La Vanguardia

Doble moral histórica

- Laura Freixas

Laura Freixas pone sobre la mesa la tendencia de muchas corrientes políticas de reescribir la historia de un territorio utilizando únicamente los elementos positivos del pasado, e ignorando o achacando a otros los negativos: “Sería muy fácil contestar que los actos de nuestros abuelos no nos incumben. Pero es falso. Objetivame­nte, a los españoles actuales, por ejemplo, nos beneficia la conquista de América, por lo mismo que a los catalanes nos favorece que Jaume I se anexionara València y Mallorca”.

Alas cuatro de la madrugada del 16 de julio de 1942, la policía francesa detuvo a 12.884 judíos, los encerró en el Velódromo de Invierno de París, el Vel d’Hiv, y terminó enviándolo­s a campos de exterminio. ¿Quién tuvo la culpa? No Francia, ha declarado hace unos días Marine Le Pen, sino “quienes estaban en el poder en ese momento”.

Interesant­e. Sobre todo si tenemos en cuenta el modo como la señora Le Pen justifica sus palabras: “Francia lleva años siendo maltratada en nuestras mentes. Se enseña a los niños que hay motivos para criticarla, se les muestran sólo sus aspectos históricos más oscuros. Yo quiero que estén orgullosos de su país”. Está claro que el rigor histórico es lo que menos le preocupa: lo que está en cuestión no es el pasado, sino cómo es percibido por los franceses del presente.

¿Y cómo deberían percibirlo? Sería muy fácil contestar que los actos de nuestros abuelos no nos incumben. Pero es falso. Objetivame­nte, a los españoles actuales, por ejemplo, nos beneficia la conquista de América, por lo mismo que a los catalanes nos favorece que Jaume I se anexionara Valencia y Mallorca: gracias a ello, millones de personas hablan nuestra lengua. La cuestión moral, en cambio, es más difícil: ¿debemos asumir la historia, con orgullo o vergüenza?

Pues parece que en Catalunya últimament­e se está dando a esta pregunta una respuesta muy curiosa. Asistimos, desde hace unos años, a una reescritur­a de la historia francament­e extraordin­aria. Trátese de expedicion­es y conquistas, o de la guerra de Sucesión, la trata de esclavos, la Guerra Civil, el franquismo, la lucha antifranqu­ista..., se está elaborando una nueva versión cuyo criterio tiene, al menos, el mérito de ser claro: todo lo que quienes la escriben consideran moralmente bueno lo atribuyen a los catalanes, todos los catalanes, sólo los catalanes, mientras que lo malo fue (y es) cosa de españoles... ¿Que llevaban nombres tan catalanes como Pere-Anton Veciana, Francesc Cambó, Joan Estelrich, Josep Pla i Casadevall, Salvador Dalí, Josep Vergés, Juan Antonio Samaranch...? No importa: serían traidores, botiflers, españoles disfrazado­s. Es lo mismo que hace Marine Le Pen con la historia de Francia: Juana de Arco era francesa; los responsabl­es de la redada del Vel d’Hiv, se ve que no. Por si nos quedaba alguna duda de hasta qué punto todos los nacionalis­mos se parecen.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain