Art Cullen
‘The Storm Lake Times’ se enfrentó a los grandes negocios agrícolas del estado
PERIODISTA
De una pequeña localidad de Iowa, este periodista es el responsable de que The Storm Lake, un diario de 3.000 ejemplares, haya ganado un Pulitzer por sus editoriales de denuncia de una campaña contra protecciones ambientales.
The Storm Lake Times, el periódico de una pequeña población de 11.000 habitantes en el estado de Iowa (EE.UU.), ha ganado el premio Pulitzer de periodismo en la categoría de editoriales, y ha derrotado así a los otros dos finalistas, el Houston Chronicle y el todopoderoso The Washington Post. El diario ganador sólo se publica dos veces por semana, su circulación es de unos 3.000 ejemplares, y cinco de las nueve personas que trabajan en él son miembros de la misma familia, los Cullen.
De hecho, el premio ha recaído concretamente en Art Cullen, 60 años, el autor de los editoriales que durante varios años han puesto al descubierto que los intereses agrícolas más poderosos del estado, como los hermanos Koch, Cargill y Monsanto, eran los que financiaban en secreto la defensa del gobierno del condado de Buena Vista –y los de otros dos condados del estado de Iowa–, en una gran demanda ambiental. Esta querella fue interpuesta por la empresa de Des Moines Water Works –que suministra agua a 500.000 personas de Des Moines– por permitir que los agricultores vertieran nitrógeno en los ríos de los cuales esta empresa de servicios públicos extraía el agua potable.
Claro que, para escribirlos, Art Cullen se benefició de la laboriosa investigación periodística de su hijo de 24 años Tom (redactor), y del trabajo de su esposa, Dolores (fotógrafa), su cuñada Mary (redactora) y su hermano John, que fue quien fundó el periódico en 1990 y que está a cargo de la compaginación de las páginas. Art es, además del editorialista de The
Storm Lake Times, su redactor de información local, su reportero, y hasta que el periódico se empezó a imprimir a una hora de Storm Lake –población con un alto porcentaje de población inmigrante sin papeles que trabaja en los mataderos de la ciudad–, también era el encargado de la rotativa.
Para conceder el premio a los Cullen y a su periódico, el jurado del Pulitzer ha valorado que sus editoriales estuvieran “alimentados por la tenacidad informativa, una impresionante habilidad y una escritura atractiva que desafiaron con éxito los poderosos intereses agrícolas corporativos en Iowa”. Y todo, a pesar de que finalmente, el mes pasado, un juez del Tribunal Supremo de Iowa desestimó la demanda de la Des Moines Water Works, y decidió que la compañía suministradora de agua potable no puede pedir daños y prejuicios a los gobiernos de los tres condados por la contaminación del río Raccoon.
En declaraciones a Poynter.org, Art Cullen reconoce que por culpa de esta investigación él ha perdido algunos amigos y el periódico, algunos anunciantes. “Es que algunas personas aún no entienden por qué denunciamos a los supervisores del condado. Nos pareció que el público merecía saber quién está pagando nuestras facturas”, dice Art Cullen. De todos modos, para este veterano de la información local, lo más importante de que un premio como el Pulitzer haya ido a parar a un medio tan modesto como el suyo es que demuestra que hacer “periodismo vale la pena, y que se está haciendo buen periodismo en muchos lugares de Estados Unidos”, ha declarado Cullen.
En el periódico, con nueve empleados en total, trabajan hasta cinco miembros de la familia Cullen