Cómo perder una guerra

No sé si aún se encuentra en las librerías. Pero este año podría ser cuando menos tan bueno como cualquier otro para regalar por Sant Jordi Cómo perder una guerra (y por qué). La estrategia de la derrota

(Siglo XXI) del escritor, columnista, dibujante y micólogo israelí Shimon Tzabar. Tzabar (19262007) escribió este libro en Londres, donde se había exiliado por su oposición a la ocupación de Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este y los altos del Golan tras la guerra de los Seis Días de 1967. Pero la idea surgió unos meses antes del conflicto mientras el autor hacía el servicio militar como reservista. Tzabar tenía entonces mucho tiempo para leer los diarios, escuchar la radio y reflexionar. Las noticias informaban de los combates aéreos entre aviones sirios e israelíes. Una idea llevaba a otra. Y se acabó preguntando si perder una guerra era siempre realmente un desastre, como se suele decir e, incluso, pensar. Los primeros casos que le pasaron por la cabeza eran los de Alemania y Japón, que parecían desmentirlo. Decidió fundar una revista literaria para publicar un artículo sobre esta cuestión, que tuvo un cierto éxito. Una vez en Londres, retomó el tema y se pasó un año investigando las lecciones de la historia en la biblioteca del British Museum. Tenía la intención de escribir un ensayo satírico, y lo escribió. Pero la ligereza de la sátira no suspende la ley de la gravedad y muchos de los hechos que explica caen por su propio peso.

Como el título ya invita a sospechar, Tzabar concibió el libro como un manual. Se podría pensar que, una vez captada la idea de que la derrota puede ser la mejor salida de un conflicto, no es preciso escribir un manual que enseñe cómo salir derrotado, porque perder una guerra resulta fácil y basta con combatir de una manera ineficaz. Pero como argumenta Tzabar, el deseo de perder no garantiza una derrota. Y no tan sólo porque, como ya señaló Tucídides y recuerda el autor del libro, “muchas empresas mal planteadas han tenido la suerte de conseguir el éxito porque el enemigo ha demostrado un grado de inteligencia aún menor”. Nunca se puede descartar, por ejemplo, el caso del enemigo que también prefiere perder. Y a veces hay condiciones objetivas que dificultan la derrota. Tzabar presta mucha atención a estas condiciones. Y, por este motivo, dedica un capítulo a dar reglas sobre cómo desunir una sociedad unida y otro a compilar una serie de normas para llevar a cabo una política exterior contraproducente.

Cómo perder una guerra (y por qué) es un manual exhaustivo que no deja de lado ninguna contingencia. Por eso también se ocupa de los problemas que pueden quedar por resolver cuando se ha logrado el objetivo. Uno de los más prácticos es el que ofrece consejos sobre cómo rendirse. Pero el de más alcance se refiere a un problema nada menor, el de cómo recuperarse de una victoria accidental, una posibilidad que, como bien saben algunos políticos catalanes, se presenta como la peor pesadilla cuando se han seguido todos los requisitos necesarios para lograr una hecatombe gloriosa.

Shimon Tzabar dedica un capítulo de su libro al problema nada menor de cómo recuperarse de una victoria accidental