Badalona renovará las emisoras de la policía tras la agresión a cinco agentes
Una nueva agresión a cinco agentes de la Guardia Urbana de Badalona en el barrio de Sant Roc volvió a evidenciar la precaria situación con la que los agentes prestan servicio en algunos barrios de la ciudad. En esta ocasión, los agredidos intentaron activar el refuerzo policial con un aviso a través del dispositivo de emergencia instalado en las emisoras unipersonales, pero la alarma no funcionó. El hecho ha levantado la indignación de los sindicatos, que han reclamado la urgente renovación del material obsoleto. La alcaldesa, Dolors Sabater, accedió a la reivindicación y avanzó ayer que ha dispuesto una partida presupuestaria exclusiva para renovar los transmisores de la policía. Por su parte, el PP, por boca del concejal Miquel Jurado, acusó al actual gobierno de “negligentes” ya que la policía lleva más de un año quejándose de falta de material para garantizar su seguridad.
No es la primera vez que los policías son golpeados junto la comisaría de Sant Roc, el barracón que inauguró en el 2012 el entonces alcalde, Xavier García Albiol, como parte de su estrategia de acción policial directa en uno de los barrios con mayor índice delincuencial.
Los hechos se desencadenaron el pasado domingo sobre las 16.30 h en la plaza de Los Andes, junto al módulo policial, cuando cinco agentes estaban a punto de detener a un joven del barrio sobre el que pesaba una orden judicial. El joven se resistió y de inmediato se formó un tumulto en el que un centenar de personas intimidó a los agentes y los rodeó para impedir la detención. Durante la refriega uno de los policías recibió el violento golpe de un adoquín en la espalda y resultó herido leve, ya que el chaleco mitigó el impacto. El resto de los agentes resultaron con magulladuras y heridas, de las que tuvieron que ser atendidos en el hospital.
Los primeros en reaccionar fueron los sindicatos policiales SFP y PSU para reclamar el cierre de la comisaría de Sant Roc por no ser operativa y para mostrar su repulsa por la “enésima agresión a un policía” en el barrio. En paralelo, fuentes vecinales advertían que “el barrio está olvidado y se deja mandar a los delincuentes”.
Los representantes de la policía informaron ayer de que la mayoría de los transmisores tienen más de 15 años y no funcionan correctamente. “Algunos los sujetamos con gomas”, reconocen. Ante lo que consideran una “reiterada falta de medios materiales”, instan a los agentes a no prestar el servicio en la calle sin un transmisor que funcione con garantías y sin haber comprobado que el vehículo policial es seguro.