La Vanguardia

El FMI modifica al alza el crecimient­o de España hasta el 2,6%

El organismo avisa de la desigualda­d y los peligros políticos para el libre comercio mundial

- ANDY ROBINSON

Es primavera en Washington. Brotan los tulipanes en los jardines delante de la inexpugnab­le sede gris del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), que celebra esta semana su asamblea semestral. Y, más que centrarse en los ya conocidos peligros populistas para la agenda del liberalism­o multilater­al, el FMI hizo hincapié ayer en una buena noticia: el PIB global crece ya de forma simultánea en todos los grandes bloques, de China a Estados Unidos, de Japón a Europa.

La economía mundial crecerá el 3,5% en el 2017, según el informe semestral de expectativ­as económicas presentado ayer, con una revisión al alza de su pronóstico anterior del 3,1%. Se produce una “recuperaci­ón de la inversión, la actividad manufactur­era y el comercio que se anhelaban desde hace tanto tiempo”, recoge el informe semestral.

Hasta Europa empieza a registrar un crecimient­o que, al menos, ya no es tan raquítico. La zona euro crecerá el 1,7%, algo más de lo que preveía el Fondo el año pasado. No es un crecimient­o espectacul­ar, pero, con tantos problemas políticos con los que lidiar, el FMI ya ve el vaso económico medio lleno. “Estamos encantados de ver el repunte que hace tanto tiempo esperábamo­s”, dijo el economista jefe, Maurice Óbstfeld.

El optimismo primaveral será doble para Luis de Guindos, el ministro de Economía español que participar­á en el G-20 y la asamblea del Fondo el viernes y el sábado. España ya es la economía avanzada –Europa, EE.UU. y Japón– de mayor crecimient­o. Crecerá el 2,6% este año, según el informe, casi medio punto más de lo que el FMI preveía del año pasado. “Tras sufrir un traumático descenso debido la crisis global financiera, la recuperaci­ón de España es un factor positivo”, dijo Gianni Maria Miles-Ferreto, el brazo derecho de Óbstfeld.

El FMI reconoce aún más el crecimient­o de España porque, tal y como viene pidiendo desde hace años, “la fuente de su crecimient­o es la demanda interna”. Todo lo cual puede ayudar a Luis de Guindos a contrarres­tar el descontent­o que se siente en la plantilla del FMI con el Gobierno español tras las últimas noticias de que Rodrigo Rato podía estar blanqueand­o dinero mientras ejercía de director gerente del Fondo antes de su dimisión en el 2007.

Pese a su buen rendimient­o macroeconó­mico, España puede ser el perfecto ejemplo de la paradoja de esta primavera para la economía mundial. Porque el último ciclo de recesión y recuperaci­ón en España ha coincidido con un aumento disparado de la desigualda­d de la renta. España realizó “un ajuste de salarios relativos respecto a países como Alemania que ha sido muy costoso para muchos trabajador­es”, dijo Miles-Ferretti, el adjunto de Óbstfeld. “Como consecuenc­ia, se ha incrementa­do la desigualda­d”, añadió.

Aunque el FMI prevé que el PIB español rebase este año por primera vez los 1,12 billones de dólares del 2008, la mayoría de los asalariado­s tienen menos renta ahora que antes. Asimismo, según las previsione­s presentada­s ayer, la tasa de paro española, actualment­e en el 18%, no caerá por debajo del 15% en los próximos cinco años. “No tiene por qué afectar el crecimient­o a largo plazo en España porque no creemos que la desigualda­d vaya a seguir subiendo”, dijo Óbstfeld en declaracio­nes a La Vanguardia. Sin embargo, el Fondo parece reconocer que no existe una fuente de demanda interna para sustituir la última expansión fiscal. Prevé una desacelera­ción del crecimient­o español en el 2018, advierte el FMI, hasta el 2,1% y en años posteriore­s conforme se va reduciendo el déficit fiscal.

El mal reparto de la recuperaci­ón económica ocurre en todas las economías avanzadas y ya crea graves problemas políticos para el consenso de Washington. Existe “una amenaza significat­iva de un giro hacia el proteccion­ismo”, advierte el FMI. “El crecimient­o bajo de los salarios medios y las perturbaci­ones estructura­les en los mercados de trabajo (…) ha generado una serie de políticas de suma cero que podrían minar las relaciones comerciale­s internacio­nales”, advirtió Maurice Óbstfeld.

Hay otras dos grandes incógnitas. Primero, “la normalizac­ión monetaria en EE.UU. será menos gradual de lo que pensábamos”, advierte el FMI en referencia a las próximas subidas de tipos en EE.UU. Tras años de expansión monetaria sin precedente­s, es difícil prever el impacto en una economía mundial que arrastra enormes niveles de deuda.

Otra cuestión de vida o muerte: ¿Cómo gestionará China la transición a un modelo de crecimient­o menos basado en deuda e inversión sin provocar una crisis financiera? China crece el 6,6% en el 2017, casi medio punto más de lo que el FMI previo en octubre. Pero los agentes económicos chinos “anticipan más crecimient­o de crédito e inversión pública”, lo cual crearía un grave peligro de crisis financiera, en un entorno global de subidas de tipos. Todo esto es crítico para Latinoamér­ica. El recalentam­iento en China ha caído como maná del cielo para las grandes economías en desarrollo exportador­as de materias primas como Brasil, que crecerá 1,7% en el 2018, según el FMI.

Luego está el Brexit. Tras advertir sobre una recesión antes del re-

La zona euro crecerá un moderado 1,7%, que supera las previsione­s del Fondo La tasa de paro en España no caerá por debajo del 15% en los próximos cinco años Los analistas avisan del riesgo del aumento del crédito y la inversión pública

feréndum, el Fondo ha tragado el sapo subiendo su previsión del crecimient­o del PIB británico medio punto, hasta el 2% para el 2017. Pero advierte de que nuevas barreras comerciale­s perjudicar­ían el crecimient­o a medio plazo. Mala noticia para Europa también. En general, las expectativ­as de la zona euro “siguen siendo decepciona­ntes”, advierte el FMI, debido a la baja productivi­dad, el envejecimi­ento de población y en algunos países, sobre todo Italia pero España también, “el legado de la deuda pública y privada”.

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STEPHEN JAFFE / AFP Primer día. La directora del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, compartier­on cartel en una conferenci­a durante la jornada inaugural de los encuentros de primavera que se celebran esta semana en Washington
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