El paro juvenil afecta más a los que no tienen estudios
El desempleo en este grupo social se convierte en estructural
La relación entre baja formación y desempleo juvenil es una realidad difícil de modificar. Así lo constata el Observatorio Social de La Caixa en su dossier Paro juvenil y pobreza: ¿un problema estructural?
Begoña Cueto, profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, por medio del informe Bajo nivel educativo, baja participación laboral –que se encuentra dentro del mismo dossier–, da las siguientes cifras: España es el país de la Unión Europea donde se ha producido una mayor reducción del empleo juvenil. Mientras en el año 2007 la tasa de empleo de este colectivo alcanzaba el 55,7%, en el 2015, los jóvenes con trabajo suponían solamente el 33,7%.
Aparte de los jóvenes, según muestra el informe de Cueto, tanto en momentos de expansión como en tiempos de crisis, la tasa de empleo de personas con cualificación baja no llega al 60% en los momentos centrales de sus vidas; aquellos que poseen estudios superiores alcanzan el 90% en la tasa de empleo.
Por otro lado, Almudena Moreno, profesora de sociología de la Universidad de Valladolid, sostiene en su informe titulado El reto de
la Garantía Juvenil, que durante la crisis, la tasa de empleo en menores de 30 años bajó entre un 25% y 30% en la población con estudios primarios; un 20% entre los que tienen la ESO, y un 10% entre aquellos que cuentan con estudios superiores.
Respecto al número de jóvenes inactivos que no trabajan y tampoco están registrados en las listas del paro, este ha aumentado considerablemente con la crisis. En el año 2008, un 32,5% de los menores de 30 años era inactivo, una cifra que el año pasado alcanzó el 44,5%.
Asimismo, el artículo analiza el motivo por el cual las políticas de empleo no funcionan para combatir el paro juvenil. Según Moreno, aquellos jóvenes con menor formación son los que menos se registran en el paro. Los que más acuden a las oficinas de empleo son los que han cursado la ESO. Estos son, también, los más beneficiados por la Garantía Juvenil, una recomendación adoptada por el Consejo Europeo para que los menores de 25 años tengan una oferta de empleo y formación en los cuatro meses posteriores a la finalización de sus estudios o a la entrada en situación de desempleo.
En España esta iniciativa ha tenido una acogida limitada aunque se haya ampliado el rango de edad hasta los 29 años. En abril del 2016, tan sólo el 25% de los jóvenes españoles conocía esta iniciativa, según el Eurobarómetro. Otra cifra: En España, sólo un 38% de los jóvenes inscritos encontró trabajo al cabo de seis meses, frente al 71% de los irlandeses o el 68% de los italianos.
Desde el inicio de la crisis en el 2008, los jóvenes inactivos laboralmente pasan del 32,5% al 44,5%