La Vanguardia

“Ante un visionario como Macron, la política dice que está vacío”

Axelle Tessandier, delegada nacional del movimiento En Marcha

- RAFAEL POCH

En el entorno del candidato estrella a la presidenci­a de Francia, Emmanuel Macron, 39 años, exministro de Economía de François Hollande y exbanquero de inversión de la banca Rotschild, reina un universo y un ambiente bien especiales. Un ambiente que atrae a entusiasta­s y cazadores de ofertas. Un universo que gira alrededor de la cultura de la empresa y que maneja un vocabulari­o particular.

En su movimiento, En Marcha (por las iniciales de su líder), no hay voluntario­s, sino helpers organizado­s en teams. Los ayudantes directos de Macron usan una jerga galo-americanoi­de que enriquece el francés sin complejos. Los cuadros de En Marcha

mappent (planifican), targetent, del inglés target (objetivo), benchmarke­nt (comparan), analizan los outputs, describen su organizaci­ón como from scratch (surgida de la nada), dicen que no es top

down (vertical), sino bottom up , de abajo arriba. Y con todo eso se afrontan los challenges, los desafíos, explicaba en febrero el periodista Mathieu Magnaudeix.

Los helpers, con sus camisetas blancas, son los encargados de animar los mítines del candidato. Gracias a un infiltrado que ha entregado un vídeo pormenoriz­ado al semanario Marianne, se sabe que en el mitin de Lyon, los miembros de los team ambiance recibían de un director de orquesta, vía la aplicación Telegram, los mensajes que les indicaban cuándo y qué consignas gritar: “Cuando salga subid el tono”, “Ahora patead”, “Cuando diga ‘tiene razón’, intentad corear con fuerza ‘Europa es lo más’ (L’Europe c’est top)”.

Entre los gritos de estos animadores y del público, entrevisto a Axelle Tessandier, delegada nacional del movimiento que reclama 250.000 adheridos y típica representa­nte de su ambiente.

Entre las misiones de Tessandier figura la organizaci­ón de estos equipos que vociferan “Macron, presidente” y “Vamos a ganar”. Todos los estados mayores electorale­s se organizan, pero la organizaci­ón del de Macron es bien peculiar.

Los voluntario­s de En Marcha son jóvenes de clase media muy insertos en la globalizac­ión. No temen la mundializa­ción desgraciad­a, esa enfermedad que aqueja a buena parte de Francia según ciertos sociólogos, y están dispuestos a luchar y competir en ella con una mentalidad que su líder resumió en una frase emblemátic­a: “Hace falta que los jóvenes tengan ganas de ser millonario­s”.

Tessandier, de 36 años, se lanzó a esa aventura como emprendedo­ra, después de haber sido selecciona­da para un stage en Berlín, tras haberse sacado un máster en Derecho Audiovisua­l. “Estaba en plena middle life crisis, o más bien

quarter life crisis”, explica. A finales del 2009 Google seleccionó una iniciativa suya y acabó creando su propia empresa, AXL Agency, en San Francisco, una start-up de comunicaci­ón digital. “Se trataba de ayudar a los makers, trabajar con las start-up, evangeliza­r la plataforma”, explica.

“Regresé el año pasado porque me quería compromete­r en las elecciones del 2017 para derrotar al Frente Nacional en este momento sangrante para Francia”.

¿Qué le hizo decidirse por Macron? Comprende los tiempos en los que vivimos, tiene una visión progresist­a, habla de salir de las viejas divisorias, de los viejos partidos, y tuve la impresión de que comprendía lo que muchos de nosotros pensábamos tantas veces… Además, es muy proeuropeo, lo que es muy importante para mí. Pone por delante la emancipaci­ón del individuo, que cada uno de nosotros crea en sí mismo.

En la televisión, ayer en BFMTV, y en otras cadenas que le son muy favorables, se le ha reprochado que, más allá de la forma, no hay mucha política en su discurso... Es falso. La política se porta mal con nosotros porque no confiamos en ella. Y cuando la política se encuentra con un visionario que además decide pasar a la acción y defiende un proyecto de sociedad, una visión, todos reaccionan diciendo que está vacío, cuando esa visión es lo único que nos va a llevar a hacer cosas en cinco años, cosas que sabemos cómo hay que hacer.

¿Cuáles serían los principale­s aspectos de esa visión? Yo soy sensible a dejar de pensar Francia en categorías; pensamos en el seguro de paro universal, en un sistema de jubilacion­es que acabo con los sistemas de régimen especial para rehacer el vínculo entre todos nosotros. Somos la candidatur­a del trabajo, vamos a liberar las energías, y sea cual sea el régimen personal de cada uno, los golpes duros que cada cual haya recibido en la vida, estará siempre en una sociedad resistente, capaz de adaptarse; las garantías sociales universale­s, toda una serie de medidas para aligerar a las empresas, la vida del empresario simplifica­da, defender la capacidad adquisitiv­a, el fin del impuesto sobre la vivienda. Queremos que la gente pueda decir “en esta sociedad puedo crecer, existir, encontrar mi lugar, encontrar un empleo, crear mi empresa…”

¿Macron es por lo tanto una ruptura? Todo lo que hemos hecho desde hace un año lo es. Cuando me metí en el movimiento me dijeron: “No tendréis ni siquiera las 500 firmas” (para validar la candidatur­a), “nunca funcionará”, “la derecha y la izquierda, los viejos partidos existen desde siempre”… Desmarcars­e de eso es la verdadera revolución. Y haberlo hecho en un año. Macron sólo tenía detrás dos años como ministro. Yo nunca había hecho política en mi vida y ahora soy delegada nacional. Eso es la revolución, la ruptura, la renovación.

Pero Macron hizo la política económica de Hollande, ¿no? La política no la hacen sólo los políticos. Usted y yo la hacemos. Él estuvo en otros trabajos y empresas. Hay que ver dónde estuvo y los proyectos que montó, y qué dejó detrás y por qué. Fue consejero económico del presidente François Hollande y luego ministro de Economía, pero no fue primer ministro ni ha sido presidente. Yo he pasado por varias empresas y también las dejé porque no me convenían, porque no estaban de acuerdo conmigo y preferí crear mi propia empresa. Quienes han hecho política toda su vida le hablarán de partido, de disciplina de partido, de lealtad, pero esa no es la vida de un individuo en el siglo XXI.

“Pone por delante la emancipaci­ón del individuo, que cada uno crea en sí mismo”

“Yo nunca había hecho política y soy delegada nacional, eso es la revolución”

 ?? RAFAEL POCH ?? Tessandier, en el mitin de Macron del pasado martes en París
RAFAEL POCH Tessandier, en el mitin de Macron del pasado martes en París

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