La escalada atómica
Mike Pence apuesta por someter a Pyongyang a más presión y aislamiento
Corea del Norte anuncia su voluntad de continuar con su calendario de lanzamientos de misiles balísticos y de seguir adelante con el desarrollo de su programa nuclear en un claro desafío a Washington.
Corea del Norte apuesta por hacer oídos sordos a las advertencias de Estados Unidos y proseguir con su apuesta por seguir adelante con el desarrollo de su programa nuclear. Los dirigentes norcoreanos anunciaron ayer su voluntad de proseguir con su calendario de lanzamientos de misiles balísticos en un claro desafío a Washington. El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, abogó, por su parte, desde Tokio por aumentar la presión diplomática y someter a un aislamiento aún más férreo al régimen de Pyongyang, para doblegar su voluntad.
El viceministro de Exteriores de Corea del Norte, Han Song Ryol, fue el encargado ayer de transmitir la consigna de que su país no está dispuesto a ceder frente a EE.UU. “De acuerdo con nuestro propio calendario, vamos a realizar más pruebas de misiles semanales, mensuales y anuales”, declaró el viceministro de Exteriores a la cadena británica BBC, tras justificar que su país necesita tales armas “con el fin de proteger a su Gobierno de la amenaza y la provocación de EE.UU.” y advirtiendo que si Washington hace uso de la fuerza militar, desencadenará “una guerra total”. Con sus declaraciones, Han Song Ryol respondía así a las advertencias que horas antes había lanzado el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, desde Seúl, acerca de que al presidente Donald Trump se le ha acabado la “paciencia estratégica” y está dispuesto a poner fin a las provocaciones norcoreanas.
El régimen de Pyongyang es consciente, sin embargo, de que el arsenal nuclear es su única defensa para hacerse respetar y por ello la esgrimen como amenaza ante EE.UU. y sus aliados asiáticos.
Ante esta espiral de tensión, Mike Pence rebajó el tono desde Tokio, donde abogó por someter a Corea del Norte a una mayor presión y aislamiento por parte de la comunidad internacional, si bien luego reiteró que EE.UU. no descartaba la posibilidad de aplicar “otras opciones”, en alusión a una acción militar como las llevadas a cabo en Siria y en Afganistán.
Tras reunirse en Tokio con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, el número dos de la Administración Trump subrayó que “el diálogo es necesario, pero también es necesario ejercer presión”, y añadió que a la paz también se llega “a través de la fuerza”.
“Debemos resolver esta crisis de forma diplomática y pacífica, pero el diálogo sin resultados no tiene ningún sentido”, indicó por su parte Abe, un político que sigue con especial preocupación esta crisis por los 48.000 japoneses que viven en Corea del Sur. Un colectivo que el Gobierno japonés estudia proteger y evacuar con el envío de tropas propias.
Mientras tanto, desde Pekín, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, insistió en subrayar que el uso de medios pacíficos “sigue siendo la primera opción” de los países implicados en esta crisis por el programa armamentístico de Corea del Norte, y recordó que su país está comprometido con la “desnuclearización de la península coreana por medios pacíficos y diplomáticos”. Un esfuerzo que ayer alabó Donald Trump ante la cadena Fox de televisión.