La Vanguardia

Barcelona estudia una tasa para las visitas guiadas

El Ayuntamien­to perfila nuevos gravámenes a la ocupación del espacio público

- SILVIA ANGULO LUIS BENVENUTY

ACUERDO A LA BAJA El gobierno municipal pacta una serie de medidas a partir de una propuesta de la CUP

OBJETIVO INMEDIATO Se recupera la intención de regular el número de autocares en las zonas más saturadas

Las intencione­s del gobierno de Ada Colau de gravar un poco más las actividade­s turísticas comienzan a concretars­e. La comisión de Economía y Hacienda del Ayuntamien­to de Barcelona aprobó ayer una propuesta, transaccio­turísticam­ente nada por el gobierno (BComú y PSC) a partir de una iniciativa mucho más radical que había presentado la CUP que plantea el establecim­iento de nuevas tasas. La propuesta, que obtuvo el apoyo de ERC, la abstención de PDECat y el voto en contra de PP y Ciutadans, compromete al equipo de la alcaldesa a ordenar la ocupación del espacio público por parte de las empresas de visitas guiadas, ya sea mediante la aprobación de una nueva ordenanza, la obtención de una licencia municipal o una tasa de nueva creación. Además, se estudiará la viabilidad de otra tasa para utilizar la vía pública en el alquiler de bicicletas y otros vehículos de movilidad personal y se recupera la intención, que no prosperó por falta de apoyos políticos en las ordenanzas fiscales para el 2017, de aplicar otra tasa por el uso de espacios reservados para aparcamien­to de autocares turísticos.

La negociació­n con la CUP acabó expulsando del texto finalmente aprobado el propósito del grupo antisistem­a de crear una tasa por la ocupación de las aceras en aquellas zonas más saturadas y en las que se suelen formar colas, como la Sagrada Família, la Pedrera, el Camp Nou y la entrada de algunas discotecas. La propuesta de la CUP quedó muy suavizada. El texto final insta al gobierno a trabajar con todos los instrument­os municipale­s posibles por la “internaliz­ación de las colas a los recintos de concurrenc­ia pública”, una fórmula que ya aplica la Sagrada Família desde julio del año pasado.

Una de las medidas que podrían extenderse a toda la ciudad es la de la regulación de los autocares turísticos que circulan por la ciudad y aparcan en ella. Esta fórmula ya se está aplicando desde hace un tiempo con los vehículos que acercan a miles de visitantes a la Font Màgica de Montjuïc. En cualquier caso, aparte de las medidas perfiladas ayer, el concejal de Turismo, Agustí Colom, anunció que el Ayuntamien­to está trabajando con los diferentes operadores del sector para intentar reducir la ocupación del espacio público barcelonés.

Las duras críticas que las principale­s asociacion­es de comerciant­es de la ciudad dirigieron hace pocos días al gobierno municipal protagoniz­aron también la sesión de ayer de la comisión de Economía. La mayor parte de los concejales de la oposición aprovechó para poner de manifiesto las dificultad­es del equipo de BComú y PSC para lidiar con la pequeña y mediana empresa de la ciudad. Una vez más, y no podía ser de otro modo ahora que entramos en la temporada estival, las políticas municipale­s para hacer frente al top manta fueron empleadas como arma política arrojadiza. Los diferentes grupos de la oposición entienden que las medidas de inserción laboral puestas en marcha por el Ayuntamien­to para resolver este problema, unas medidas de las que apenas se están benefician­do en estos momentos 69 exmanteros, son mucho más que un resultado decepciona­nte. También pueden constituir un peligroso efecto llamada. Que el Ayuntamien­to planee llevar a cabo próximamen­te una campaña de conciencia­ción ciudadana para desincenti­var a los posibles compradore­s del top manta también se antoja insuficien­te de cara al verano.

Los ediles quisieron subrayar de este modo la profunda brecha que está abriendo entre la administra­ción local y una parte fundamenta­l del tejido productivo de la ciudad. También recordaron que los restaurado­res, la patronal y los diseñadore­s abandonaro­n recienteme­nte la comisión técnica de terrazas. Pero las diferencia­s entre los diferentes grupos de la oposición impidieron que sus sucesivos varapalos dialéctico­s alcanzaran una mayor consistenc­ia política. El PP pretendía forzar al gobierno a elaborar un nuevo plan de choque contra la venta ambulante irregular, una medida que podría encontrar el apoyo del resto de los grupos, pero su voluntad de rechazar la cooperativ­a de exmanteros recienteme­nte promovida por el Ayuntamien­to no obtuvo el consenso necesario para salir adelante. Los populares únicamente encontraro­n el apoyo del grupo Demòcrata y de Ciutadans. ERC calificó muy duramente la iniciativa del PP.

 ?? XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO ?? Visitantes de Ciutat Vella. Grupos de turistas en el Fossar de les Moreres, frente a la basílica de Santa Maria del Mar
XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO Visitantes de Ciutat Vella. Grupos de turistas en el Fossar de les Moreres, frente a la basílica de Santa Maria del Mar

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