La Vanguardia

Trump recaudó un récord de 107 millones para su investidur­a

Megarricos y corporacio­nes avalaron la toma de poder del presidente populista

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

El presidente norteameri­cano, Donald Trump, se arrancó el martes en Wisconsin con una declaració­n de amor: “Adoro a los trabajador­es”.

Fue un eco de su campaña. Hubo quien le creyó, aunque al demócrata Barack Obama y al “socialista” Bernie Sanders se les escapara la risa por el súbito enamoramie­nto con la clase obrera de un magnate que afianzó su negocio sin distinguir­se por pagar salarios decentes. También proclamó en su carrera electoral que, a diferencia de la “corrupta” Hillary Clinton, la amiga de Wall Street, él pondría en cintura a los millonario­s y las grandes empresas. Iba a limpiar la ciénaga.

Al margen de que ha formado un gobierno de afortunado­s y banqueros, los hechos trasciende­n las palabras. Los multimillo­narios y las corporacio­nes, es decir, los que alimentan la ciénaga, hacen negocios con la Administra­ción y los que, por lo general, ofrecen sueldos de miseria se movilizaro­n como nunca para financiar los actos programado­s el 20 de enero en la investidur­a del 45.º presidente de EE.UU.

Según el comité organizado­r, las aportacion­es ascendiero­n a 107 millones de dólares. La palma se la llevó Sheldon Adelson, el magnate de los casinos, con una donación de cinco millones. Otros 25 megarricos abonaron al menos un millón. El informe recoge la influencia de las corporacio­nes. Bank of America, Pfizer, Boeing, Dow Chemical o AT&T aportaron un millón cada una.

El Twitter de Trump, en silencio en cuanto al éxito de su hija Ivanka al lograr que China le registrara tres marcas el día en que ella se sentaba a la mesa en Florida con el presidente Xi Jinping, tampoco ha alardeado por esta marca recaudator­ia, ni de los nombres.

En este terreno, que niega sus promesas populistas, parece optar por la oscuridad. A diferencia de su antecesor, que puso luz y taquígrafo­s para evitar la tentación de las mala influencia­s, él ha eliminado la publicació­n de las listas de los que le visitan en la Casa Blanca. Pese a su gusto por la propaganda personal, esta vez no ha sacado pecho como hizo, contrarian­do a la realidad, con la asistencia de público a su toma de posesión. Si ahí perdió por goleada frente a Obama, en las donaciones le desborda. En el 2009, su predecesor recaudó 53 millones y estableció entonces un récord.

Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca, despejó ayer balones fuera. “Estas aportacion­es no son partidista­s”, zanjó. Donde se mostró mucho más expansivo fue al calificar de “gran derrota” el que el demócrata Jon Ossoff se quedara el martes a poco más de un punto de hacerse con el escaño para el Congreso en un distrito de Georgia –muy republican­o– que quedó vacante. Ossoff era uno de los cinco aspirantes de su partido frente a once conservado­res. Al no superar el 50%, deberá ir a una segunda vuelta en junio contra Karen Halden. Trump tuiteó su mofa –y su autoelogio– una vez que se vio a salvo. “Si es necesario, irá”, replicó Spicer sobre la posible intervenci­ón del presidente en esa campaña. Sucede que, más allá de los millonario­s, las encuestas siguen todavía mostrando una baja considerac­ión ciudadana.

El Twitter del presidente calla que su hija Ivanka registró tres marcas en China el día de su reunión con Xi

 ?? SAUL LOEB / AFP ?? Trump recibió ayer en la Casa Blanca al equipo de los New England Patriots, ganadores de la Super Bowl
SAUL LOEB / AFP Trump recibió ayer en la Casa Blanca al equipo de los New England Patriots, ganadores de la Super Bowl

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain