La relación de los pequeños Estados con la Unión Europea
EUROPA AFRONTA UN ESCENARIO COMPLEJO TANTO A ESCALA INTERIOR COMO EXTERIOR QUE PUEDE DETERMINAR EL FUTURO DE LOS PEQUEÑOS ESTADOS SOBERANOS DEL CONTINENTE
Desde 2015, Andorra y los pequeños Estados soberanos tienen entre manos la negociación de un acuerdo de asociación con la Unión Europea que permitiría el acceso al mercado interior europeo, estrechando así su relación con los países miembros. A su vez, Europa se enfrenta a un conjunto de acontecimientos que están provocando constantes cambios de guión. ¿Cómo puede afectar este nuevo escenario al futuro de los pequeños países? ¿Puede alterar su realidad? Citas, decisiones, nuevos procedimientos y comicios marcan la agenda de la UE en este primer tramo de 2017.
A lo largo del pasado mes de marzo, se produjeron seis acontecimientos que pueden determinar el futuro del continente europeo. Según algunos analistas, podrían señalar el final de un largo periodo de europesimismo, iniciado en 2005 con el rechazo en referéndum en Francia y los Países Bajos del proyecto de Tratado Constitucional de la UE, ampliado posteriormente con la crisis financiera internacional de 2007, la crisis del euro de 2010, la crisis de los refugiados de 2015, el Brexit y la elección de Donald Trump en 2016. Estos seis acontecimientos son los siguientes:
1 NUEVO ESCENARIO EUROPEO
El 1 de marzo, la Comisión Europea hace público el Libro blanco sobre el futuro de Europa, que lleva por subtítulo Reflexiones y escenarios para la Unión Europea de los 27 (es decir, sin el Reino Unido) en el horizonte del año 2025.
Este documento se autodefine como la contribución de la Comisión Europea a las deliberaciones del Consejo Europeo, que se reunía en Roma con la pretensión de abrir un nuevo capítulo en la historia de la UE después del Brexit y la elección de Donald Trump.
Los escenarios considerados por la Comisión Europea son cinco: continuar como hasta
ahora; la UE se centra gradualmente alrededor del mercado interior; la UE permite que determinados Estados miembros avancen más rápidamente que otros en áreas de integración específicas (Europa de diferentes velocidades o de geometría variable); la UE focaliza sus actividades en áreas prioritarias, es decir, en aquellas áreas donde es más eficiente , y se muestra menos activa en el resto; todos los Estados miembros de la UE avanzan al unísono hacia las mayores cotas de integración, fieles a la vieja consigna recogida en el prólogo del Tratado de Roma de 1957 de alcanzar “una unión cada vez más estrecha” (Estados Unidos de Europa).
2 LA CUMBRE DE 'LOS CUATRO GRANDES'
El 6 de marzo se reúnen en Versalles, bajo la invitación del presidente de la República Francesa, los máximos representantes políticos de Francia, Alemania, Italia y España, con el objetivo de adoptar una posición conjunta en la próxima reunión del Consejo Europeo en Roma antes citada. La ausencia de los otros dos grandes –Reino Unido y Polonia– es debida al Brexit, en el caso del Reino Unido, y a la deriva autoritaria e incluso antieuropeísta del nuevo gobierno polaco, encabezado por Kazinsky, líder del partido Ley y Justicia. Principales conclusiones de la cumbre: reafirmar la unión de los 27 y dejar la puerta abierta a una Europa de varias velocidades.
3 ELECCIONES LEGISLATIVAS EN LOS PAÍSES BAJOS
Resultado de las elecciones legislativas de los Países Bajos del 15 de marzo: los partidos moderados ganan las elecciones y el líder populista y antieuropeísta Wilders –a pesar de aumentar cinco escaños en relación con las anteriores elecciones– se aleja del poder.
4 60 AÑOS DE CEE
Adopción de la Declaración de Roma por parte del Consejo Europeo, reunido el 25 de marzo en la capital italiana para conmemorar el 60º aniversario del Tratado de Roma (Comunidad Económica Europea, CEE), entre manifestaciones populares de carácter proeuropeo. Los 27 acuerdan que en los próximos diez años quieren alcanzar una Unión más segura y protegida, competitiva, sostenible y socialmente responsable, que tenga la voluntad y la capacidad de desempeñar una función fundamental en el mundo y de modelar la globalización. La Declaración abre la puerta a una Europa de varias velocidades al decir textualmente: “Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad, cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los Tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante”.
5 ELECCIONES LEGISLATIVAS EN SARRE
Los resultados de las elecciones legislativas del 26 de marzo en el land alemán del Sarre también son esperanzadores en relación a la amenaza del populismo antieuropeísta: el partido vencedor es la democracia cristiana de la canciller Angela Merkel, mientras que el partido populista Alternative für Deutschland ha resultado claramente derrotado. Los observadores señalan que un posible encadenamiento de pobres resultados electorales por parte de los partidos populistas en Países Bajos-Sarre-Francia (elecciones presidenciales de abril-mayo) y Alemania (elecciones legislativas de septiembre) podría suponer la reversión definitiva de la marea populista y antieuropeísta en Europa.
6 LUZ VERDE AL BREXIT
El 29 de marzo, la primera ministra británica, Teresa May, activa el procedimiento del artículo 50 del Tratado de Lisboa sobre la salida del Reino Unido de la Unión. El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, declara que “es un día triste para Europa”. Se avecinan unas duras y complejas negociaciones de divorcio.
Una pregunta flota en el aire: ¿habrán marcado los idus de marzo de 2017 un punto de inflexión entre un largo periodo de europesimismo en la UE, iniciado en 2005, y el inicio de otro periodo de eurooptimismo que conduzca a un relanzamiento de la integración europea en el horizonte 2025?
EL FUTURO DE LOS ESTADOS PEQUEÑOS
Europa es un mosaico de pueblos, Estados y naciones. Una característica de nuestro continente es su diversidad cultural y lingüística, que tanto contrasta con otros espacios de marcada uniformidad, como, por ejemplo, Estados Unidos. No en vano, el lema de la UE es Unidad en la diversidad.
Uno de los padres de Europa, el belga Paul-Henri Spaak, es autor de una frase que ha hecho historia: “En Europa todos los Estados son pequeños, el problema es que algunos todavía no se han dado cuenta de ello”. Europa contiene un número importante de Estados que se autocalifican “de pequeña dimensión territorial y demográfica”. Algunos de ellos son fundadores de la UE (antes Comunidad Europea), como es el caso de Luxemburgo. Los luxemburgueses están orgullosos de este estatus fundacional y están convencidos de que su participación pionera en el proceso de integración europea posterior a la Segunda Guerra Mundial ha constituido, precisamente, la garantía de su supervivencia como Estado soberano. Otros se han incorporado mucho más tarde a la UE, como Malta, que, precisamente durante el semestre en curso, ocupa la presidencia rotatoria de las instituciones comunitarias. Esto le ha permitido, por ejemplo, asistir a la reciente Cumbre de Estados Miembros de la UE del Sur de Europa, convocada por el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, en Madrid, y sentarse al lado de los representantes de Francia, Italia, España, Portugal, Grecia y Chipre para tratar sobre el futuro de Europa después del Brexit y la elección de Donald Trump.
Andorra forma parte de un grupo de Estados de pequeña dimensión territorial, junto con Mónaco, San Marino, Liechtenstein y el Vaticano. El anterior ministro andorrano de Asuntos Exteriores, Juli Minoves, consiguió que en el vigente Tratado de Lisboa figurara una declaración que complementa su artículo 8 y que dice así: “La Unión tendrá en cuenta la situación particular de los países de pequeña dimensión que mantengan relaciones específicas de proximidad con ella”. Ello será así a la hora de negociar “acuerdos específicos” con los países vecinos de la UE (que prevé el artículo 8). Los dos criterios tenidos aquí en cuenta por la UE son la proximidad o vecindad y la dimensión territorial y demográfica.
Dentro del grupo de cinco Estados antes mencionados, el Vaticano presenta unas características muy diferenciadas, por su dimensión religiosa, que lo convierten en un caso aparte. Aun así, tiene un acuerdo monetario con la UE. Liechtenstein, por su parte, es un próspero Estado centroeuropeo situado dentro del ámbito germánico, un Estado orgulloso de ostentar un estatus político y económico bien consolidado como miembro de la EFTA (European Free Trade Association), al lado de Noruega, Suiza e Islandia, y del EEE (Espacio Económico Europeo), junto con los anteriores Estados menos Suiza, que lo rechazó en su momento en referéndum.
HACIA UNA RELACIÓN MÁS ESTRECHA
Andorra –junto con Mónaco y San Marino– está negociando actualmente un acuerdo de asociación con la UE –amparado, precisamente, por el artículo 8 del Tratado de Lisboa y la declaración complementaria antes citados– que le permitirá su acceso al mercado interior europeo, el mayor del mundo, con más de 500 millones de consumidores. Las negociaciones empezaron formalmente en marzo de 2015 y efectivamente en mayo de 2015.
Los tres Estados ya tienen acuerdos firmados con la UE. Andorra fue pionera en este sentido cuando, en 1990, firmó con la entonces Comunidad Europea un acuerdo comercial y aduanero, muy bien negociado por parte de Andorra, que todavía sigue en vigor. Tiene, además, acuerdos firmados sobre cooperación, fiscalidad y asuntos monetarios. San Marino tiene acuerdos aduaneros, fiscales y monetarios con la UE. Mónaco tiene acuerdos de carácter monetario y fiscal, además de relaciones aduaneras especiales a través de Francia. Las negociaciones de asociación avanzan a su ritmo. Por el momento, se han abordado esencialmente cuestiones relativas al marco institucional y a la libertad de circulación de mercancías. Quedan por negociar las libertades de circulación de servicios, personas y capitales. Los tres Estados tienen características y objetivos negociadores claramente diferenciados, pero lo cierto es que van cada día más concertados en su relación con los negociadores del SEAE (Servicio Europeo de Acción Exterior), basado en Bruselas y dependiente de la italiana Federica Mogherini, vicepresidenta de la Comisión Europea y alta representante para Política Exterior y de Seguridad de la UE. En una reciente reunión celebrada en Mónaco, los mandatarios de los tres Estados han demostrado su buen entendimiento sobre objetivos negociado-
Según algunos analistas, se podría estar cerca del final de un largo periodo de europesimismo iniciado en 2005
El acuerdo de asociación con Andorra, Mónaco y San Marino proporciona un marco estable y previsible de desarrollo para la UE
res, especialmente en materia de mecanismos institucionales del nuevo acuerdo y criterios generales de participación en el mercado interior europeo. El nuevo acuerdo tendrá, probablemente, un marco general aplicable a los tres Estados y unos protocolos específicos para cada uno de ellos.
A los ojos de la UE, el acuerdo de asociación con Andorra, Mónaco y San Marino cierra el mapa de Europa occidental y les proporciona un marco estable y previsible de desarrollo. Los tres Estados, por su parte, son conscientes de que una asociación con la UE tiene, por definición, un carácter duradero que no debería exigir, por tanto, una nueva negociación con la UE durante un largo periodo de tiempo. Desde Bruselas se estima que las negociaciones podrían terminar aproximadamente dentro de unos dos años.
A la vista de todo lo anterior, se puede concluir que el futuro de los Estados europeos de pequeña dimensión territorial, y de Andorra en particular, parece bien orientado dentro del proceso de integración continental centrado alrededor de la UE.