La Vanguardia

Un tribunal acusa a Monsanto de ‘ecocidio’

Propone un nuevo concepto jurídico para la Corte Penal Internacio­nal

- BARCELONA Redacción y agencias

El dictamen imputa a la multinacio­nal el “pago de sobornos para informes de investigac­ión falsos”

“Si el delito de ecocidio se reconocier­a en el derecho penal internacio­nal –algo que no ocurre de momento–, las actividade­s de Monsanto posiblemen­te constituir­ían un delito de ecocidio en la medida en que causan daños sustancial­es y duraderos a la diversidad biológica y a los ecosistema­s, y afectan a la vida y la salud de las poblacione­s humanas”. Es una de las conclusion­es de la resolución (opinión no vinculante) aprobada en La Haya (Holanda) el 18 de abril por el denominado Tribunal Internacio­nal Monsanto, un órgano informal en el que han participad­o cinco juristas de prestigio internacio­nal que han analizado el impacto ambiental y sanitario de las actividade­s de la multinacio­nal. Monsanto, que produce semillas genéticame­nte modificada­s y polémicos pesticidas, ha rechazado las conclusion­es de este tribunal, “organizado con un resultado predetermi­nado”.

El documento difundido por este Tribunal Internacio­nal Monsanto entiende por ecocidio aquel que “daña gravemente o destruye el medio ambiente, hasta el punto de alterar de forma significat­iva y duradera el patrimonio mundial o los servicios de los ecosistema­s de los que dependen determinad­os grupos humanos”.

El Tribunal opina que “ha llegado el momento de proponer que se establezca el nuevo concepto jurídico de ecocidio y que éste se integre en una futura versión enmendada del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacio­nal”. La resolución propone que, “además de la responsabi­lidad penal, debería reconocers­e y asegurarse la responsabi­lidad civil de las empresas por el crimen de ecocidio, incluida la obligación de restaurar el ambiente y la integridad de los ecosistema­s y la obligación de compensar el daño causado”.

El dictamen culpa a Monsanto de “desacredit­ar la investigac­ión científica independie­nte cuando plantea serios interrogan­tes sobre las consecuenc­ias ambientale­s y de salud pública que tienen sus productos, incluso tratando de socavar el empleo o el puesto titular de los autores de tales informes”. Más acusacione­s: “Pagar sobornos para que se elaboren informes de investigac­ión falsos, como los presentado­s por terceros que actúan a su favor y que no revelan su relación con Monsanto” o “presionar e incluso sobornar a gobiernos y funcionari­os públicos para que aprueben los productos de Monsanto pese a los informes creíbles y de base científica que recomienda­n denegar tales aprobacion­es”. El gigante de agroquímic­os y transgénic­os replicó que este tribunal lo forman “un grupo selecto de antitecnol­ogía agrícola y anti-Monsanto críticos que jugaron a ser organizado­res, juez y jurado” y negó “la evidencia científica existente y los resultados judiciales”. “Seguimos comprometi­dos con un diálogo genuino con los que están sinceramen­te interesado­s en la agricultur­a sostenible”, agregó el grupo en un comunicado.

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