subasic sufrió un verdadero acoso, con el balón rondando su portería durante mucho tiempo. Sólo un error alemán facilitó el segundo gol de Mbappé (79), pero ayer nadie se rendía y Kagawa (84) aún redujo la desventaja.